El terror es una de las emociones más profundas que se siente hasta en el cuerpo. Estos cuentos de terror te harán sentir terribles sensaciones.
Los 5 Cuentos de Terror más Horripilantes
1. La Llorona
Un matrimonio llevaba poco tiempo de unión, pero era un matrimonio muy feliz. Sin embargo un día, el hombre se enamoró de otra mujer, más rica que su esposa. Esta, que era muy celosa y posesiva, trató de retenerlo bajo amenazas. Pero el marido no le hizo caso.
El hombre siguió viéndose con su amante y ya planeaba divorciarse de su mujer para casarse con ella. También quería llevarse a sus dos hijos pues no quería dejarlos con su mujer. Un día fue a pedirle el divorcio a su esposa. Esta se puso como loca y no se lo quiso dar.
-¡Tú a mí no me vas a dejar por esa zorra solo porque es rica! –le dijo la mujer- ¡Primero te mato!
-No me asustan tus amenazas –le dijo el hombre-, ya no te amo.
Y esa misma tarde, el hombre hizo sus maletas y se fue de la casa para vivir con su amante y a partir de allí vivió muy tranquilo y su mujer ya no lo molestó. Pero un día sucedió lo terrible.
El hombre fue a buscar a sus hijos en la escuela y se encontró con que su madre ya los había recogido. El hombre se angustió pues pensó que la mujer podía hacerles daño a los niños. Los buscó por todo el pueblo hasta que llegó al río y se encontró una sorpresa terrible.
En el agua flotaban los cadáveres de su mujer y sus hijos. Ésta los había ahogado y luego se había suicidado. Antes de hacerlo le dejó una nota que decía: “Te advertí que nunca me olvidarías”.
El hombre no pudo soportar el dolor de haber perdido a sus hijos. Luego de ese fatídico día, todas las noches se veía el fantasma de una mujer que deambulaba y lloraba a gritos diciendo: ¡Ay, mis hijos! Y así nació la leyenda de La Llorona.
2. Kuchissake-Onna (La Historia de la Mujer de la Boca Cortada)
Había un examen sorpresa de matemáticas a última hora en la escuela y las clases terminaron antes de la hora. Las calles de Tokio se cubrieron de las sombras cuando las dos hermanas Sakura y Keiko iban camino a casa.
Iban caminando muy alegremente e inevitablemente se desviaron por una calle angosta para tomar un atajo. Ya habían recorrido varios metros cuando se dieron cuenta de que el lugar estaba muy oscuro y ellas eran las únicas almas vivientes.
De repente, apareció una mujer entre las sombras y se fue acercando hacia ellas. La mujer tenía una larga cabellera oscura, un abrigo negro y una mascarilla quirúrgica que cubría la mitad de su rostro.
La mascarilla no intimidó a Sakura ni a Keiko, pues el uso de mascarillas era muy común en los japoneses para prevenir enfermedades.
La mujer se paró ante las niñas y les preguntó: “¿Soy hermosa?”. Ellas sonrieron aliviadas al pensar que la mujer era inofensiva. Sakura le respondió: “Sí”.
Luego la mujer se quitó la mascarilla y mostró unas horribles heridas sangrantes desde la comisura de su boca y que dibujaban una horripilante sonrisa de oreja a oreja. “¿Y ahora?”, preguntó.
Sakura dio un grito de horror. Keiko se quedó inmóvil, sin poder reaccionar.
Rápidamente, la mujer sacó unas enormes y filosas tijeras de su abrigo y cortó la garganta de Sakura. La sangre salió y salpicó a Keiko, que por fin pudo reaccionar y salió corriendo en dirección contraria.
Pero la extraña mujer se apareció frente ella y lo siguió haciendo cada vez que Keiko trataba de escapar y le seguía preguntando “¿Soy hermosa?”.
Keiko se sintió tan desesperada que al fin tuvo que responderle que sí. El yokai (demonio japonés), con una sonrisa espeluznante, le cortó la cara a la pequeña y le dejó en su rostro una mueca sangrienta tan horrible como la suya.
3. La Maestra Quemada
Un niño llamado Juanito estaba empezando el cuarto grado y sus padres lo inscribieron en la Escuela de la calle 10. Juanito llegó puntual el primer día de clases y consiguió amigos rápidamente. Pero cuando salió al recreo, vio algo que lo perturbaría todo el año escolar.
Mientras jugaba a las escondidas, vio a una mujer con la cara horriblemente quemada que preguntaba por un alumno llamado Pedro López. Juanito le dijo que no sabía, pero la maestra no le creyó. Incluso Juanito se le hacía muy parecido al tal Pedro.
Un día de recreo, Juanito escuchó a unos alumnos más grandes narrar una historia de una maestra que había muerto al caerle ácido muriático en el cuerpo por una trampa de sus alumnos más traviesos. Pero la trampa llegó muy lejos y le causó la muerte a la maestra.
Ahora esta maestra buscaba a los alumnos responsables, que nunca se descubrieron, para castigarlos y que su alma descansara en paz.
Y así, cada vez que el niño iba a la escuela, se le aparecía la maestra. Hasta que llegó un momento en que no quiso ir más a la escuela, pero sus padres lo obligaron a ir y no le creyeron su relato. Sus compañeros tampoco le creyeron y en un altercado, se peleó a golpes con uno.
Juanito fue castigado con tres días sin recreo. El primer día de castigo fue el peor de la vida de Juanito. Ese día se le apareció la maestra con una botella de ácido muriático y se la echó encima. Juanito gritó del dolor y atrajo a la maestra. Pero cuando esta llegó, ya era muy tarde.
A partir de ese día, no solo se veía el fantasma de una maestra sino también de un niño que buscaba al alumno responsable de la fatídica trampa.
4. Las Muñecas de Navidad
Se acercaba el 25 de diciembre y los niños ya estaban decidiendo qué regalo querían. La juguetería más grande de la ciudad estaba abarrotada de niños contemplando los juguetes. Entre esos juguetes, habían unos hermosos duendes de Santa que hablaban al apretarlos.
Una niña de nombre Paula quedó fascinada con aquellos muñecos y pidió uno a Santa. Sus padres la consentían tanto que se lo compraron, sin importar lo caro que costaba.
Pero cuando Paula sacó su muñeca duende de la envoltura dorada, se sintió muy feliz. Apretó la barriga y la muñeca le dijo:
-¡Hola, cielito! Espero que te hayas portado muy bien esta Navidad.
Luego su cara se tornó horripilante y dijo:
-… ¡Porque será la última de tu vida!
La niña se asustó y le dijo a sus padres, pero estos pensaron que era solo su imaginación. Pero durante los días antes de Navidad, la muñeca duende seguía asustando a Paula.
Cuando ya se acercaba la Navidad, los padres de Paula supieron de varios niños que habían muerto aquella Navidad. Casualmente, todos esos niños tenían una muñeca duende.
Una persona les contó que las muñecas tenían un espíritu de un hombre que se había suicidado en Navidad porque se sentía muy solo y nunca había tenido con quien celebrar la festividad. Si no destruían la muñeca antes de Nochebuena, mataría a su hija.
Esta ya le había cortado la cabeza a la muñeca. A partir de esa Navidad, nunca más volvió a pedir un juguete a Santa.
5 La Ouija
Una joven llamada Clara encontró una ouija en el ático de su casa y comenzó a jugar con ella para comunicarse con sus seres queridos y algunos famosos muertos que ella admiraba. Los primeros días, todo iba muy bien hasta que un día…
…Empezaron a suceder cosas terribles en la casa, se movían las cosas solas, aparecían notas con sangre en la pared, se oían ruidos extraños y hasta aparecían cadáveres de animales.
Los padres de Clara le advirtieron que dejara de jugar con la ouija, pero ella no les hacía caso y siguió jugando a comunicarse con los espíritus, a quienes consideraba “sus únicos amigos”. El padre de Clara decidió quemar la ouija cuando su hija estuviese en la escuela.
El padre buscó el tablero para quemarlo, pero cuando entró al cuarto, vio una nota con sangre en el espejo que decía “TE LO ADVERTÍ”. A partir de ese día, Clara no apareció nunca más.
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