Los chistes cortos y graciosos son pequeñas narraciones sencillas que ayudan a amenizar las reuniones familiares o entre amigos.
Claramente, su gracia dependerá mucho de la audiencia y los diferentes estilos de humor que se encuentren en la habitación.
Por esta razón, hemos recogido para ti 25 chistes cortos y graciosos para diferentes tipos de personalidad. ¡Disfrútalos!
Estos son los Mejores 25 Chistes Chistosos
Pasa un rato divertido con estos chistes cortos que te harán morir de la risa:
Chistes Cortos para Niños
1
Mamá, en el cole me llaman despistado.
Niño, ¿qué haces aquí?, ¡esta no es tu casa!
2
Pedrito, ¿qué planeta va después de Marte?
Miércoles maestra, ¿cuál otro?
3
¿Por qué Bob Esponja no va al gimnasio?
Porque ya está cuadrado, ¿no lo ve?
4
Doctor, ¿qué puedo hacer para que mi hijo no se haga pis en la cama?
Que duerma en el baño.
5
¿Por qué lloraba el libro de matemáticas?
Porque tenía muchos problemas maestra.
6
Papá, cuando sea mayor quiero ser como tú.
¿Por qué?
Para tener un hijo como yo.
Chistes de Pepito
7
La maestra le pregunta a Pepito:
Si yo digo fui rica, es tiempo pasado, pero si digo soy hermosa, ¿qué es?
Exceso de imaginación.
8
Ve Pepito a su madre y le pregunta:
Mami, mami, ¿los caramelos de chocolate caminan por la pared?
Pues no, hijo mío. Los caramelos no caminan.
Ah, pues entonces me he comido una cucaracha.
9
Pepito, si no apruebas el examen de mañana olvídate de que soy tu padre, estudia mucho.
Al día siguiente:
¿Cómo te ha salido el examen?
¿Y tú quién eres?
10
La profesora le pregunta a Pepito:
¿Qué puede decirme algo sobre la muerte de Napoleón?
Pepito levanta la mano:
Dígame Pepito
Que lo siento mucho.
11
Mamá, esta noche no me esperes.
¿Por qué, Pepito? ¿A dónde vas sin permiso?
Porque ya he llegado.
Chistes Malos pero Graciosos
12
Una pareja de abuelitos se encuentran acostados viendo la televisión cuando ella le comenta a su marido:
Pareces un teléfono móvil
¿Por qué? ¿Vibro mucho?
Porque cuando entras en el túnel te quedas sin cobertura.
13
Cariño, creo que estás obsesionado con el fútbol y me hace falta tu esencia real.
¡¿Qué falta?! ¡¿Qué falta?! ¡¡Si no te he tocado mujer!!
14
¿Qué le dice una pared a otra pared?
Nos vemos en la esquina.
15
¿Por qué los diabéticos no pueden vengarse?
Porque la venganza es dulce
16
En la sala de un hogar tradicional, una madre le dice a su hijo adolescente:
¡Me ha dicho un pajarito que te drogas!
¡La que se droga eres tú que hablas con pajaritos!
17
¿Cómo se dice psicoanalista en japonés?
Se dice Sakudo Tukoko.
18
¿Cuál es el colmo de un jardinero?
Que siempre lo dejen plantado.
19
¿Cómo va tu vida amorosa?
Como la Coca-Cola: primero normal, luego light y ahora zero, pero siempre popular.
20
Acabo de escribir un libro.
¿Y por qué has dibujado un dedo en la primera página?
Porque es el índice.
21
¡Me acaba de picar una serpiente!
¿Cobra?
No, gratis.
22
Llega un venezolano a una tienda y dice:
Señor, ¿puede darme un servicio de chinchurrias y dos hallacas bien calienticas? Vengo muerto de hambre
Y bien muerto de hambre vienes, porque en el letrero dice que vendo hamacas y chinchorros.
23
Va un venezolano a un programa que se llama “¿Quién quiere ser millonario?”, y ya en la pregunta 15 le preguntan “¿Entre el año 1820 y 1830 quién fue el vigilante de la finca de Simón Bolívar?” y le dice el venezolano:
Vertale, cómo que no quieres que me lleve el premio, bien difícil. Pero, voy a utilizar mi último comodín, voy a llamar a un primo que es vigilante, él debe conocer a todos esos señores.
El operador realiza la llamada y responde el hombre:
Aló, primo mío, estoy en el programa de “¿quién quiere ser millonario?”, necesito que me ayudes con una pregunta de tu trabajo.
Ajaaa, primo, decime pues.
¿Entre el año 1820 y 1830 quién fue el vigilante de la finca de Simón Bolívar?
Conchale vale, está fuerte esa pregunta pero para que le ganes una, pregunta tú que si era el turno de la mañana o el de la noche.
24
Señor mesonero, temo decirle que este bistec tiene muchos nervios.
Eso es normal mi hermano, es la primera vez que se lo van a comer
25
Estaban dos locos armando el arbolito de Navidad cuando uno le dice al otro:
Amigo mío, me avisa si prenden las luces.
Claro, ya prendieron… se apagaron… volvieron a prender
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