Ya hemos hablado en artículos anteriores de la Primera Guerra Mundial, la cual finalizo con la derrota de Alemanía. Sin embargo, esto originó un profundo rencor y un creciente nacionalismo en los alemanes, aspectos que aprovechó al máximo el Tercer Reich, Adolf Hitler, quien inició y protagonizó la guerra más devastadora de todos los tiempos desde el año 1939 hasta 1945. La segunda guerra mundial
Causas y Antecedentes
Luego de haber participado con el ejército alemán en la Primera Guerra Mundial siendo condecorado en par de ocasiones, Adolf Hitler se convertiría en Canciller de Alemania en 1933 de forma democrática. Posteriormente sería nombrado líder máximo de la nación.
Hitler representaba la voluntad que tenían los alemanes de volver a ser una potencia tras La Gran Guerra, y éste lo sabía, por lo que a través de métodos propagandísticos y publicitarios extendió y llevó a cada rincón con eficacia su mensaje e ideología Nazi, que declaraba la superioridad de la raza germana o Aria frente al mundo entero.
Enemigos de Hitler
Hitler apostaba por la diplomacia como método para sobreponer a Alemania frente a las demás naciones; sin embargo, sabía que la fuerza era el elemento decisivo, por lo que en su obra “Mi Lucha”, repudió a todos los sectores pacifistas, mencionándolos como culpables de la derrota pasada.
¿Cuáles eran exactamente estos supuestos pacifistas? Los comunistas y judíos, quienes sufrirían torturas, experimentos y la muerte en los campos concentración Nazi, dando inicio al tétrico Holocausto.
Hitler Toma Terreno en el Panorama Mundial
Una vez Alemania había recuperado en cierta medida su poderío militar tras acoger a los millones de desempleados en el servicio militar, era ya hora de buscar triunfos en el exterior, y para ello usaría la amenaza bélica.
Consiguió a través de los Acuerdos de Múnich que una parte importante de Checoslovaquia – los Sudetes – volviese a ser de Alemania, esto en presencia de otras tres potencias, Italia, Inglaterra y Francia. ¡Alemania obtenía así su primera gran victoria!
Churchill, quien será protagonista más adelante dijo ante semejante actuación una frase icónica – inspirada por Maquiavelo – que quizás faltó en dicha reunión: “el que se arrodilla para evitar la guerra, se queda con la humillación y con la guerra”.
Formación de Alianzas
Con una Europa pasmada tras lo ocurrido en Múnich, Hitler había tomado de nuevo poder en el centro del Viejo Continente, algo que aunado a sus relaciones con Mussolini le era fenomenal. No obstante, faltaba una pieza en el rompecabezas, nada más y nada menos, la Unión Soviética de Stalin.
Si Hitler quería iniciar la guerra, no podía hacerlo con Rusia acechándole en la espalda, ¡debía librarse de ella! ¿Pero cómo? Mediante un pacto más que provechoso para Stalin en el que varios territorios pasarían a estar bajo el dominio e influencia soviética.
Stalin firma por fin el pacto de no agresión germano-soviético que debía cumplirse por al menos 10 años y sí, Europa volvía a quedar estupefacta ante tal acuerdo.
¡La Unión Soviética ya no era un problema! El Tercer Reich se había cubierto la retaguardia y era hora de iniciar la Segunda Guerra Mundial de una vez por todas.
Inicio y Desarrollo de la Guerra
Al amanecer del 1 septiembre de 1939 Hitler inicia su ofensiva, teniendo como objetivo a mediano plazo llegar a París. Primero invade Varsovia, detonando el conflicto y haciendo que Inglaterra y Francia le declaren la guerra.
A las fuerzas germanas no les tomaría ni un mes en hacerse con los dominios polacos, y parte de éstos – tal cual habían sido firmados en secreto en el pacto germano-soviético – permanecerían en manos de Stalin, con ligeros cambios pero sin desacuerdo alguno aún.
Hitler Conquista Occidente
Luego de intentos diplomáticos fallidos por parte de Hitler con Francia e Inglaterra para recuperar colonias germanas perdidas en la Primera Guerra Mundial, se reiniciarían sus campañas militares, haciéndose el 9 de abril de 1940 con Dinamarca, la cual no opuso ninguna resistencia.
Luego invadiría Noruega, algo que obligó a los británicos a sitiar Islandia para garantizar su tráfico naval con Estados Unidos en el Atlántico.
Ya para el 10 de mayo de ese mismo año Alemania empieza a penetrar en territorios de Occidente, conquistando Holanda, Bélgica, Luxemburgo y llegando triunfalmente a París, el Tercer Reich veía exitosa la “Campaña de Occidente”, y ya dominaba gran parte del continente europeo.
Italia entra en la Guerra ¡Alemania al Rescate!
Luego de casi un año de conflicto y aprovechando el dominio Nazi sobre Occidente, Mussolini declara la guerra a Francia e Inglaterra, iniciando una campaña en el norte de África para hacerse con las colonias francesas e inglesas. Sin embargo, no podría lograr tal cometido.
Luego intentaría invadir Grecia y sería nuevamente derrotado, evento que obligó a la Alemania de Hitler a movilizarse para ayudar a su aliado. Hitler doblegaría Grecia y llegaría hasta Creta, así como también se apoderaría de varios territorios franco-ingleses en África.
Batalla Aérea en el Atlántico ¡Hitler vs Churchill!
Tras la invasión de Alemania a Occidente, entró en juego quien a la postre se convertiría en el gran héroe estratégico de los Aliados para ganar la guerra, Winston Churchill. Y lo hizo justo a tiempo, pues entre agosto y septiembre Hitler iniciaría con la “Operación León Marino”, hecho que marcaría por completo el destino de la guerra.
Esta operación consistía en invadir Gran Bretaña por la fuerza aérea, registrando bombardeos masivos en ciudades inglesas. Sin embargo, Inglaterra resistió y frenó la avanzada del líder alemán, quien por primera vez en la guerra perdía una batalla.
Inglaterra Pide Ayuda a EE.UU
Al verse Inglaterra mermada tras la resistencia aérea en el Atlántico contra los Nazis, se vio en la tarea de solicitar ayuda a Estados Unidos. El presidente norteamericano de aquel entonces, Roosevelt, declaró que ayudaría, mas no entraría a la guerra aún.
Operación Barbarroja ¡Hitler vs Stalin!
Hitler no pudo contra Inglaterra, y luego de observar el creciente apoyo estadounidense cambió de rumbo. Aunque antes, firmaría el Pacto Tripartito con Italia y Japón, quienes debían ayudarle en caso de que EE.UU entrase a la guerra por cualquier motivo.
Por su parte, Stalin había estado moviéndose por su cuenta, apoderándose de los países bálticos: Estonia, Lituania y Letonia, además de Finlandia.
De soslayo observaba el poderío de Hitler, pero había un pacto de no agresión ¿recuerdas? Esto no le importaría al Tercer Reich para ir a por el gigante ruso en la primavera de 1941.
La “Operación Barbarroja” es lanzada en 1941, empezando con éxitos sublimes, como la conquista de Kiev y Moscú. Hitler había roto el pacto germano-soviético e iba decidido a obtener el petróleo abundante en Stalingrado.
La Batalla de Stalingrado: La más Sangrienta de la Historia
A pesar de las prominentes fuerzas germanas, el nacionalismo ruso y las condiciones climáticas le permitieron al Ejército Rojo de la Unión Soviética ganar la batalla más sangrienta de la historia en Stalingrado, donde hubo un total de bajas abrumador que casi alcanzaba los 2 millones.
Rusia había resistido, Hitler perdía su indispensable petróleo, la contraofensiva era inminente en el Oriente, y así empezaría a decaer la Alemania Nazi.
Pearl Harbor: El Ataque del Imperio Japonés
Japón aprovechó el Pacto Tripartito para entrar a la guerra, pues tenía sus propias aspiraciones de conquista.
Aun así, debido a su coalición con Alemania, Estados Unidos respondió con un embargo petrolero a los nipones, problema que generó tensiones entre ambos países.
Todo esto culminó con el ataque sorpresa de los japoneses a la base aérea ubicada en Hawái llamada Pearl Harbor, dando pie al ingreso definitivo del país norteamericano en la disputa bélica.
Contraofensiva de los Aliados en Occidente
Por el Este los rusos recuperaban cada vez más terrenos, mientras que con la inclusión de Estados Unidos en la guerra empezaría pronto la contraofensiva en Occidente.
Gestas heroicas en paralelo como el Desembarco de Normandía y la Liberación de París hicieron retroceder territorio valioso para Alemania en el Oeste. Aunado a esto, los ítalo-alemanes también habían perdido sus territorios en África septentrional.
La Derrota Inminente de Berlín ¡Hitler Muere!
Con ambos frentes acorralados, Berlín cae por fin el 16 de abril de 1945 tras las contraofensivas de los Aliados.
Hitler se suicida junto a su compañera sentimental en un bunker y así se da por finalizado el conflicto… ¿o no? La paz total debería esperar a la venganza americana por lo sucedido en Pearl Harbor.
Venganza en Hiroshima y Nagasaki
Luego de las batallas navales ganadas por los Estados Unidos en el Pacífico, Japón se encontraba contra las cuerdas, pero aún había un suceso histórico por suceder, aún había un diente por cobrar.
El 6 y 9 de agosto de ese mismo año, Estados Unidos dejaría caer sobre Hiroshima y Nagasaki dos bombas nucleares con índices de destrucción nunca antes vistos por la raza humana. Esto obligó a la rendición inmediata del Imperio Japonés y a la victoria implacable de EE.UU en la guerra.
Principales Consecuencias
Luego de dos guerras que dejaron a Europa pisoteada y masacrada en infraestructura y pérdidas humanas, el mundo necesitaba un organismo de mediación que prohibiera este tipo de conflictos nuevamente.
La creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para mantener la paz mundial y la Declaración Universal de los Derechos Humanos para garantizar los derechos básicos de cada ser humano fueron consecuencias positivas.
Empero, no tanto así fueron las aproximadamente 50 millones de muertes y la hambruna desatada por una Europa económicamente derruida, situación que ocasionó un éxodo masivo de europeos hacia América.
Alemania volvió a ser el gran perdedor y su territorio se dividiría en dos para repartirlo entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. EE.UU ocuparía el lado occidental y la URSS se encargaría de la parte oriental.
Esta división de Alemania sería el centro de la guerra que estaba por comenzar, y sería la mismísima Berlín que 44 años después la acabaría también. Sí, iniciaba la Guerra Fría entre el Capitalismo y el Comunismo, que aunque terminó en términos diplomáticos tras la caída del muro de Berlín, aún se vive en pleno siglo XXI.
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