Descubre 10 Cuentos Infantiles Cortos para Niños que fomentarán la lectura y favorecerán su creatividad. Énfasis especial en el cuento de la Caperucita Roja, cuentos clásicos con moraleja.
Cuentos Infantiles
Un cuento es relato breve que se caracteriza por tener un argumento simple de entender. Puede relatar una historia ficticia y fantástica, o puede narrar un hecho real.
Desde hace mucho tiempo los cuentos son la narrativa predilecta de los niños, y es la mejor manera de iniciarlos en la lectura para que gocen de los variados beneficios de esta.
La lectura trae distintos beneficios en el crecimiento de los niños, desarrolla una mejor comprensión o entendimiento, fomenta la creatividad y agiliza la memoria.
Sin embargo, los niños no nacen con interés por la lectura y algunos se pueden negar a involucrarse en la misma, por eso es muy importante escoger el cuento adecuado.
Un cuento que logre iniciar a los niños en este maravilloso mundo, como es el de la lectura, y que lo puedan disfrutar tanto como nosotros, admirando esta rama tan antigua del arte.
10 Cuentos Infantiles Cortos para Niños
A continuación presentamos una selección de cuentos infantiles popularmente adorados por los niños, que los iniciara como jóvenes lectores.
1. Caperucita Roja
Había una vez una pequeña niña que era muy curiosa y audaz, era muy querida por sus allegados y era la alegría de la abuela. El día de su cumpleaños, la abuela, decidió regalarle una caperuza roja.
La niña, adoraba su regalo y lo llevaba puesto a todos lados, de esta manera, con el tiempo adquirió el apodo de “caperucita roja” y todos en el pueblo llamaban de esta manera.
Esta niña creció y un día, su madre, la envió a llevarle una cesta con comida a su abuela que estaba enferma y vivía en una cabaña retirada en el bosque.
-Caperucita, ven acá…
-¿Qué sucede, madre?
-Tu querida abuela ha enfermado y debes llevarle esta canasta con torta, té y una jarrita de miel, estos alimentos ayudarán a que se recupere.
Caperucita, encantada acepto, ella adoraba visitar a su abuela, preparada para irse su madre la detuvo y le dijo una cosa más:
-Caperucita, escúchame, porque es muy importante lo que te diré; no hables con desconocidos, ni te salgas del camino.
Caperuza, sin prestar mucha atención se encamino hacia la cabaña de la abuela. Su naturaleza curiosa y desobediente la obligo a desviarse, de esta manera encontró a un lobo que aparentaba ser muy amable.
Caperucita se asustó, ya que el lobo era un extraño, pero al ver su actitud tan cordial se sintió confiada. El Lobo le pregunto a donde se dirigía y ella le contesto sin reparo alguno que se dirigía a la cabaña de su abuela.
El Lobo ingenió un plan donde él cenaría doble. Dicho Lobo tomaría un atajo y llegaría a la casa de la abuela antes que caperuza, y se comería a ambas quedando realmente satisfecho.
El Lobo llego a la cabaña de la abuela y toco la puerta, fingiendo ser Caperucita, entró y se la comió, tomo sus ropajes y se disfrazó de la mismísima abuela de Caperuza.
Cuando Caperucita llego encontró la puerta abierta, y a la falsa abuela, tendida en la cama. El Lobo, le dijo que se acercara y Caperuza obedeció, a pesar de su extraña apariencia:
-¡Abuelita, abuelita, que ojos tan grandes tienes!
-Son para verte mejor, Caperuza.
-¡Abuelita, abuelita, que orejas tan grandes tienes!
-Son para oírte mejor.
-¡Abuelita, abuelita, que dientes tan grandes tienes!
-¡Son para comerte mejor!
Y el despiadado lobo salto hacia caperuza y la engullo de un bocado…
Pasando por la cabaña de la abuela, se encontró un leñador que tras observar tan extraño escenario dedujo lo sucedido.
Encontró al lobo realmente satisfecho, descansando debajo de un árbol y abrió el estómago del lobo y libero a Caperucita y su abuela.
2. Los Tres Cerditos
Habían tres cerditos que eran hermanos y eran acosados por un temible lobo, estos cerditos cansados del temor infundado por el lobo decidieron que se refugiarían cada uno en una casa.
El hermano más pequeño construyo una casa de paja y termino rápidamente, teniendo tiempo disponible para jugar, el hermano del medio la construyo de madera, tardo un poco más pero igualmente termino rápido.
El hermano mayor construyo una de ladrillo y tardo semanas en acabar. Cuando llego el temible lobo los tres hermanos huyeron a esconderse cada uno en su casa.
El cerdito menor, escondido en su casa de paja se sintió aliviado y seguro, pero el lobo desde fuera grito: ¡Soplare y soplare y tu casa derrumbare! Y efectivamente así fue, la casa del cerdito se derrumbó por completo.
Este proceso se repitió con la casa de madera. Cuando el lobo llego a la casa de ladrillo donde se encontraban refugiados los tres cerditos no puedo mover ni un solo ladrillo, salvando su vida el esfuerzo y empeño de su hermano mayor.
3. Ricitos de Oro
Había una vez una niña muy curiosa que solía agarrar lo que no era suyo sin permiso. Un día, esta niña se encontró con una hermosa cabaña en medio del bosque que tenía la puerta abierta.
Cuando Ricitos de Oro entro, vio tres tazones de avena en la mesa del comedor, tenía hambre, así que decidió comer un poco. El primero estaba muy frio, el segundo muy caliente, pero el tercero estaba perfecto así que se lo bebió todo.
Luego vio tres sillas, la primera era muy alta, la segunda muy dura, pero la tercera era perfecta.
Esta tercera silla era pequeña y de mimbre, por lo que no resistió su peso y se rompió. Cansada, Ricitos fue al dormitorio donde había tres camas.
La primera cama era muy dura, la segunda muy blanda y se acostó en la tercera, que era realmente cómoda, allí se sumió en un profundo sueño. La familia de osos que vivía allí llego unos minutos después.
Al ver que en su casa había un extraño que no había respetado sus cosas enfurecieron y Ricitos de Oro apenas tuvo tiempo de escapar, huyendo a su casa muy asustada.
4. El Patito Feo
Un bello y cálido día nacieron los patitos de una ansiosa mamá pata, todos eran bellos y amarillos, excepto uno que era muy feo y blanco, la mamá pata avergonzada de que un ser tan feo fuera su hijo siempre le daba malos tratos.
Este patito feo, cansado, un día se fue de allí a buscar un sitio donde reamente lo quisieran y no se burlaran de él. Llego el invierno, tenía frio y hambre, entonces llego a la granja de una señora.
Aquella señora lo acogió y le dio alimento, de hecho jamás le faltaba alimento, podía comer cuanto quisiera. Allí estaba feliz hasta que escucho a la señora decir que esa misma noche se lo cenaría.
El patito feo huyó despavorido de aquella granja y pasó largo días de hambre, escondiéndose de los terribles cazadores y sus perros encontró una laguna que parecía celestial.
En esa laguna cristalina habían seres hermosos, dispuesto a marcharse apenado por su fealdad por casualidad miro su reflejo en el agua y observo que era igual a ellos. Así nuestro patio feo descubrió que era un bello cisne e hizo amigos que lo amaban.
5. El Lobo y las Siete Cabritas
Un día mamá cabra salió a buscar comida para sus siete cabritas, pero antes de salir les advirtió que un infame lobo andaba merodeando por allí y que intentaría comérselas, seguramente.
Poco tiempo después apareció el lobo, haciéndose pasar por mamá cabra, pero, gracias a la más pequeña que no se fiaba, el lobo no pudo entrar. Después de varios intentos infructuosos el lobo opto por comerse varias yemas de huevo para agudizar su voz.
Se llenó las patas de harina, para que se asemejaran a las de mamá cabra y las cabritas, convencidas que detrás de la puerta estaba su madre lo dejaron entrar y se las comió a todas, excepto a la más pequeña que era muy astuta y se escondió.
La cabrita más pequeña le contó lo sucedido a mamá cabra y ambas idearon un plan. Fueron a donde se encontraba el lobo, reposando la comida y le abrieron el estómago, liberando a las cabritas y colocaron en su interior piedras.
Cuando el lobo se inclinó para beber agua del pozo se cayó dentro de él y murió ahogado, y por fin las cabritas pudieron vivir sin temor.
6. Hansel y Gretel
Había una vez una niña llamada Gretel y un niño llamado Hansel, eran hermanos muy unidos que vivían con su padre y su egoísta madrastra que siempre se quejaba de ellos.
Un día su madrasta convenció a su padre de dejar a estos niños abandonados en el bosque y así se ahorrarían mucho dinero en comida, ya que eran pobres.
Levantaron a los niños para ir a buscar leña, y le dieron un panecillo a cada uno. Hansel que ya sospechaba lo que sucedería dejo un camino de migajas para poder volver al hogar.
Cansados de levantar ramas pesadas los niños se quedaron dormidos y cuando se despertaron sus padres ya no estaban. Debido a que los pájaros se habían comido las migajas del camino empezaron a caminar sin rumbo.
Llegaron a una casa de chocolate donde una bruja los aprisiono, con el fin de comérselos. Gretel empujo a la bruja dentro del horno, así ella y Hansel escaparon y se llevaron una caja de joyas que entregaron a su arrepentido padre.
7. El Flautista de Hamelin
Había una vez un pueblo llamado Hamelin que fue atacado repentinamente por una plaga de ratones que se comían sus cosechas. Dicho poblado cansado de esta situación ofreció una bolsa de monedas a quien los liberara de los ratones.
Un día llego un joven flautista que prometió acabar con la plaga y con su dulce melodía se llevó como por arte de magia a todos los ratones. Todo el pueblo quedo maravillado y festejo durante días.
El joven flautista volvió para reclamar su recompensa, pero la gente se burló en su cara y le dijo que se marchara de allí. El flautista enojado toco una melodía aún más dulce, y se llevó a todos los niños de Hamelin.
Los padres, sollozantes los buscaron por doquier, hasta que se toparon con el flautista; el flautista les recrimino el engaño del que él había sido víctima. Los pobladores se disculparon profundamente y le dieron el doble de la recompensa.
De nuevo toco esa melodía dulce y a unos metros de allí se abrió una cueva de la que salieron todos los niños al encuentro de sus padres, entonces le flautista desapareció con su recompensa.
8. El Zapatero y los Duendes
Una noche un cansado zapatero antes de ir a dormirse dejo cuero preparado para fabricar zapatos, pero al despertarse al día siguiente se dio cuenta de que sobre su mesa de trabajo habían dos maravillosos zapatos.
Brillaban y estaban fabricados de una manera excepcional, los puso en el escaparate y enseguida los vendió por un precio mayor al que pedía. Esa noche hizo lo mismo y al día siguiente los zapatos ya estaban hechos.
Así pasaron años, el zapatero y su esposa lograron salir de la pobreza y eran muy felices, pero se preguntaban ¿Quién les había ayudado todo este tiempo? Así que se decidieron esconder para observar quien fabricaba los zapatos durante la noche
Vieron dos duendes que estaban completamente desnudos y brincaban felizmente hacia la mesa de trabajo. En pago por toda la ayuda que había brindado decidieron fabricarles ropajes a aquellos duendes.
Colocaron la ropa en la mesa de trabajo y se escondieron, vieron como los duendes felices se vestían y al ver que no había cuero sobre la mesa se iban, para no volver jamás.
9. La Princesa y el Guisante
Había una vez un apuesto y educado príncipe que buscaba a una mujer hermosa que fuera de sangre azul como él, para así contraer matrimonio con ella. Una noche de tormenta en el castillo tocaron la puerta y el anciano rey contesto al llamado.
Era una joven mujer que aseguraba ser princesa, de la belleza de dicha joven el príncipe quedo prendado. Como era de suponerse la joven se quedó a dormir allí y la reina al ver el embeleso de su hijo decidió comprobar se era de sangre azul.
Para eso puso un guisante debajo de su cama, al día siguiente le pregunto a la joven si había dormido bien, y esta le contesto de la forma más sincera que no.
La reina satisfecha le dijo que ella había puesto un guisante para comprobar si era una princesa, pues, solo la nobleza es tan sensible como para incomodarse por un simple guisante.
10. El Agua de la Vida
Había una vez tres herederos hijos de un rey muy enfermo, dichos jóvenes salieron a cabalgar en busca de alguna cura para su enfermo padre. Un anciano les dijo que la única manera de salvar a su padre era darle de beber el agua de la vida.
El hermano mayor salió en busca del agua, esperando así ser él el heredero del reino y en su camino se encontró un duende curioso que le pregunto a donde iba, él le contesto de manera grosera y le ordeno quitarse de su camino.
El duende enojado lo hechizo condenándolo a perderse entre las montañas, sin salida. Lo mismo ocurrió con el hermano del medio, de esta manera el hermano menor, preocupado fue en busca del agua y de sus otros hermanos.
Se encontró con el duende que le formulo la misma pregunta, a la que él cordialmente contesto, el duende le dijo dónde estaba el castillo y como conseguir el agua. En el castillo encantado encontró a una hermosa princesa de la que se enamoró.
Prometió volver y casarse con ella. Volvió con sus tres hermanos que habían sido liberados y salvo al rey. Sus hermanos intentaron adelantarse para deposar a la princesa pero no pudieron entrar al castillo, así el hermano menor desposo a la hermosa princesa.
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