Los beneficios de ir al psicólogo son incalculables pues contribuyen de una manera significativa al bienestar y la salud mental de todo aquel que decida asumir un proceso terapéutico.
Existen muchos mitos en relación a la terapia psicológica, especialmente la falsa creencia que está dirigida solo a los trastornos mentales, cuando realmente no es así.
La complejidad del mundo emocional de cada individuo, aunado a sus propias experiencias hace que muchas veces se requiera de un apoyo externo que favorezca el crecimiento personal.
¿Qué esperar de una terapia psicológica?
Hay diferentes tipos de terapias psicológicas o psicoterapias, dependiendo del enfoque teórico bajo el cual se haya formado el profesional que la desarrolla.
De manera general, consiste en encuentros al menos con una frecuencia semanal durante los cuales se establece una conversación relacionada al motivo de consulta.
Según el estilo terapéutico, se pueden hacer preguntas de diferentes tipos, se puede explorar sobre sucesos del pasado o enfocarse en la situación presente.
La duración estimada es de alrededor de cuarenta y cinco minutos por encuentro, pudiendo ser un poco más o menos en función de distintas variables.
La efectividad del tratamiento va a depender en gran medida del compromiso que se asuma ante este proceso, incluyendo el seguir las recomendaciones y asistir de manera puntual y sin falta.
¿De qué sirve ir al psicólogo?
Los beneficios de ir al psicólogo son innumerables, describiremos a continuación los más destacables.
1. Apoyo emocional
Los motivos por los cuales podemos asistir a terapia psicológica son muchos, y generalmente están ligados a situaciones que nos generan malestar psicológico y emocional.
El psicólogo se convierte entonces en una figura de contención donde podemos expresar de manera honesta todo lo que sentimos sin sentirnos juzgados o señalados por esto.
El consultorio se convierte entonces en un espacio seguro en el que podemos derramar confiadamente lo que sentimos, aliviando sustancialmente el sufrimiento presente.
2. Herramientas para manejar conflictos
Otra contribución muy valiosa que puede hacer el terapeuta es el brindar herramientas adecuadas para hacer frente a los conflictos o circunstancias adversas que se puedan estar presentando.
Muchas veces las situaciones negativas en nuestras vidas, así como las dificultades en las interacciones sociales, permanecen porque no sabemos cómo resolverlas apropiadamente.
Saber cómo manejar conflictos de manera efectiva y saludable implica una diferencia significativa en el modo de conducirse de una persona.
3. Da una nueva perspectiva
Al estar involucrados emocionalmente en las circunstancias que nos rodean, se nos puede dificultar vislumbrar una solución o hacer los cambios pertinentes para mejorar la situación.
El psicólogo, al ser una persona neutral y ajena a nuestra realidad, puede brindarnos una perspectiva diferente de lo que estamos viviendo ampliando así nuestra visión al respecto.
4. Mejora la calidad de vida
El malestar psicológico que puede desprenderse como consecuencia de diferentes experiencias es capaz de afectar de una manera muy negativa la vida cotidiana de quien lo padece.
Inclusive es posible que genere incapacidad para hacer frente a las demandas que debe asumir, cayendo en un círculo dañino que puede ir empeorando al pasar el tiempo.
La oportunidad de recibir atención terapéutica puede revertir esta situación y así recuperar la fortaleza interior, mejorando su actitud ante las adversidades.
5. Autoconocimiento
Ir al psicólogo puede ser también adentrarse en un camino de autoconocimiento en el que puedes descubrir aspectos profundos de ti mismo sobre los cuales quizás no habías reflexionado antes.
Muchas veces, existen partes de nosotros que se nos dificulta ver o aceptar, es allí cuando el terapeuta las saca a la luz aun cuando pueda resultar un proceso doloroso pero necesario.
La única manera de que exista una verdadera transformación es identificando aquello que es necesario cambiar.
6. Mejora tu autoestima
El proceso de conocerse a sí mismo, aunado de las herramientas que se pueden adquirir durante el proceso terapéutico contribuyen de manera significativa a la autoestima.
Se inicia de esta manera un crecimiento personal que promueve una mayor seguridad y autonomía, la persona comienza a entender la responsabilidad que tiene en sus propias decisiones.
Este despertar produce una sensación de mayor control, disminuyendo la angustia que pueden producir las creencias de que solo se puede asumir una posición pasiva ante las circunstancias.
7. Atención para trastornos específicos
Evidentemente existen afectaciones de la salud mental que requieren una atención psicoterapéutica como parte del tratamiento que brindará una mejoría al respecto.
Los trastornos relacionados al campo emocional como la depresión o la ansiedad necesitan necesariamente un abordaje profesional a través del psicólogo.
Esto puede ir acompañado de atención psiquiátrica y otras especialidades, según sea el caso, como los trastornos psicóticos, del desarrollo, de personalidad, entre otros.
Los beneficios en estos casos son evidentes, a diferencia de aquellos que por distintas razones no logran acceder a este tipo de atención.
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