La importancia de la autoestima se debe a la conformación de las conductas personales, que se van estableciendo de forma permanente en el individuo.
La presencia continua de un tipo de conducta constituye los llamados rasgos de personalidad.
En todo caso, no cabe duda que ambos aspectos son altamente relevantes y su reflexión resulta muy importante para nuestro desarrollo personal.
¿Qué es la Autoestima?
Hablar de autoestima es definir cómo nos vemos a nosotros mismos, cuál es el concepto que nos damos y la valoración integral de nuestro ser.
La autoestima es nuestro termómetro personal, lo que nos impulsa o nos obstaculiza a la hora de tomar acción.
Una autoestima positiva permite confiar en las propias habilidades para alcanzar objetivos así como para hacer frente a las posibles vicisitudes que se presenten.
Se logra además una aceptación de sí mismo, esto implica reconocer tantos los elementos positivos como los negativos.
Poder identificar las propias fortalezas y debilidades permite hacer un juicio más acertado sobre las propias experiencias y extraer el aprendizaje necesario para mejorar.
En base a nuestra autoestima se va construyendo nuestra identidad, de allí la importancia de cultivar una imagen positiva, donde se haga énfasis en las cualidades que producen satisfacción.
No se trata de negar los elementos negativos, sino aceptarlos e integrarlos y de ser posible modificarlos.
Una autoestima baja promueve actitudes negativas y comportamientos que afectan el bienestar de la persona.
Es por esta razón que la autoestima puede tener un impacto directo en nuestra calidad de vida, pues modula en gran parte la forma cómo vivimos cada experiencia.
¿Qué es la Personalidad?
Por otra parte, cuando hablamos de personalidad se refiere a los rasgos característicos de un individuo.
La personalidad se construye sobre dos elementos principales los cuales serían el temperamento y el carácter.
El temperamento recoge los elementos biológicos o innatos de la persona, es aquello con lo que se nace.
Por otra parte el carácter viene dado por las experiencias que se tienen, especialmente durante la infancia.
La personalidad se va conformando así por diversos rasgos, algunos más presentes que otros, sumado al ambiente en el cual se desenvuelve la persona.
La Personalidad Madura
Expertos en el área de la personalidad han identificado las características de lo que definen como personalidad madura.
El logro de una personalidad de este tipo es posible cuando se ha cultivado una autoestima saludable.
A continuación se describen cada una de sus características.
a. Estabilidad Emocional
La primera característica tiene que ver con la estabilidad emocional, esto implica una persona que ha logrado integrar su parte impulsiva con el pensamiento y sus acciones.
Ser estable emocionalmente implica que la persona no reacciona inmediatamente por la emoción que surge ante un estímulo.
Es capaz de activar el pensamiento y tomar decisiones que procuren su propio bienestar y el de terceros.
b. Conocimiento de sí Mismo
la capacidad de poder reconocer sus propias capacidades y debilidades.
Además es capaz de tomar decisiones y actuar en función de este conocimiento, manteniendo expectativas realizables.
c. Autoevaluación
Luego encontramos la capacidad de autoevaluación, es una cualidad necesaria para poder alcanzar un conocimiento de sí mismo.
Poder reconocer cuando ha actuado bien o mal y hacer las modificaciones necesarias para alcanzar los objetivos propuestos o para lograr un proceder que le genere satisfacción.
d. Decisión
Una persona que tiene claro conceptos de sí mismo, conoce sus fortalezas y debilidades y no actúa por impulso es capaz de tomar mejores decisiones.
Esto delata además el poder ser autónomo y mostrarse vulnerable ante las opiniones de otros.
e. Capacidad de Aceptar Riesgos y Responsabilidades
Todas las características anteriores implican que la persona es capaz de tomar acción conociendo los posibles riesgos.
Además asume una actitud de compromiso sin buscar evadir las posibles consecuencias de sus decisiones.
f. Autonomía del Yo
Esto implicaría la capacidad de ser libre en su criterio, pero aun así actuando de manera responsable consigo mismo, siendo fiel a sus propios valores y conciencia.
g. Fuerza de voluntad
Ser capaz de organizar sus pensamientos y acciones a favor de una meta manteniendo una actitud de constancia y esfuerzo.
h. Capacidad de Esfuerzo
Logra materializar los deseos, convertir en acciones los anhelos o sueños planteados.
i. Capacidad de Convivencia
Una personalidad madura es capaz de tomar en cuenta sus necesidades pero también las necesidades del otro.
j. Autenticidad
El proceder de una persona con personalidad madura denota autonomía y seguridad, es capaz de mantenerse firme a sus propias convicciones.
No se estanca en sus propias equivocaciones, se encuentra en constante aprendizaje y muestra una actitud flexible y de apertura ante las situaciones que impliquen un reto.
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