La ansiedad es un tipo de afecto que está presente en toda persona en diferentes niveles y tiene un papel fundamental en el desarrollo psíquico y emocional del individuo. Seguidamente, algunas de las más relevantes características de la ansiedad.
Ansiedad: una emoción necesaria
La ansiedad se puede definir como una respuesta ante un peligro, una reacción involuntaria que surge de manera espontánea ante aquello que se interpreta como amenazante.
Esto quiere decir que no hay manera de evitar su aparición y es, hasta cierto punto, necesario que se le permita manifestarse, pues viene a ser ese motor que nos activa en un momento dado.
Sin embargo, cuando interrumpe las actividades cotidianas de una persona, entonces es necesario hacer una pausa y evaluar si se está alcanzando un nivel de ansiedad perjudicial.
De igual forma se pueden diferenciar dos tipos de ansiedades, una que es circunstancial, va y viene según la situación, y otra que es permanente, es continua aun cuando no existan peligros reales.
Estrés y ansiedad
Aun cuando ambos conceptos están estrechamente relacionados, existe una notable diferencia entre lo que significa cada uno.
Por una parte, el estrés es un tipo de respuesta que incluye diversos elementos y que surge como respuesta a un evento externo o estresor.
La ansiedad por su parte es una emoción que está presente de manera interna en el ser humano y se hace manifiesta con o sin eventos que la provoquen.
Características de la ansiedad: las más distintivas
1. Excesivo nerviosismo
Es otra de las características de la ansiedad, siendo muy predominante en la persona, produciendo que esta se sobresalte ante cualquier situación aun cuando no lo amerite.
El exceso de nervios no le permite realizar o cumplir con sus quehaceres cotidianos y puede hacerle requerir de apoyo para evitar accidentes.
Esta sensación puede estar ligada a eventos reales o ser un estado anticipatorio hacia situaciones hipotéticas que pudieran o no tener cumplimiento.
2. Sensación de peligro inminente
El ansioso está siempre a la expectativa de que algo terrible está por suceder, lo que genera pánico ante una posible catástrofe que pudiera presentarse.
Igualmente, la idea de que en cualquier momento puede morir o alguien cercano pudiese sufrir una desgracia, le atormenta constantemente.
Estas ideas suelen encontrarse muy arraigadas y aunque no tengan correlación con la realidad, resulta muy difícil de eliminar por completo.
3. Cambios en el cuerpo
La ansiedad se manifiesta igualmente en el cuerpo presentándose aumento del ritmo cardíaco, sudoración, dolores de cabeza o dificultades en la respiración.
También pueden presentarse aumentos en la presión arterial, temblores, así como problemas gastrointestinales.
Otros hábitos como la alimentación o el sueño pueden verse alterados, el insomnio por ejemplo es muy común en estos casos.
4. Agotamiento constante
Otra característica importante presente es la sensación constante de cansancio y agotamiento físico, ya que las funciones biológicas como el sueño también se ven afectadas.
Además, el permanente estado de agitación y alerta no le permite a la persona ansiosa tener un descanso adecuado y suficiente.
Esto le lleva inclusive a sentirse constantemente débil y sin energía para cumplir con las demandas cotidianas a las que deba hacer frente.
5. Dificultades en la concentración
La concentración mental es un proceso cognitivo en el que la persona de manera voluntaria enfoca su atención hacia algo en específico.
Con un tipo de pensamiento lleno de preocupaciones, aunado al poco descanso y excesivo estado de tensión, difícilmente hay espacio para la atención y concentración.
Poder permanecer por un período de tiempo realizando algún tipo de tarea se puede convertir en una misión imposible para la persona con exceso de ansiedad.
6. Preocupaciones desmedidas
Para la persona ansiosa poder controlar las preocupaciones es muy difícil, sus ideas están inclinadas hacia lo negativo y la probabilidad de que algo salga mal no lo deja en paz, por muy mínima que sea.
Estas preocupaciones pueden verse alimentadas por las noticias reales o por eventos que sucedan a otras personas cercanas.
Es un ciclo de preocupación en el que el individuo se puede ver inmerso sin darse cuenta, pues compulsivamente busca información negativa sobre la cual fundamentar sus propios temores.
7. Tendencia a la evitación
Existe una sensación de que las situaciones negativas son incontrolables, por eso la evitación surge como una alternativa optando muchas veces incluso por mantenerse en casa constantemente.
De esta manera el aislamiento comienza a instalarse como un estilo de vida permanente en el ansioso y con éste es posible que se le una la depresión.
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