La capacidad dentro de nuestro ámbito laboral, nos permite crecer y desarrollarnos con nuestras habilidades. De este modo, caracterizamos algunos ejemplos de aptitudes profesionales.
¿Qué son las aptitudes profesionales?
Las aptitudes profesionales son aquellas habilidades pasivas que determinan el funcionamiento de tareas o laborales dentro del trabajo o profesión.
No se deben confundir con talentos ni tampoco con las habilidades activas, ya que, estas son un componente aparte al momento de desarrollar o ejecutar labores.
Otro concepto de aptitud profesional, es la facilidad que posee un individuo al momento de desempeñar una labor, tarea, orden o rol.
Partiendo de la definición, abordaremos a continuación algunos ejemplos de aptitudes profesionales en el ámbito laboral. ¡Comencemos!
Ejemplos de aptitudes profesionales
1. Empatía
La empatía como concepto básico es la capacidad que tienen los individuos de comprender a otros dentro de una situación determinada.
Dentro del ámbito profesional, la empatía es una aptitud innata que nos permite conocer las necesidades de un cliente y realizar la tarea con la mayor satisfacción posible.
2. Responsabilidad
Cualquier trabajo pide en la experiencia, hoja de vida o resumen curricular, la responsabilidad, y esta aptitud abre las puertas al momento de conseguir un empleo.
De igual manera, la responsabilidad es un plus a la hora de desarrollar las labores, ganando experiencia y confiabilidad a los clientes o empleadores.
Por ejemplo, un candidato a un trabajo gana más puntos cuando en sus referencias laborales, la responsabilidad es una de las cualidades que lo caracteriza.
3. Creatividad
La creatividad es otra de las herramientas necesarias a la hora de buscar empleo o desarrollar alguna actividad dentro de la empresa o cliente al que trabajamos.
Por consiguiente, si surgen nuevas ideas o conceptos dentro de una compañía, esta aptitud se explota y genera no solo nuevos clientes, sino, además, crecimiento profesional.
A su vez, la creatividad y la originalidad son dos virtudes muy valoradas en el ámbito profesional, en especial, dentro de la comunidad virtual o freelancer.
4. Manejar bien los tiempos
Gestionar de forma correcta los tiempos y adelantarse a los posibles obstáculos, garantizan el cumplimiento de las actividades sin importar los problemas.
Por ende, organizar bien la agenda laboral es sinónimo de evitarse contratiempos y responder con éxito a los requerimientos de los clientes y los jefes
De la misma forma, sucede si se presentan alta cantidad de labores y responsabilidades, donde el tiempo es un aliado, si organizamos las ideas y por supuesto, la agenda.
5. Manejo correcto del estrés
El estrés es una de las situaciones que pueden interrumpir nuestro trabajo y estancarnos en la consecución de tareas o responsabilidades trazadas.
En algunos casos, podría afectar nuestra salud, si no, tomamos las medidas pertinentes y en este sentido, darnos un respiro para seguir con las labores.
Para algunos perfiles profesionales, el manejo del estrés o trabajar bajo presión puede constituir un obstáculo en el rendimiento laboral.
Sin embargo, la organización de las tareas, pero tampoco abusar de este recurso, sumado a la motivación, daría con buenos resultados en los objetivos planificados.
Cabe destacar, que el estrés no debe exceder en la capacidad física, mental y emocional del trabajador.
6. Liderazgo
La capacidad de liderar y gestionar a un equipo para el cumplimiento de las tareas y de los objetivos trazados, son parte fundamental en cualquier labor.
No obstante, si todos los trabajadores poseen este perfil, habría choques de caracteres y el ambiente laboral no sería el ideal.
Por lo tanto, para esta aptitud profesional se determina en algunos trabajadores con la capacidad innata a la hora de responder a las tareas de manera eficiente.
En cuanto al concepto de líder y jefe, son dos definiciones diferentes, pero que tiene una afiliación en común, si ambos perfiles se desarrollan simultáneamente.
Una de las características del liderazgo son la de ejercer como figura organizativa, velar por los intereses del equipo y motivar a cada uno de los trabajadores.
Por otra parte, no se debe imponer como figura autoritaria, ya que, podría crear conflictos con el resto del equipo y el cumplimiento de las metas estaría en peligro.
7. Trabajo en equipo
El perfil del trabajador y que se adapte a los grupos (indistintamente, del número o tamaño), dicta de las aptitudes profesionales de un equipo.
Por ende, si un empleado o trabajador tiene como referencia el trabajo de equipo; garantizaría no solo un buen ambiente laboral, sino, además, el cumplimiento de los objetivos.
De igual manera, la relación entre los trabajadores en pro de los objetivos alcanzados se dará satisfactoriamente, si el ambiente es ideal.
Por ello, el trabajo en equipo se emplea en los puestos laborales donde se necesita a un grupo de personas para lograr objetivos y metas específicas.
8. Adaptación
Este requisito es fundamental a la hora de realizar labores y en áreas donde no se tenga una experiencia remota o comprobada.
Sin embargo, la adaptación no debe ser la premisa y tampoco, sobrecargar de labores en áreas que no son la profesión de los trabajadores, ya que, los planes se verían truncados.
Por ejemplo, si tenemos a un grupo de redacción médica e incursionamos en materiales tecnológicos, el esfuerzo y la adaptación a esta nueva temática, garantizaría el objetivo.
Por otro lado, en algunas ocasiones la adaptación se maneja ante situaciones de estrés y garantiza la interacción con las demás aptitudes profesionales.
Otros ejemplos de aptitudes profesionales
- Seriedad
- Proactividad
- Anticiparse a los problemas
- Capacidad de resolución ante la problemática
- Motivación
- Análisis de los objetivos
- Iniciativa
- Flexibilidad
- Excelente comunicación.
Diferencias entre aptitudes y actitudes profesionales
En primer lugar, las aptitudes profesionales son los rasgos que caracterizan al individuo dentro del ámbito laboral que garantiza la obtención de las metas.
Por ejemplo, si un trabajador es creativo, se adelanta a los hechos, ofrece resolución y trabaja en equipo, son rasgos indicativos de una aptitud profesional.
Por otro lado, la actitud profesional son rasgos adquiridos y con conexión a la personalidad, es decir, se adquiere desde el hogar y se pone en práctica en la labor.
Algunos ejemplos de actitudes profesionales es la puntualidad, acatar las reglas, seguridad, compromiso, entrega y lealtad.
En conclusión, las aptitudes profesionales caracterizan al individuo y otorga habilidades para la realización de los objetivos en una empresa o compañía determinada.
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