El comportamiento humano ha sido objeto de estudio por muchos años estableciéndose gran cantidad de teorías que buscan explicarlo. Entre ellas algunas que definen los tipos de comportamiento.
Diferentes ramas de la psicología se han acercado a su abordaje desde distintas ópticas, considerando la complejidad que le rodea.
Cuando hablamos de comportamiento nos referimos a una serie de conductas que despliega una persona en un momento determinado.
Las variables que influyen en el comportamiento son muchas, desde elementos innatos, experiencias, elementos del ambiente, la cultura, entre otros.
Existen muchas clasificaciones, sin embargo vamos a describir 5 principales grupos de comportamientos vinculados a la manera como las personas se relacionan con el medio.
1. Comportamiento de Tipo Agresivo
Este tipo de comportamiento resulta fácil de reconocer pues su estilo tiende a ser bastante explícito y no pasa desapercibido.
La agresividad en sí misma es una emoción innata y necesaria, hasta cierto punto, cumpliendo una función inclusive de supervivencia.
Sin embargo, cuando no es canalizada de forma adecuada y se manifiesta en conductas como gritos, verbalizaciones ofensivas e inclusive golpes o daños físicos hacia objetos o personas; puede traer serias consecuencias en el área social.
Generalmente las personas de estilo agresivo suelen tener una baja tolerancia a la frustración, ser impulsivos y rígidos, admitiendo solo sus ideas como acertadas.
Puede resultar muy nocivo para las personas a su alrededor, provocando el alejamiento de los demás, haciéndolos vulnerables a diferentes cuadros clínicos como la depresión por ejemplo.
2. Comportamiento de Tipo Pasivo
En el otro extremo encontramos el estilo pasivo, tendiendo a ser más permisivo y complaciente.
En este caso las personas que mantienen un estilo de este tipo suelen evitar los conflictos y los ambientes hostiles, por lo que prefieren ceder con más facilidad a las demandas de otros, dejando a un lado las propias.
Suelen mostrar poca iniciativa, apegándose a las propuestas o ideas de terceros, y siendo reactivos, es decir, actúan solo como una reacción a un estímulo o situación.
3. Comportamiento de Tipo Pasivo Agresivo
Esta combinación de estilo esconde una agresividad latente que la persona se resiste a mostrar de forma abierta y sin embargo busca con su conducta agredir al otro.
En ambientes laborales es común, por ejemplo, agredir a compañeros de manera solapada en forma de chistes o comentarios sarcásticos que resultan socialmente más aceptados.
Igualmente, no terminar tareas asignadas o realizarlas de forma incorrecta intencionalmente puede ser otra forma de manifestar este estilo de comportamiento.
En ocasiones puede que la persona no sea consciente del resentimiento presente detrás de sus acciones, prevaleciendo una negación hacia sus propios sentimientos.
4. Comportamiento de Tipo Evasivo
De forma similar al estilo de comportamiento pasivo, una persona con este tipo de conductas suele evitar las situaciones conflictivas, con la diferencia que asume una actitud en apariencia más activa.
Sin embargo, estas conductas no buscan resolver o afrontar directamente los problemas o vicisitudes que se puedan presentar, sino que es una manera de evadir la situación.
Bien sea a través del uso de la fantasía, actividades de entretenimiento o inclusive el uso de sustancias o medicamentos que permitan olvidar los problemas temporalmente, son algunos ejemplos de conductas de este tipo.
Las personas con comportamientos de tipo evasivo no toleran hablar de sus sentimientos, preocupaciones o diferencias que puedan presentarse con otras personas, haciendo difícil avanzar en sus propias dificultades.
Este bloqueo emocional suele obstaculizar el que puedan reconocer sus limitaciones, repitiéndose los mismos patrones en diferentes contextos.
Igualmente muestran muy poca disposición hacia la psicoterapia o la intervención de otras personas en sus asuntos, minimizando lo que pueda estar ocurriendo.
5. Comportamiento de Tipo Asertivo
La asertividad se refiere a la habilidad de comunicarnos con otros de una manera clara, directa, donde transmitimos una información respetuosamente pero a su vez firme.
Es el estilo de relacionarnos con el mundo más saludable, pues permite desplegar conductas con el propósito de hacer frente a una determinada situación, sin que esto implique dañar a alguien más.
Por el contrario, se busca identificar una solución de alguna manera justa y que se adapte de forma positiva a la circunstancia.
Las personas con estilo asertivo denotan mayor autoconfianza y mejor capacidad para controlar sus emociones.
Suelen establecer mejores relaciones sociales, con límites claramente establecidos y vínculos más profundos.
Cabe destacar que este tipo de comportamiento puede aprenderse, es decir, no es algo innato sino que es modulado por el medio donde se desarrolle la persona.
Un niño con padres de estilo asertivo podrá incorporar las conductas observadas a su propio repertorio y ponerlas en práctica en su diario vivir.
Si por el contrario no ha tenido el aprendizaje adecuado de estos tipos de comportamiento humano, pero es capaz como adulto de reconocer sus fallas, puede también aprender a desarrollarlas mejorando así su calidad de vida.
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