El acceso a ejemplos de comunicación asertiva permite visualizar con mayor claridad cómo emplear este estilo de comunicación que puede dar un giro a la forma de relacionarse.
Poder mantener un tipo de comunicación asertiva trae consigo innumerables beneficios mejorando la calidad de los vínculos establecidos tanto a nivel familiar, de pareja, laborales o personales.
¿Es posible mejorar la forma de comunicarnos?
Definitivamente sí, perder el temor a hablar y expresar las ideas de forma adecuada es posible, siempre y cuando exista determinación y ganas de hacer los cambios necesarios.
Las experiencias previas y dinámicas que vamos estableciendo a lo largo de nuestras vidas van marcando huella y es posible que hayamos aprendido a comunicarnos de forma poco efectiva.
Una pobre comunicación puede ser el origen de muchos conflictos e incluso la causa por la cual muchas veces podemos involucrarnos en situaciones incómodas o indeseables inclusive.
Ejemplos de comunicación asertiva
Poder visualizar cómo comunicarnos de forma efectiva permite generar claridad al respecto, a continuación, se incluirán algunos ejemplos de diálogos cortos de comunicación asertiva.
1. Cuestionar suposiciones y hacer preguntas
Muchas veces tomamos sólo cierta información de una persona y en base a eso hacemos suposiciones que pueden generar conflictos y malos entendidos.
Para evitar esto es necesario seguir algunos pasos, en primer lugar, identifica tu suposición, luego cuestiona su veracidad y utilidad para esta situación.
Luego, pregunta con empatía sobre lo que sucede e invita a la otra persona a comprometerse en una solución.
Ejemplo de comunicación asertiva en la pareja:
Tú pareja llega tarde a una cita acordada, inmediatamente asumes que tiene un bajo nivel de compromiso hacia la relación, luego cuestionas tu suposición preguntándote:
¿Cómo puedo estar seguro/a de esto? ¿tengo suficiente información? ¿cómo me hace sentir esto?
Luego, pregunta con empatía a tu pareja:
Llegaste luego de la hora acordada, ¿qué sucedió? ¿está todo bien?
Finalmente, luego de recibir la explicación se puede concluir invitándole a identificar cómo se puede evitar que esta situación se repita.
2. Hablar en primera persona
Otro ejemplo de un estilo de comunicación asertiva es cuando hablamos en primera persona, haciéndonos responsables de nuestros pensamientos y sentimientos.
De esta manera también podemos darnos cuenta como nuestra opinión es solo una visión subjetiva de la realidad, pero no la verdad absoluta.
Al mismo tiempo, cuando iniciamos nuestro argumento con el Yo, en lugar de señalar a otros, ayudamos a que exista mayor apertura y disposición de parte de quien nos escucha.
Ejemplo de comunicación asertiva hacia los adolescentes:
En lugar de decir: “Tú tienes que prestar más atención a lo que digo”
Decir: “Me gustaría que prestaras más atención a lo que digo”
3. Hechos y consecuencias
En este caso, se hace referencia a expresar directamente el impacto que cierta conducta específica de una persona puede tener, en lugar de emitir juicios.
Para ser realmente asertivo es necesario describir la conducta que está generando la potencial situación de conflicto y ser honesto sobre cómo nos hace sentir o lo que puede generar.
Ejemplo de comunicación asertiva con los hijos:
Comunicación no asertiva: “eres un maleducado e irrespetuoso”.
Comunicación asertiva: “cuando me interrumpes mientras hablo me haces sentir irrespetada”.
4. Hacerse responsable de los propios sentimientos
Esto implica hablar asumiendo la responsabilidad de los propios sentimientos que surgen ante la actitud de conducta del otro, sin generarle culpa por ello.
Ejemplo de comunicación asertiva hacia la pareja:
Comunicación no asertiva: “me haces sentir ignorada cuando no me respondes los mensajes”.
Comunicación asertiva: “cuando no me respondes los mensajes me siento ignorada”.
5. Hablar de las consecuencias desde la propia perspectiva
Cuando queremos hacerle a alguien un comentario sobre las consecuencias de sus acciones, es importante aclarar que esto no es la verdad absoluta, sino una percepción subjetiva.
Ejemplo de comunicación asertiva en el trabajo:
Comunicación no asertiva: “cuando gritas desmotivas a todos”.
Comunicación asertiva: “cuando gritas me da la impresión que desmotivas al resto del equipo, ¿qué has percibido tú?
6. No a las generalizaciones
Las generalizaciones y exageraciones envían mensajes confusos que no lograrán el objetivo deseado, elimina de tu vocabulario expresiones como siempre, nunca, todos o nadie.
Ejemplos de comunicación asertiva en la familia:
Comunicación no asertiva: “En casa nunca nadie me ayuda con los quehaceres”.
Comunicación asertiva: “Ayer les pedí que me ayudaran con los platos sucios y no lo hicieron, eso me hizo sentir ignorada”.
7. Cuida tu lenguaje corporal
Tanto las palabras que dices como la manera cómo lo dices influye en que la comunicación sea realmente asertiva.
Muchas veces, aunque se utilicen las palabras correctas, el mensaje que enviamos con nuestra postura o tono de voz no es congruente y por lo tanto no se logra un proceso eficaz.
Procura mirar a los ojos regularmente, mantener una postura corporal relajada, tener una actitud de apertura y sonreír si el caso lo amerita para mostrarte cercano.
8. Ensaya las conversaciones difíciles
Así como cualquier otra habilidad, la asertividad puede ser entrenada y esto incluye practicar especialmente aquellas conversaciones que pueden resultar todo un reto para ti.
Por ejemplo, puedes visualizar la situación, escribir primero el mensaje, practicarlo con alguien o frente al espejo y observarte en acción.
9. Elige el momento correcto
Otro elemento fundamental dentro de la comunicación asertiva es tener en cuenta si es el momento indicado para tener esa conversación importante para ti.
Procura que sea un momento del día en el que realmente pueda darse la disposición a escuchar, sin prisas y sin cansancio de por medio.
10. Autoevalúate
Finalmente, una manera de asegurarse qué tan asertivo eres a la hora de comunicarte es siendo honesto y reflexionando sobre la forma cómo sueles hacer este proceso.
Algunos ejemplos de preguntas que puedes hacerte son:
- ¿Expreso mis ideas y sentimiento con seguridad y claridad?
- ¿Soy capaz de poner límites y decir que no a algo sin sentir culpa o duda?
- ¿Puedo ser firme y respetuoso ante los argumentos de otras personas?
- ¿Qué aspectos necesito mejorar para tener una comunicación más efectiva?
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