¡Las fábulas son historias cortas y divertidas que nos enseñan valores importantes sobre la vida! Acompáñanos a descubrir las 5 mejores Fábulas Cortas con Moraleja.
Mejores Fábulas Cortas con Moraleja
1. El Escorpión y la Rana
Estaban un escorpión y una rana sentados junto a un charquito. El escorpión quería llegar al otro lado pero no sabía cómo lograrlos sin mojarse.
De repente, mientras editaba cómo llegar hasta el otro lado del charco, observó a la ranita que estaba junto a él, y le vino una ingeniosa idea.
- Oye, ranita. Quisiera llegar al otro lado ¿Podrías llevarme hasta allí? No puedo cruzar solo sin ahogarme, no sé nadar.
La ranita, lo miró muy extrañada y con desconfianza, y le dijo:
- No puedo llevarte, si te llevo cargado me vas a picar y moriré.
- No tiene lógica. Si me llevas no puedo picarte, porque si mueres yo me ahogaría también, por lo que moriríamos ambos.
La rana pensó un momento, y al analizarlo, le pareció muy sensato todo aquello, así que aceptó. El escorpión se subió sobre ella y comenzaron a andar.
Sin embargo, pasó algo inesperado cuando iban a la mitad del camino en aquel charco. El escorpión picó a la ranita.
Ella se sintió devastada, lo miró antes de que ambos se ahogaran y preguntó:
- ¿Por qué me picaste?
- ¡Lo siento! No pude evitarlo, es mi naturaleza.
Moraleja
Aléjate de las malas personas, pues terminarán haciéndote daño.
2. La Cigarra y la Hormiga
La cigarra disfrutaba del verano sin nada que hacer más que relajarse mientras tomaba el sol. Se sentía muy cómoda echada bajo el sol y gozando de sus cálidos rayos.
Sin embargo, la hormiga estaba siempre trabajando bajo el ardiente sol que quemaba.
- Hormiga, amiga, ¿no te sientes cansada de trabajar? Mejor échate conmigo a descansar y cantar. – Le dijo la cigarra.
- No puedo descansar, y tú tampoco deberías. El invierno se aproxima. Hay que recoger provisiones, ponte a trabajar y deja de holgazanear. – Le respondió su pequeña amiga la hormiga.
Sin embargo, la cigarra hizo caso omiso de su consejo, siguió cantando y haraganeando, riendo muy divertida, y sin trabajar ni un solo día. Pero un día se arrepintió.
Al despertar por la mañana, el viento era helado y abrumador, era el frío del invierno que estaba llegando. Tenía hambre, pero la nieve cubría los campos.
Desde donde estaba, pudo ver la casa de su vecina la hormiga, y recordó que ella tenía provisiones para el invierno. Decidió que era hora de visitarla.
- ¡Hormiga, hormiga! Ahora necesito de ti, tengo hambre y frío pero no tengo nada, y a ti te sobra comida aquí. – Le dijo la cigarra.
- Pero, Cigarra, yo te lo advertí y tengo provisiones solo para mí. Además, trabajé de sol a sol, ¿Mientras yo trabajaba, tú en qué andabas? – Le respondió algo molesta.
- Bueno, andaba en lo de siempre ando, cantando y descansando. – Le dijo ella, aunque no entendía por qué se lo preguntaba.
- Pues bien, ahí tienes las consecuencias. Si todo el verano cantaste y holgazaneaste, ahora baila en el invierno para ver cómo te las arreglas. – Dijo la hormiga, muy tajante.
Luego de esas últimas palabras, la hormiga sencillamente cerró la puerta y se devolvió a su casa tranquilamente. Mientras la cigarra, que estaba fuera, aprendió una lección ese invierno.
Moraleja
Si te esfuerzas y trabajas duro, podrás disfrutar de las recompensas, pero si holgazaneas todo el día tendrás que asumir las consecuencias.
3. El Lobo y la Grulla
Mientras un lobo se comía un hueso, se atragantó con él y se le atoró en la garganta. Estaba desesperado buscando ayuda y se encontró con una grulla.
- ¡Grulla! ¡Grulla! ¡Ayúdame, por favor! Saca el hueso de mi garganta y te pagaré muy bien por ello.
La grulla aceptó el trato, metió su cabeza en la boca del lobo y con su propio pico sacó el hueso que lo ahogaba. Una vez afuera de su boca, le dijo el lobo:
- Ah, muchas gracias, grulla. Me salvaste la vida, – Una vez dicho esto, se disponía a marcharse.
- ¡Eh! ¡No puedes irte aún! – Dijo la grulla. – ¡Me ofreciste que me darías una recompensa!
- Grulla, has metido tu cabeza en la boca de un lobo y la has sacado sana y salva, ¿No te parece ya suficiente recompensa que no te haya comido?
Moraleja
No debes hacerles favores a personas malas, pues la única recompensa que pueden darte es salir ilesos.
4. El caballo Viejo
Un caballo que ya estaba viejo fue vendido a un molinero. Su nuevo dueño lo puso a darle vueltas a la piedra del molino.
El caballo caminaba lento y ya no era el mismo de antes. Cuando era joven, fue más fuerte y veloz que otros caballos.
Recordaba la época en que era el mejor. Se burlaba de esos viejos caballos que eran lentos. Aun cuando le advertían que un día él sería igual a ellos.
Entonces se sintió arrepentido, pues ahora había perdido todo aquello. Se sintió culpable de haberse burlado así.
- Después de haber dado vueltas en carreras, mira las vueltas que tengo que dar ahora en este molino. Es mi castigo por burlarme. – Pensó.
Moraleja
No debemos burlarnos de nadie.
5. El Lobo Vestido de Oveja
Un lobo iba buscando algo para comer. Hasta que estaba tan exhausto que se echó a descansar, y le vino una idea:
- Siendo un lobo, las presas huyen de mí. Pero si me disfrazo de oveja, nadie me temerá.
Entonces se metió en un disfraz de ovejita y se mezcló con un rebaño.
- ¡Nadie sospecha nada! ¡La cena estaba hecha! – Pensó, pero su plan no saldría como esperaba.
Al anochecer, fue llevado con el resto del rebaño. El pastorcito, pensando que era una oveja, se lo llevó para sacrificarlo y usar la carne de cordero para cenar.
Moraleja
Según hagamos el engaño, así será el castigo.
¿Te pareció útil este Tema? ¡Valóralo!
Me encantan las fabulas
Me ayudó mucho estas 5 fábulas😘😃