Este tipo de texto tiene la función de divulgar o exponer una información de interés. ¿Estás listo para conocer las 7 características de un texto informativo?
¿Qué es un Texto Informativo?
Como su nombre lo indica, su función es informar, objetivamente, a un receptor cualquiera sobre uno o varios hechos en cuestión. Por ello, suele contener datos, detalles, y descripciones.
A diferencia de otros textos, éste, en particular, no contiene opiniones, relatos, argumentos ni puntos de vista. Por el contrario, se caracteriza por su información concreta, puntual y veraz.
Un reportaje periodístico, noticias, una enciclopedia, libros de educación general, artículos médicos y científicos, instrucciones de uso, entre otros, son ejemplos claros de textos informativos.
7 Características de un texto informativo
Ahora, sin más preámbulos, vamos a describir los rasgos más esenciales de un texto informativo. Con esto, podrás identificarlos fácilmente, y/o redactarlos con mayor eficacia:
1. Veraz
Una de las primeras características que distinguen a los textos informativos de otros, es su veracidad.
Estos textos son redactados y estructurados de manera tal que un receptor pueda recibir una información objetiva de uno o varios hechos particulares; por ello, aporta datos comprobables de lo sucedido.
No es un texto desarrollado a partir de relatos, opiniones u otras subjetividades, aun cuando, algunas veces, éstos se utilicen como recursos para fundamentar un acontecimiento en cuestión.
2. Completo
Este tipo de texto no suele dejar al lector con interrogantes sin responder. Su emisor se asegura de que la información sea completa, clara y precisa.
Preguntas claves como: ¿Qué sucedió? ¿Cómo ocurrió el hecho? ¿Por qué, cuál fue la causa? ¿Quiénes estuvieron implicados? nunca se dejan al aire en un texto como el mencionado.
3. Estructura
La estructura de un texto informativo es clave, y, regularmente, se define así:
Está encabezado por un título que deja claro cuál es el tema que se va a discutir en el texto. Suele ser conciso y llamativo, sobre todo cuando es un texto periodístico.
Para complementar los datos suministrados en el título, el autor del texto puede utilizar un subtítulo. Este suele ser breve, y tampoco profundiza a plenitud en el tema.
Le sigue la introducción, en la cual se detalla de qué va a tratar el texto, y cómo será abordado, ubicando e invitando al lector a apropiarse de tal información.
Luego, el desarrollo, constituido por los párrafos en los cuales se suministra la información prometida al receptor. Y, por último, la conclusión, donde se despide el texto con las ideas más relevantes.
4. Lenguaje directo e impersonal
El lenguaje de un texto informativo suele ser muy exacto y directo. En otras palabras, no es vacilante, ni recurre a metáforas u otros recursos lingüísticos para transmitir la información.
No confunde al lector, ni genera en éste interpretaciones erróneas, pues la información está basada en datos reales y objetivos. El emisor se comunica en un tono impersonal, técnico, y divulgativo.
5. Breve y rápido
Sin duda, esta tiene que ser una de las 7 características de un texto informativo: su contenido breve y rápido.
Puesto que su propósito principal es informar, puede decirse que va “directo al grano”. Dado su lenguaje directo, el texto no necesita ser extenso para transmitir la información que se quiere aportar.
En pocos párrafos, el autor comunica el hecho en cuestión, y suministra los datos necesarios para dar la información completa.
6. No contiene estrategias de convencimiento
Ya lo podrás intuir, pero igual debemos recalcar, el emisor nunca utiliza argumentos, ni opiniones particulares para desarrollar el tema.
Como ya te hemos comentado, su objetivo no es convencer al lector de una idea en particular, sino informar. Por tanto, de ninguna manera encontrarás un tono persuasivo en un texto como este.
Lo que si puedes hallar en un texto informativo es el uso de la retórica, o de estrategias expositivas que faciliten la comprensión del mensaje.
7. Texto o narración interesante
Aun cuando un texto informativo no se apoya en recursos argumentativos, y persuasivos, el autor debe buscar la manera de hacer interesante la información.
Debe narrar los hechos a un público específico; esto es, a aquellos a quienes pueda interesarle tal información.
Antes de comenzar a escribir, el autor debe preguntarse, quiénes son los interesados en lo que voy a comunicar, y de qué manera puedo comunicárselo para cautivarlos.
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