Una de las figuras de la literatura española más conocidas, es sin lugar a dudas es el reconocido escritor Miguel de Unamuno. Conoce estos 5 Poemas de Miguel de Unamuno.
Los caudales poéticos se trenzan entre versos y estrofas, rociados por la magia de una rima o de una voz silente que los recita, reviviendo los sentimientos encapsulados en palabras
No preguntamos: ¿Quién fue Miguel de Unamuno? Él fue más que un poeta, fue todo un pensador y filósofo, recordado principalmente por la generación del 98 y sus obras fantásticas.
Poemas de Miguel de Unamuno
La poesía es una de las vertientes artísticas más puras que existen, salpicadas por amores, lágrimas y pasiones. Entre todos los tantos escritos del poeta que nos ocupa, estos son sus poemas de Miguel Unamuno más famosos y profundas.
1. ¿Qué es tu Vida, Alma Mía?
La poesía tiene la bondad de atrapar entre sus palabras la emoción y sentimientos del autor.
Algo que podemos observar en las obras de Unamuno es el uso de la metáfora como elemento estético, sirviéndose de ésta para expresar ideas.
“¿Qué es tu vida, alma mía?, ¿cuál tu pago?,
¡Lluvia en el lago!
¿Qué es tu vida, alma mía, tu costumbre?
¡Viento en la cumbre!
¿Cómo tu vida, mi alma, se renueva?,
¡Sombra en la cueva!,
¡Lluvia en el lago!,
¡Viento en la cumbre!,
¡Sombra en la cueva!
Lágrimas es la lluvia desde el cielo,
Y es el viento sollozo sin partida,
Pesar, la sombra sin ningún consuelo,
Y lluvia y viento y sombra hacen la vida.”
2. ¡Dime Qué Dices, Mar!
La literatura está llena de poemas bellos que nos llenan de gozo, sin embargo, hay uno que resalta entre los de Unamuno.
“¡Dime qué dices, mar, qué dices, dime!
Pero no me lo digas; tus cantares
Son, con el coro de tus varios mares,
Una voz sola que cantando gime.
Ese mero gemido nos redime
De la letra fatal, y sus pesares,
Bajo el oleaje de nuestros azares,
El secreto, secreto nos oprime.
La sinrazón de nuestra suerte abona,
Calla la culpa y danos el castigo;
La vida al que nació no le perdona;
De esta enorme injusticia sé testigo,
Que así mi canto con tu canto entona,
Y no me digas lo que no te digo.”
3. Hasta Que se me Fue no he Descubierto…
Uno de los poemas de desamor más desgarradores de la historia fue escrito por Unamuno
“Hasta que se me fue no he descubierto
Todo lo que la quise;
Yo creía quererla; no sabía
Lo que es de amor morirse.
Era como algo mío entonces, era
Costumbre… que se dice…
Pero hoy soy suyo yo, soy de la muerte
A quien nadie resiste.
Al irse nació en mí… ¡no!, que en torturas
En ella nací al írseme;
Lo que creí yo sueño era la vela;
He nacido al morirme.
Por fin ya sé quién soy… no lo sabía…
¿Lo sé? ¿Quién sabe en este mundo triste?
¿Hay quién sepa lo que es saber y entienda
lo que la nada dice?
Mi madre nació en mí en aquel día
Que se me fue Teresa… Madre, dime
De dónde vine, adónde voy perdido,
Por qué al amor me diste…”
4. Si Tú y Yo, Teresa Mía, Nunca…
Siguiendo en el mismo hilo de poemas de despecho, tenemos estos amargos versos.
“Si tú y yo, Teresa mía, nunca
Nos hubiéramos visto,
Nos hubiéramos muerto sin saberlo:
No habríamos vivido.
Tu sabes que morirse, vida mía,
Pero tienes sentido
De que vives en mí, y viva aguardas
Que a ti torne yo vivo.
Por el amor supimos de la muerte;
Por el amor supimos
Que se muere; sabemos que se vive
Cuando llega el morirnos.
Vivir es solamente, vida mía,
Saber que se ha vivido,
Es morirse a sabiendas dando gracias
A Dios de haber nacido.”
5. La Luna y la Rosa
Uno de los poemas sobre la luna, que tanto inspira a los poetas, es esta magnífica pieza de Unamuno.
“En el silencio estrellado
La Luna daba a la rosa
El aroma de la noche
¿Le henchía? ¿Sedienta boca?
El paladar del espíritu,
Que adurmiendo su congoja
Se abría al cielo nocturno
De Dios y su Madre toda…
Toda, cabellos tranquilos,
La Luna, tranquila y sola,
Acariciaba a la Tierra
Con sus cabellos de rosa
Silvestre, blanca, escondida…
La Tierra, desde sus rocas,
Exhalaba sus entrañas
Fundidas de amor, su aroma…
Entre las zarzas, su nido,
Era otra luna la rosa,
Toda, cabellos cuajados
En la cuna, su corola;
Las cabelleras mejidas
De la Luna y de la rosa
Y en el crisol de la noche
Fundidas en una sola…
En el silencio estrellado
La Luna daba a la rosa
Mientras la rosa se daba
A la Luna, quieta y sola.”
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