El conocimiento es aquello que se obtiene al explorar los saberes del mundo y la vida. En otras palabras, es la forma a través de la cual se aprenden cosas y se adquieren enseñanzas desde lo más simple hasta lo más complejo.
Se dice que la etimología de este término se relaciona con las palabras griegas “cognoscere” y “gnosis”. Otros encuentran esta referencia en el latín “cognoscĕre”, considerado también sinónimo de conocer.
Son muchas las perspectivas desde las cuales se puede ver este concepto, pues la mayoría se refiere a él con vocablos de inteligencia, saber o entendimiento. Hay otros, con orientación filosófica, que lo reconocen como la máxima meta del ser humano.
En síntesis, el conocimiento es la acción y efecto de conocer algo o a alguien, en forma real o abstracta. Uno de los mayores usos de esta práctica se desarrolla al conocer un amigo, lugar u oficio.
Características básicas del conocimiento
1. Orienta las acciones cotidianas
Con base a lo que se sabe y a lo que se tiene en mente, se actúa. Lo que quiere decir que de acuerdo a lo que se conoce se pueden orientar los pensamientos, formas de comportarse e incluso el proceso de toma de decisiones del ser humano.
Muchas veces conocer una mayor cantidad de aspectos, técnicas y prácticas, hace que se consideren los factores necesarios para manejarse de la mejor manera en el área laboral, personal y familiar.
2. Ayuda a forjar la cultura
Todo lo que se conoce forma parte de la cultura de la persona. Cada proceso aprendido, capaz de modificar rutinas y líneas de pensamiento forja una incorporación cultural que un individuo puede transmitir a varias de sus generaciones.
Los aportes educativos o de saberes tienden a quedarse en las familias y, en muchas ocasiones, ser usados para enrumbar de otra forma la vida.
3. Tiene dos actores: Sujeto y objeto
Para este acto cotidiano figuran dos actores. Primero está el sujeto, que es la persona que conoce algo, con la disposición y la consciencia de querer hacerlo por gusto o superación personal.
Por otro lado está el objeto, que es ese “algo” que se va a conocer y que es la base de la actividad de aprendizaje que el sujeto decidió absorber, a través del lenguaje.
Tipos de conocimiento
1. Empírico
Este modelo es el que se obtiene a partir de las experiencias que se tienen en algún ámbito y que derivan algún tipo de aprendizaje. El sujeto es responsable de absorberlo o no, pero también influyen los esquemas mentales de las personas, donde intervienen la ética y moral.
2. Teórico
Es lo que se conoce con orientación académica o escolar, de libros, documentos, conversaciones o material gráfico de origen externo. Lo que distingue esta clasificación es que las experiencias o descubrimientos provienen de terceros o indicaciones indirectas.
En esta distinción entran los saberes científicos, filosóficos, religiosos y profesionales.
3. Práctico
Estos son los que, como su nombre lo indica, se adquieren en la práctica de cualquier acción y son capaces de moldear la conducta del individuo. A pesar de que pueden absorberse de forma teórica o indirecta, solo son validados al momento de ejecutarlos.
División formal o informal
Los episodios propicios para conocer están implícitos en la mayoría de las acciones cotidianas. Por ello, hay otra forma de ver su clasificación.
Hay quienes lo plantean como formal, en el momento en el que lo conocido se adquirió a través de episodios designados para ese fin: universidades, conferencias, escuelas o magistrados.
En tanto, lo informal es lo que se concibe a través de experiencias personales que se dan en el camino de la vida y con el transcurrir de los años.
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