Las historias de terror, por lo general, están basadas en hechos reales, acontecimientos importantes que marcaron la vida o la muerte de muchas personas y por esa simple razón, son las favoritas de muchos fanáticos de los cuentos de miedo.
7 Escalofriantes Historias de Terror
1. La carta de Albert Fish “el Torturador”
Albert Fish era pederasta, verdugo y era conocido por varios seudónimos: “el torturador”, “el vampiro de Brooklyn”, “el hombre lobo de Wysteris” y “el hombre gris”.
Tenía una colección que la denominaba “los instrumentos del infierno”, incluyendo en esa lista un filoso cuchillo de carnicero. Este asesino en serie fue catalogado como caníbal y fetichista de las heces, también se auto-mutilaba.
Sin embargo, esto no sólo fue lo que impactó a la sociedad de Nueva York y sus autoridades, sino algo mucho peor: su necesidad de regocijarse.
Su última víctima fue una pequeña de tan sólo 10 años de edad, se llamaba Grace y era la más joven de la familia Budd que vivían en Manhattan. Al momento de conocerla, Albert tenía 58 años de edad y se presentó como Frank Howard, un granjero adinerado de Farmingdale, haciéndose amigo de la casa.
Un día por la tarde, se llevó a Grace a una fiesta de cumpleaños y nunca jamás regresó. La torturó, asesino, descuartizó y comió. Debido a la desaparición de la niña, la policía comenzó su búsqueda y concretó con enjuiciar al hombre equivocado, Charles Edward Pope, quien pasó 108 días en prisión injustamente.
Posterior a eso, Albert Fish le dirigió una carta “anónima” a la madre de la víctima con morbosidades atroces. La única educación que tuvo al momento de escribirla fue sólo al principio “Mi querida señora Budd”. En el pequeño manuscrito explicaba detalle tras detalle todos los acontecimientos del horrible crimen.
Finalmente, las autoridades lo encontraron, enjuiciaron y condenaron a muerte en 1936 en Nueva York. Antes de morir, él mismo afirmó ante la policía haber abusado sexualmente de más de 100 niños y al mismo tiempo, era el principal sospechosos de 5 asesinatos (aunque sólo confesó 3).
2. El Ladrón de Tumbas
Anatoly Moskvin, era un ruso de 45 años, quien fue descubierto junto a su colección de muñecas elaboradas de restos de cadáveres femeninos total o parcialmente momificados en su casa en la ciudad de Nizhny Novgorod.
Cada una de las muñecas humanas se encontraban cuidadosamente vestidas, su cara estaba cubierta al igual que sus manos. Unas estaban ubicadas en algunos muebles, mientras otras estaban en las estanterías. Vale la pena señalar que, uno de los cuerpos estaba postrado con una forma de oso de peluche y además, sobre su cuello tenía la cabeza de este muñeco.
La mayoría de los cadáveres que había en el domicilio eran niñas de 13 y 12 años. Estos cuerpos previamente habían sido robados de docenas de tumbas, así lo afirmo The Mirror. La idea de Moskvin era hacer una mega colección de muñecas humanas, cada una tenía un nombre propio y además, les organizaba fiestas de cumpleaños.
Otra particularidad de esta historia, es que éste sujeto recogía información actualizada acerca de la vida de cada niña que había profanado su tumba. Adicionalmente, hizo un manual sobre cómo fabricar muñecos con cadáveres humanos.
Sus espantosas actividades fueron descubiertas por sus padres, quienes le realizaron una visita a su casa por sorpresa. Ellos mismos llamarón a la policía y en el 2011 fue arrestado. Sin embargo, el juzgado lo consideró no apto para encarcelarlo.
3. La Joven de la Curva
Esta leyenda urbana es muy comentada en las Costas del Garraf. Una joven con vestido de blanco espera a los conductores en una curva peligrosa.
La historia relata de un padre de familia que regresaba a casa después de una jornada de trabajo. Era una noche lluviosa y entre el cansancio de sus ojos que empujaban sus parpados hacia abajo, el fuerte frió que hacía y las gotas de la tormenta, el parabrisas se empañaba con frecuencia.
Este hombre redujo la velocidad con la que iba manejando, debido a la violenta lluvia que estaba, la cual le hacía perder la estabilidad del auto en carretera. En ese momento, los faros alumbraron el rostro de la una chica, quien estaba empapada por la lluvia y pedía que alguien se apiadará de ella, dejándola en su destino deseado.
Por buena fe, el hombre frenó y la invito a subirse. Ella inmediatamente acepto y se sentó en el copiloto. El chofer detalló su vestimenta y observo que su vestido blanco estaba viejo, manchado de barro y arrugado. Además, su cabello enredado y piel pálida. Para él, parecía que llevaba un buen rato en espera de alguien y por eso, le preguntó en diferentes ocasiones como había llegado hasta ese lugar, pero ella sólo esquivaba la pregunta.
Con una voz muy fría y tajante, la chica le pidió al hombre que redujera la velocidad hasta casi detener el vehículo: “es una curva muy cerrada y peligrosa”, mencionó. El hombre siguió su consejo y notó lo peligroso que podría haber sido si ella no le advierte. Luego, le dio las gracias.
Ella, con su voz fría y cortante le respondió: “No me agradezca, es mi misión. Yo me mate ahí hace unos 25 años atrás en una noche como ésta”. De inmediato, el miedo se apoderó del hombre y sintió un escalofrió enorme.
Cuando volteó la mirada hacia la joven, ya no estaba en el puesto del copiloto. Sin embargo, el asiento estaba aún húmedo.
4. El Visitante de la Noche
Esta historia se trata de Leonor, un joven que vivía con su madre y se mudaban a un nuevo domicilio.
La madre de Leonor le encantaba la idea de restaurar inmuebles viejos, por eso empujaba a todo el grupo familiar a mudarse con frecuencia.
La primera noche que durmieron en esta nueva casa, Leonor no pudo conciliar el sueño tan fácilmente (era casi normal, debido a la vida nómada que llevaba siempre). Su madre le dejó una bombilla encendida para que sus miedos se fueran y hasta un momento, así fue.
Al dormirse, el viento que hacia crujir a las ventanas y los sonidos raros del parqué de al lado la despertaban siempre. Así pasaron tres largas noches hasta que se acostumbró a los ruidos. A la siguiente semana, en una noche fría, un estruendo enorme la sobresaltó. Había una tormenta y la ventana se abrió de par en par.
Leonor quiso prender el interruptor de la luz y no funcionó. Nuevamente el ruido volvió a sonar y en esta ocasión, desde otro ángulo del dormitorio. Se levantó de su cama en búsqueda de su madre y salió corriendo, todo estaba oscuro. No podría ver nada.
Chocó con algo y cuando palpó era un mechón de cabello, se estremeció al instante. El miedo se apoderó de ella, un relámpago iluminó todo el espacio y vio a un niño justo frente de ella. Siguió corriendo y por fin, se encontró con su madre, le preguntó si había visto lo mismo que ella visualizó. Y efectivamente, su madre lo vio.
Sin esperar más nada, ni preparar el equipaje, salieron de la casa. Volvieron al amanecer, con las ropas mojadas de la lluvia y aun aterrorizadas. Todo estaba normal, sin embargo, había un espejo en el pasillo que colgaba un mechón de pelo y la palabra ¡fuera!
Sin dudarlo, la familia se mudó definitivamente y dejaron atrás esa terrible pesadilla. Pasando el tiempo, Leonor comenzó clases en su nuevo colegio y un día, la profesora le repartió unos periódicos viejos para una actividad.
La niña vio un titular y rompió en llanto: “aparece muerto niño en extrañas circunstancias”. Sí, era el mismo menor que una vez le apareció en su antigua casa.
5. Islas de las Muñecas
En la Ciudad de México existe una isla situada al centro sur que alberga a centenares de miles de muñecas antiguas, las cuales son puestas de forma de ofrecimiento satánico. Muchas de estas muñecas tienen la cabeza clavadas en estacas, mientras otras sólo están colgadas en algunos árboles.
Julián Santana era el propietario de un amplio terreno del islote, y fue el impulsor de colgar muñecas para ahuyentar a los malos espíritus, ya que él pensaba que había sido maldito por haber encontrado el cuerpo de una joven colgada.
El hombre comenzó a escuchar voces, llantos y pasos. Por eso, tomó esta extraña decisión buscando muñecas de todo tipo, incluso hasta en los basureros.
En el 2001 encontraron a Santana muerto a orillas del rio, después de comentarle a su sobrino que una sirena se lo quería llevárselo.
6. Verónica está en el Espejo
Verónica era una jovencita que participó en una oportunidad en la Ouija, un juego con invocación al diablo. Durante el juego, la niña fue asesina en extrañas circunstancia delante de la mirada de todos los participantes.
No se sabe si una de las sillas que estaba en la estancia salió volando y la puñaleo o si fueron las tijeras que estaban en la habitación y de igual manera, se elevaron ocasionándole la muerte.
Según la profecía, si nombras a Verónica 3, 6 o 9 veces frente al espejo, con una biblia y unas tijeras abiertas, automáticamente el espejo se empañará y detrás de ti aparecerá el espíritu de la joven causándote la muerte.
7. El Callejón del Muerto
En la localidad mexicana de México, Oaxaca, hay una historia peculiar entre sus habitantes. La leyenda cuenta de un hombre que tenía como trabajo encender las lámparas de aceite que tenía la ciudad. Una noche como de costumbre se ocupaba de hacer su labor, pero la muerte lo espero en un callejón.
El fallecimiento de este hombre fue todo un misterio, incluso hasta en la actualidad. Se cuenta que todos los días a las 9 de la noche aparece para cobrar venganza y recorrer todo el callejón de las lámparas de aceite.
Y tú ¿Qué otras historias de terror agregarías en esta lista? ¡Déjanos tus comentarios aquí!
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