La madre es la figura más importante en nuestras vidas. Con estos poemas para el día de la madre sabrá lo importante que es.
El día de la madre es un día digno de recordar, pues es el día en que homenajeamos a ese maravilloso ser que nos dio la vida. No hay un ser en el mundo que pueda querernos más que nuestra madre. Ella es la que más se preocupa por sus hijos.
Estos 5 poemas para el día de la madre le recordarán a quien nos dio el ser lo importante y valiosa que es en nuestras vidas. No será necesario comprarle un obsequio costoso, ya que las palabras que salen del corazón valen más.
Los Mejores Poemas para el Día de la Madre
En este apartado pasaremos a mostrar los 5 mejores poemas para el día de la madre creados por autores clásicos como Gabriela Mistral y Miguel de Unamuno. Mamá se sentirá profundamente halagada.
1. Dulzura – Gabriela Mistral
Madrecita mía,
madrecita tierna,
déjame decirte
dulzuras extremas.
Es tuyo mi cuerpo
que juntaste en ramo;
deja revolverlo
sobre tu regazo
Juega tú a ser hoja
y yo a ser rocío:
y en tus brazos locos
tenme suspendido
Madrecita mía,
todito mi mundo
déjame decirte
los cariños sumos.
2. Si tienes una Madre Todavía – Luis Neuman
Si tienes una madre todavía,
da gracias al Señor que te ama tanto,
que no todo mortal contar podría
dicha tan grande ni placer tan santo.
Si tienes una madre… se tan bueno
que ha de cuidar tu amor su paz sabrosa,
pues la que un día te llevó en su seno
siguió sufriendo y se creyó dichosa.
Veló de noche y trabajó de día
breves las horas en su afán pasaban,
un cantar de sus labios te dormía,
y al despertar sus labios te besaban.
Enfermo y triste, te salvó su anhelo,
que sólo el llanto por su bien querido
milagroso supo arrebatar al cielo,
cuando ya el mundo te creyó perdido.
Ella puso en tu boca la dulzura
de la oración primera balbucida
y plegando tus manos con ternura
te enseñó la ciencia de la vida.
Si acaso sigues por la senda aquella
que va segura a tu feliz destino,
herencia santa de la madre es ella,
tu madre sola te enseñó el camino.
Más si el cielo se fue, y en tus amores
ya no la harás feliz sobre la tierra,
deposita el recuerdo de tus flores
sobre la fría loza que la encierra.
¡Es tan santa la tumba de una madre!
que no hay al corazón lugar más santo;
cuando espina cruel tu alma taladre,
ve a derramar allí, tu triste llanto.
3. Madre, Llévame a la Cama – Miguel de Unamuno
Madre, llévame a la cama
Madre, llévame a la cama,
que no me tengo de pie.
Ven hijo, Dios te bendiga
y no te dejes caer.
No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.
Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.
¿Qué dice el cantar, mi madre,
qué dice el cantar aquél?
No dice, hijo mío, reza
reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño
que nada dicen sin él.
¿Estás aquí, madre mía?
Porque no te logro ver…
Estoy aquí, con tu sueño;
duerme, hijo mío, con fe.
4. Madre de mi Alma – José Martí
Madre del alma, madre querida
son tus natales; quiero cantar
porque mi alma de amor henchida,
aunque muy joven, nunca se olvida
que la vida me hubo de dar.
Pasan los años, vuelan las horas
que yo a tu lado me siento ir,
por tus caricias arrobadoras
y las miradas tan seductoras
que hacen mi pecho fuerte latir.
A Dios le pido constantemente
para mi madre vida inmortal;
porque es muy grato, sobre la frente
sentir el roce de un beso ardiente
que de otra boca nunca es igual.
5. Obrerito – Gabriela Mistral
Madre, cuando sea grande,
¡ay…, qué mozo el que tendrás!
Te levantaré en mis brazos,
como el zonda al herbazal.
O te acostaré en las parvas
o te cargaré hasta el mar
o te subiré las cuestas
o te dejaré al umbral.
¿Y qué casal ha de hacerte
tu niñito, tu titán,
y qué sombra tan amante
sus aleros van a dar?
Yo te regaré una huerta
y tu falda he de cansar
con las frutas y las frutas
que son mil y que son más.
O mejor te haré tapices
con la juncia de trenzar;
o mejor tendré un molino
que te hable haciendo el pan.
Cuenta, cuenta las ventanas
y las puertas del casal;
cuenta, cuenta maravillas
si las puedes tú contar.
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