César Abraham Vallejo Mendoza nació el 16 de marzo de 1892, en Santiago de Chusco, Perú. Era hijo de Francisco de Paula Vallejo Benites y María de los Santos Mendoza Gurrionero y era el menor de 11 hermanos.
Vallejo tenía descendencia indígena por sus abuelas y gallega por sus abuelos, lo que explica su apariencia mestiza. Entre sus abuelos estaba el sacerdote mercedario José Rufo Vallejo. Sus padres quisieron que fuera sacerdote, cosa que él desde el principio aceptó.
El periodista y escritor español César González Ruano, en una entrevista publicada en El Heraldo de Madrid, describía a Vallejo como un “hombre muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo.
Estudios de César Vallejo
Vallejo fue impulsado por sus padres para que entrara en el sacerdocio. Es por ello que existen numerosas referencias bíblicas y litúrgicas en sus primeras obras. Cursó sus estudios primarios en Centro Escolar N° 271 en Santiago de Chuco.
Cursó su secundaria desde 1905 hasta 1909 en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco. Al año siguiente se matriculó en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, pero debió retornar a su pueblo debido a problemas económicos.
En su pueblo comenzó a trabajar y ahorrar para proseguir con sus estudios. También colaboró con su padre en sus tareas administrativas de gobernador. Allí pudo percibir la realidad de los mineros de Quiruvilca, lo cual refiere en su novela El tungsteno.
En 1911, viajó a Lima para iniciar estudios en la Facultad de Medicina de San Fernando, pero abandona la carrera quizá por motivos económicos o por que la carrera no era lo suyo. Trabajó como preceptor de los hijos de un hacendado durante siete meses.
Juventud en la Bohemia Trujillana
En 1913, volvió a Trujillo para retomar sus estudios en la carrera de Letras. Para poder pagar sus estudios, trabajó como maestro del Centro Escolar de Varones N° 241 y después como profesor de primer año de primaria del Colegio Nacional de San Juan.
El 22 de septiembre de 1915, obtiene su título de bachiller en Letras con la tesis El romanticismo en la poesía castellana. Al año siguiente entra en contacto con la juventud intelectual en la Bohemia trujillana, más tarde conocida como Grupo Norte.
Durante esa época se enamora de María Rosa Sandoval, una muchacha hermosa e inteligente que fue una de las inspiraciones de sus poemas de Los Heraldos Negros.
En 1917 se enamora de Mirtho (Zoila Rosa Cuadra), una joven de quince años con quien sostiene un idilio que termina en un desengaño por el que supuestamente Vallejo intenta suicidarse.
Viaje a Lima
En 1917 se embarca hacia Lima en el vapor Uyacali y llega el 30 de diciembre. Allí tiene contacto con grandes personalidades intelectuales como Clemente Palma, quien criticaba fuertemente su poesía, pero esta vez le demostraba más respeto.
Se relacionó con grandes escritores como Abraham Valdelomar y José Carlos Mariátegui, con quienes entabla una gran amistad. También se vinculó con Juan Parra del Riego y Luis Alberto Sánchez. También publicó algunos poemas en la revista Suramérica.
En 1918 comienza a trabajar en el Colegio Barrós de Lima y cuando el director fallece, ocupa su cargo. En esa época tiene otra relación amorosa amarga con Otilia Villanueva, una joven de quince años. Esto causa que pierda su cargo de docente.
Prisión en Trujillo
El 1° de agosto de 1918 ocurre un saqueo e incendio de una casa de Santiago de Chuco de la familia Santa María Calderón. Para ese entonces, la madre de Vallejo había fallecido. Este fue acusado injustamente y encarcelado en Trujillo donde permaneció durante 112 días.
El 24 de diciembre de 1920 obtiene el segundo premio de la Municipalidad de Trujillo con su poema “Fabla de gesta”.
Vallejo salió de prisión gracias a una libertad provisional ya que el proceso judicial nunca se cerró. Permaneció en Europa sabiendo que no podría regresar a su patria. En 1922 nace su poemario Trilce, el cual fue uno de los primero exponentes del vanguardismo.
Últimos Años de César Vallejo
Vallejo permaneció sus últimos años en París. Allí trabajó como periodista y traductor para diarios y revistas locales como L´Amerique Latine. Esos años fueron de dificultades económicas. Tuvo contactos con autores como Pablo Neruda y Vicente Huidobro.
En 1927 se relaciona con Georgette Marie Philippart Travers, joven de 18 años con quien empezó a convivir en 1929 en el apartamento que esta había heredado de su fallecida madre.
En 1938 se emplea como profesor de Lengua y Literatura en París, pero comienza a sentir agotamiento físico en marzo, y el día 24 es hospitalizado por una enfermedad desconocida y luego se descubre que fue la reactivación de un paludismo que sufrió de niño.
Sus restos fueron trasladados a la Mansión de la Cultura y luego al cementerio de Montrouge. El 3 de abril de 1970, Georgette Vallejo, su viuda trasladó sus restos al cementerio de Montparnasse.