Félix Rubén García Sarmiento, mejor conocido como Rubén Darío nació el 18 de enero de 1867, en Metapa, Nicaragua. Era el primogénito de Manuel García y Rosa Sarmiento, quienes eran además primos segundos, por lo que requirieron dispensas eclesiásticas necesarias.
El alcoholismo y el carácter mujeriego de Manuel orillaron a Rosa, que estaba en ese entonces embarazada de Félix, se fuera lejos de su marido y se asentara en Metapa, donde dio a luz al poeta.
Aunque el matrimonio se reconcilió y Rosa tuvo una hija más de Manuel, llamada Cándida Rosa, que murió pocos días después, la relación se quebrantó y Rosa se separó definitivamente de su marido y conoció a otro hombre.
El poeta adoptó el apellido Darío porque todas las generaciones de su familia paterna eran conocidas por ese apellido, según lo explica el poeta en su autobiografía, si bien en su fe de bautismo está registrado con el apellido García.
Vida y Obra de Rubén Darío
Infancia de Rubén Darío
Darío vivió su infancia en León, donde fue criado por sus tíos abuelos Félix y Bernarda, a quienes consideraba sus verdaderos padres. Tenía muy poco contacto con su madre, quien residía en Honduras, y a su padre no lo reconocía como padre y lo llamaba “Tío Manuel”.
No se conocen muchos datos sobre su infancia. Sin embargo se conoce que tras la muerte del coronel Félix Ramírez, ocurrida en 1871, la familia tenía dificultades económicas que la hicieron pensar en poner al joven Félix como aprendiz de sastre.
Su biógrafo Edelberto Torres cuenta que el poeta estudió en varias escuelas de León, antes de iniciar estudios con los jesuitas, en 1879 y 1880. Darío se describía en su autobiografía como “algo niño prodigio. A los tres años sabía leer; según se me ha contado”
Matrimonios
El 21 de junio de 1890, se casó con Rafaela Contreras, con quien tuvo su primer hijo y quien falleció en 1893.
Ese mismo año, forzado por los hermanos militares de Rosario Murillo, su amor adolescente, y acusado de faltar al honor de la joven, se casa con ella. Pero se separaron, aunque no salió el divorcio. Tuvieron un hijo que murió de tétanos al mes y medio de nacer.
En 1900, conoció a Francisca Sánchez, una campesina analfabeta y se casó con ella por el civil. Tuvieron cuatro hijos, de los cuales solo uno sobrevivió.
Estancia en El Salvador
El joven Darío llegó a El Salvador, donde el poeta Joaquín Méndez lo presentó ante el entonces presidente Rafael Zaldívar, quien lo amparó bajo su protección. En su estancia conoció a Francisco Gavidia, poeta salvadoreño conocedor de la poesía francesa.
Con el auspicio de Gavidia, Darío empezó a definir su propio estilo, implementando el verso alejandrino francés en la métrica castellana y convirtiéndolo en un rasgo característico de la poesía modernista. A partir de allí gozó de gran popularidad.
Sin embargo, al poco tiempo, pasó estrecheces económicas y, para colmo, cayó enfermo de viruela. Por esa razón, en 1881, apenas convaleciente, decide regresar a Nicaragua.
En Chile y Argentina
El 24 de junio de 1886, Darío llegó a Valparaíso. Allí las recomendaciones que obtuvo en Managua le permitieron tener la protección de Eduardo Poirier y el poeta Eduardo de la Barra.
Con Poirier escribió a medias una novela sentimental titulada Emelina, para participar en un concurso literario. Mas no ganó. Allí también trabajó en varios diarios como La Época. No obstante, fue discriminado por la aristocracia chilena debido a su bajo refinamiento.
El 13 de agosto viajó a Buenos Aires. Ese año, su segunda esposa, Rosario Murillo, había dado a luz a su segundo hijo, que murió después a causa del tétanos. Los medios intelectuales de Buenos Aires recibieron muy bien a Darío.
En su estancia en Argentina publicó dos de sus obras más importantes obras: Los raros, basada en los escritores que más llamaban su atención, y Prosas profanas y otros poemas, con el cual se consolidó definitivamente el modernismo.
En la Embajada
Tras dos breves estancias en Nueva York y Panamá, Darío se trasladó a Nicaragua, donde fue recibido con honores. Sin embargo su demanda de divorcio no fue exitosa y además no tuvo el pago por sus honorarios de su cargo de cónsul, por lo cual no pudo regresar a París.
Por esta razón y después de una larga gestión, consiguió el cargo de ministro residente de Madrid del gobierno de José Santos Zelaya. Sin embargo tuvo problemas económicos y tras el derrocamiento de Zelaya, tuvo que abandonar su cargo debido a su apoyo a este.
Muerte de Rubén Darío
El 7 de enero de 1916, llegó a la ciudad donde vivió su infancia, León. Casi un mes después, el 6 de febrero, murió a causa de cirrosis hepática provocada por su alcoholismo, a los 49 años de edad.
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