Las historias cortas son una manera excepcional de estimular la creatividad de nuestros pequeñines. Para los más valientes del hogar, aquí están estas 5 historias de terror cortas para niños.
Los pequeños adoran las historias cortas de terror, sobre todo cuando éstas están correctamente adaptadas justamente para su edad y comprensión, como las que veremos a continuación.
Historias de terror cortas para niños
En esta ocasión, traemos para ti una compilación de cinco historias de terror bonitas para que te diviertas leyendo con tus niños.
1. El perrito asustado
Había una vez, un perrito colorado, que iba caminando siempre ocultando el rabo, triste y cabizbajo. Su nombre era Elías Amado, pero el pobre perrito estaba asustado.
Nadia había descubierto la razón de su espanto, decía que una figura negra lo seguía a todos lados.
- En las noches de luna llena, cuando el cielo está más iluminado, me sigue hacia donde camino, no me deja nunca tranquilo. – Repetía Elías Amado
Pero nadie más daba fe, de haber visto a tal criatura en la noche emerger. ¡Pensaron que estaba loco! Pobre Elías Amado, perro desdichado, de loco lo habían tachado.
- ¡Y eso no es todo! Me sigue a plena luz del día. A donde yo vaya, también esta criatura oscura camina. – Insistía con alevosía.
Pero por más que lo repitiera, ya nadie le creía. Se dio por vencido, pues ante su pedido de ayuda nadie acudía. “¡Estás loco!” Eso le decían.
Un buen día, Marta, la gata curiosa, le preguntó a Elías Amado por qué le temía tanto… ¡A su propia sombra!
Elías Amado, quedó pasmado, no sabía qué era aquello que le habían mencionado.
- ¿Mi sombra? ¿Qué es eso? ¿De qué me estás hablando? – Preguntó intrigado.
- Pues claro, es esa figura que describes tenebrosa, no es nada más que tu propia sombra. La luz te toca, y ella detrás de ti se acomoda.
Elías Amado, qué inocente había sido, pobre cachorro, todo este tiempo ¡A su sombra había temido!
2. El viejo cazador
Cuando los vientos rugen en esta vieja ciudad, y las puertas rechinan causando ansiedad, es cuando el cazador de niños se empieza a acercar.
Nos os preocupéis, si bien habéis obrado, pero si has hecho travesuras, será mejor que salgáis corriendo asustados.
Cuentan las viejas lenguas que osan a nombrarlo, que el viejo cazador en esta ciudad fue asesinado, por un grupo de niños mal portados que hacían travesuras a los ancianos.
Algo salió mal esa noche de brujas, cuando la luna llena brillaba como nunca, los niños solo querían asustarlo, pero de un infarto lo han matado.
Desde entonces, el fantasma del cazador anda rondando, y a los niños traviesos se los lleva en su saco.
¡Cuídense todos! Porque él lo sabe con certeza, si no comiste tu cena, o si has hecho una travesura a la abuela.
Pórtense bien, porque si no… Bueno, si no lo hacen, ya adivinarán lo que pasa, el viejo cazador ¡Sale a la caza!
3. El monstruo de la ventana
En las noches oscuras, mi cuarto hace ruidos, sé que hay un monstruo escondido. Araña las ventanas, y se arrastra por el piso, pero no sé dónde está metido.
Puedo verlo en mis sueños, tiene tres ojos y en vez de nariz, un cuerno. Lleva una cola larga que arrastra, la piel morada y llena de escamas.
Y como si fuera poco, tiene largas garras, con las que araña mi ventana. Sin mencionar sus colmillos de marfil, sé que quiere comerme, ¡tengo que huir!
- ¡Papá! ¡Me quiere comer! ¡Ven pronto! – Grito para que mi papá ahuyente a este monstruo loco.
- ¿Qué pasa, Héctor? – Dice mientras enciende la luz
- Hay un monstruo acá, por favor espántalo.
Papá revisa bajo mi cama, y en el armario también, no encuentra nada ¿a dónde se fue?
- Pero yo lo he escuchado, mi ventana estaba arañando. Y se arrastraba en el piso, como si fuera un gusano.
- Creo que ya sé lo que pasa. – Dice papá, mientras se acerca a la ventana. – Ha quedado mal cerrada, es solo el viento lo que crees que se arrastra.
- ¡Pero yo vi sus garras! Asustaban detrás de la ventana.
¡Papá soltó una carcajada! ¿De qué se ríe? Si hay un monstruo asechando tras mi ventana.
- Hijo, es esta vieja rama, el viento sopla y hace que golpee la ventana – Dijo papá, señalando la rama tras la ventana.
¡Así que había sido eso todo el tiempo! ¡Tanto espato para nada!
- Ahora a dormir campeón, y que no te asusten los monstruos ni las ramas, que a mi niño valiente nada lo espanta.
4. La bruja del oriente
En un pueblo donde la noche se llena de bruma espesa, la bruja del oriente encanta los vientos con sus maleficios de antaño.
Se dice que la han visto llevándose a los niños malos, que no cepillan sus dientes ni se lavan las manos, dice que le dan sazón a su caldo.
Se los lleva para comérselos enteritos, los hace al horno, fritos y rostizados. Tiene una preferencia particular, por los niños a los que les gusta andar solos.
Si en la noche vas solo caminando, y sientes que alguien te va vigilando, ¡Huye tan rápido como puedas! Antes de que la bruja te alcance para su caldo.
5. La mansión encantada
En medio del bosque profundo, hay una gran mansión con vitrales opacos, que fue abandonada hace miles de años atrás en el pasado.
Aunque nadie la habita desde hace años, los pueblerinos dicen que se oyen ruidos y llantos desde el interior de la casa.
Nadie sabe qué pasó con los que ahí vivían, unos dicen que todos fueron asesinados por un loco, y otros dicen que se ahogaron en el lago.
Pero en lo que sí están todos de acuerdo, es que en esa mansión, cada noche se escuchan los llantos de las almas en pena que siguen allí vagando.
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