George Washington nació el 22 de febrero de 1732 en Westmoreland, Virginia, América Británica. Era el primogénito de Agustine Washington y su segunda esposa, Mary Ball Washington.
Washington tenía antepasados de Sulgrave, Inglaterra. Tenía cuatro medio hermanos que su padre tuvo con su primera esposa, dos de los cuales murieron a temprana edad. Su padre murió cuando George apenas tenía once años y su medio hermano fue quien lo crió.
Washington no tuvo mucha educación formal. Fue entrenado como un agricultor, lo que le permitió conocer todo el terreno que rodeaba su natal Virginia. Gracias a que su hermano pertenecía a la familia Fairfax, George obtuvo una plantación de cinco millones de acres.
En 1749, con apenas 17 años, George fue designado el primer agricultor del condado de Culpeper, por petición de Lord Fairfax. Gracias a este trabajo pudo comprar una extensión de tierra y comenzó su carrera como hacendado.
Juventud George Washington
En 1751, George viajó con su medio hermano Lawrence a Barbados, con el objetivo de que el clima cálido mejorara la salud de su hermano que estaba enfermo de tuberculosis. En ese viaje George contrajo viruela, que le dejó varias cicatrices.
Sin embargo la salud de Lawrence no se restableció y murió en Mount Vernon, en 1752. Desde entonces, George administraría su parte de la herencia y asumió los cargos de su hermano como ayudante de la colonia.
A finales de 1752, la milicia estatal fue dividida en cuatro secciones por el nuevo gobernador de Virginia, Robert Dinwiddie. George pidió el rango mayor en uno de los mandos y ese mismo año fue designado ayudante general de la milicia de Virginia.
Con solo 21 años, en Fredericksburg, George Washington logró convertirse en maestre de la francmasonería.
En la Guerra Franco-Indígena
En 1754, Washington fue nombrado teniente coronel por Dinwiddie, quien le encomendó la misión de realizar una expedición a Fort Duquesne para expulsar a los canadienses franceses. Washington logró expulsar a 30 hombres con ayuda de Tanacharison y su ejército de indios.
En 1755, Washington ayudó al general británico Edward Braddock en su expedición para retomar Ohio. Mas esta quedó arruinada tras la muerte de Braddock en la Batalla del río Monongahela. Esto le valió a Washington ser nombrado como Héroe de la Monongahela.
Matrimonio
El 6 de enero de 1759, George Washington contrajo matrimonio con Martha Dandridge Custis, una viuda. Unas cartas que han perdurado suponen que pudo haberse enamorado de Sally Fairfax, esposa de un amigo.
Algunos historiadores sugieren que George y Martha pudieron haber sido parientes lejanos. Sin embargo llevaron un matrimonio sano en el que criaron a los hijos del primer matrimonio de Martha, John Parke, “Jackie” y Martha Parke Custis, “Patsy”.
Se cree que Washington no tuvo hijos con Martha debido a las secuelas de la viruela y posteriormente la tuberculosis, que pudieron haberlo dejado estéril. Por eso criaron a los hijos de Martha y también a dos de sus nietos, Eleanor y George.
Su matrimonio con Martha le permitió tener una vida acomodada, aumentando su patrimonio inmobiliario. Llevó una vida aristocrática que le permitió importar lujos y bienes de Inglaterra.
En la Guerra de Independencia
En abril de 1775, luego de la derrota en Lexington y la victoria en Concord, Washington se presentó en el Congreso Continental en uniforme militar anunciado que estaba listo para la lucha armada. Su prestigio militar, carisma y destreza le daban una buena fama en el país.
En mayo de 1776, cuando Washington luchaba por defender Nueva York del asedio inglés, los colonos tomaron una decisión en el Segundo Congreso Continental: independizarse de la Gran Bretaña. Thomas Jefferson redactó la Declaración y fue aprobada el 4 de julio de 1776.
La Declaración de Independencia fue firmada por cada uno de los trece representantes de las colonias de Norteamérica. Revolucionarios de todo el mundo leyeron el primer párrafo con ambición.
Luego de una derrota en Nueva York, en 1777 Washington logró derrotar a las tropas británicas en la batalla de Princeton. Se rindió en un combate en Germantown. Finalmente logró su objetivo de lograr una nación independiente.
En la Presidencia
Washington participó en la Convención Constitucional y apoyó a la constitución, lo cual además de beneficiar las convenciones estatales de 1787 y 1788, permitieron a Washington convertirse un buen candidato para la presidencia de Estados Unidos.
En 1788, Washington fue elegido presidente y reelecto en 1792. Desde entonces asumió el cargo de la construcción y administración del nuevo gobierno del país. Washington gobernó aplicando el sistema federalista.
Nombró a Alexander Hamilton como secretario del tesoro y a Thomas Jefferson como secretario de estado. Estos hombres fueron importantes en la misión de Washington de establecer un nuevo sistema de gobierno.
Su prestigio político fue decayendo al romper relaciones con Francia, no poder evitar una crisis con Inglaterra. Quiso resolverla de manera diplomática enviando a John Jay a Inglaterra, mas este no supo defender los ideales americanos.
Esto provocó que Washington fuera instado a no presentarse como candidato a las elecciones presidenciales de 1795. En septiembre de 1796, emitió una carta de despedida y se aisló de la vida pública.
Últimos días de George Washington
En 1797, Washington regresó a Mount Vernon y se dedicó nuevamente a sus actividades agrícolas.
El 4 de julio del siguiente año, a la edad de 66 años, el presidente John Adams lo designó teniente general y comandante en jefe de los ejércitos para luchar con tropas francesas. Fue Oficial Superior del Ejército de Estados Unidos entre 1798 y 1799, sin salir de campaña.
El 12 de diciembre de 1799, después de sus fincas a caballo bajo la inclemente lluvia helada, Washington presentó un resfriado con fiebre y amigdalitis, la cual se complicó en laringitis y neumonía que le causaron la muerte el 14 de diciembre de 1799.
Algunos médicos sugieren que la muerte de Washington también se debió a su tratamiento con mercurio y sangrías, lo cual le causó un choque hipervolémico por la pérdida de sangre y también asfixia y deshidratación. Sus últimas palabras fueron “Está bien”.
Frases de George Washington
1 Una mujer sensata nunca puede ser feliz con un tonto.
2 La práctica necia y perversa de profanar maldiciones y juramentos es un vicio tan malo y mezquino que toda persona con sentido y carácter lo detesta y desprecia.
3 Si deseamos evitar el insulto, debemos ser capaces de rechazarlo; si deseamos asegurar la paz, uno de los instrumentos más poderosos de nuestra creciente prosperidad, debe saberse que estamos en todo momento preparados para la guerra.
4 La religión es tan necesaria para razonar como lo es la razón para la religión. El uno no puede existir sin el otro. Un ser razonador perdería su razón, al tratar de explicar los grandes fenómenos de la naturaleza, si no tuviera un Ser Supremo al que referirse; y bueno, ¿se ha dicho que si Dios no existiera, la humanidad se habría visto obligada a imaginar uno?
5 Cuando un pueblo se ha vuelto incapaz de gobernarse a sí mismo y está en condiciones para someterse a un amo, poco importa de dónde procede éste.
6 Estoy persuadido, usted me permitirá observar, que el camino de la verdadera piedad es tan simple que requiere poca dirección política.
7 La población tumultuosa de las grandes ciudades debe ser temida. Su violencia indiscriminada proscribe por el momento a todas las autoridades públicas, y sus consecuencias a veces son extensas y terribles.
8 El gobierno no es razón y no es elocuencia. ¡Es fuerza! Como el fuego, es un sirviente peligroso y un maestro temeroso. Nunca por un momento debería dejarse a la acción irresponsable.
9 ¿Dónde está la seguridad de la propiedad, de la reputación, de la vida, si el sentido de la obligación religiosa suspende los juramentos?
10 Levantemos un estándar que los sabios y honestos puedan reparar; el resto está en las manos de Dios
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