Las características de un líder están relacionadas tanto con sus actitudes como las acciones que debe demostrar para realmente asumir ese rol de manera exitosa.
La capacidad de liderazgo es algo que se va construyendo en la medida que se asume tal reto, pues es solo en la práctica que realmente se puede poner a prueba.
¿Qué es el liderazgo?
Hablar de liderazgo es hacer referencia a un conjunto de habilidades que mantiene un individuo, llamado líder, y quien se encuentra a la cabeza de un grupo.
El liderazgo puede aplicarse en una diversidad de contextos tanto a nivel político, social, religioso, deportivo o empresarial.
Básicamente en cualquier espacio en el cual un grupo de personas se establezca tendrá a alguien quien asuma esa posición de guiar a los otros.
Características de un líder: mejores cualidades
Un líder debe tener ciertas características para calificarse como tal, de lo contrario será una figura de autoridad que no va a ejercer ninguna influencia positiva en el grupo.
A continuación, algunas de las cualidades más relevantes que toda persona que se encuentra en una posición de liderazgo debe tener para ser efectivo.
1. Comunicación asertiva
La comunicación asertiva es una herramienta fundamental en toda relación humana.
Se trataría de una forma de enviar un mensaje directo, claro, honesto, con la intención de que realmente llegue a su destino y sea comprendido.
También implica el saber escuchar, poder observar incluso el ambiente y las dinámicas que se establecen entre los subordinados.
2. Ser innovador
La capacidad de innovación es una cualidad vital especialmente en el mundo empresarial, pues los cambios a todo nivel se presentan de forma acelerada y es necesario estar un paso adelante.
Poder generar soluciones y alternativas ante las demandas actuales favorece el logro de las metas que como equipo puedan plantearse y asumir los retos que se presenten.
3. Capacidad de adaptación
El punto anterior va de la mano con la capacidad para adaptarse a los cambios que pueden llegar con las distintas circunstancias que se atraviesen.
Un buen líder no puede quedarse solo con los logros del pasado y las estrategias que funcionaron en un momento dado, debe renovarse constantemente.
Adaptarse a los cambios y tener una visión más amplia va a favorecer la toma de decisiones y dar en el blanco con más facilidad que cuando se presentan resistencias a estos.
4. Asumir compromisos
El compromiso debe ser un valor presente para alcanzar el éxito, pues denota el nivel de consciencia que se tiene sobre la importancia de su rol para lograr las metas planteadas.
Una persona comprometida sabe que tiene una responsabilidad y no puede ignorarla simplemente, entiende que sus acciones van a tener una consecuencia.
Además, este valor le lleva a dar el máximo de sí mismo, a hacer el mayor esfuerzo, y ese tipo de actitud es altamente contagiosa en el equipo que lidera.
5. Capacidad para gestionar equipos de trabajo
El trabajo individualista debe ser cosa del pasado, hoy en día se ha reconocido altamente la importancia del trabajo en equipo para el logro de metas y la productividad.
Un esfuerzo compartido resulta más motivador y permite el engranaje de fortalezas y habilidades haciendo un complemento perfecto para las tareas a cumplir.
Tener la capacidad de formar dichos grupos de trabajos y guiarlos es fundamental en el proceso pues siempre van a requerir alguien que les de dirección e instrucciones.
La posibilidad de que los miembros de un equipo colaboren entre sí es una de las claves para asegurar una gestión exitosa.
6. Ser resiliente
La resiliencia se refiere a la capacidad para sobreponerse a situaciones difíciles, inclusive el poder ver una oportunidad en medio de la crisis.
Ponerse a prueba ante situaciones desfavorables permite precisamente medir la capacidad de liderazgo, no dejando que los problemas u obstáculos paralicen los procesos de productividad.
Esto implica tener muy en claro las metas y el foco de atención, más allá de las circunstancias presentes y del estrés que esto puede implicar.
Requiere de una fuerte personalidad, entereza y un profundo compromiso con quien es y el rol que está desempeñando.
7. Transmitir pasión por lo que se hace
Ser capaz de motivar e incluso inspirar a otras personas no lo hace cualquiera, pero es un ingrediente que con seguridad favorecerá el éxito del equipo que se lidera.
La constante superación debe ser una obsesión, no conformarse con los logros alcanzados, sino mirar más allá, sin límites.
Reconocer también las fortalezas de tu equipo, animarlos a ser mejores cada día, a mantenerse en una actitud de disposición hacia el aprendizaje.
Buscar ser cada día una mejor versión llevará a su equipo sin duda a querer seguir su ejemplo y superarse de manera constante en lo que hacen.
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