El Trastorno de Identidad Disociativo o de personalidad múltiple, como se le conoce comúnmente, es uno de los cuadros clínicos más complejos para su diagnóstico en el campo psiquiátrico.
Su origen está relacionado con eventos traumáticos y puede manifestarse en cualquier edad, tanto en la niñez como en la adultez.
Se caracteriza por la presencia de dos o más personalidades o identidades que dominan a la persona y condicionan su conducta.
Descripción del Trastorno de Identidad Disociativo
Durante este tipo de trastorno disociativo se puede evidenciar formas de actuar diferentes en una persona, como si fuese alguien más, e inclusive cada una de estas identidades puede mantener sus propias características.
Generalmente se manifiestan bajo situaciones de extremo estrés, puede ser como resultado de un mecanismo de defensa ante el choque emocional que representa la situación.
Las formas y características de las distintas identidades son variables y particulares, no responden a un patrón específico.
Es posible que cada una mantenga incluso sus propios recuerdos y no pueda traer a memoria las acciones o experiencias tenidas bajo la influencia de otra de sus identidades.
En algunos casos estas identidades no se conocen entre sí, en otros llegan incluso a relacionarse en el mundo subjetivo del sujeto según como lo refiere.
¿Cómo se Presenta el Trastorno de Identidad Disociativo?
La manera como se presenta este trastorno puede distinguirse en dos formas: posesión y falta de posesión.
En la forma de posesión, como su nombre lo indica, la persona es “poseída” haciendo referencia a un ente externo, espíritu u otro fenómeno sobrenatural.
En este caso se evidencia un marcado rechazo hacia estas experiencias causando temor y angustia ante la posibilidad de que se repita.
Culturalmente este tipo de manifestaciones puede ser normal en algunos grupos étnicos o religiosos.
Quienes estén a su alrededor pueden notar de manera evidente los cambios en la conducta, manera de hablar, tono de voz u otros cambios sustanciales en la persona.
La otra forma del trastorno se denomina no posesiva, suelen ser menos notorias y más sutiles en su presentación.
Quienes lo rodean puede que no se den cuenta de los cambios, sin embargo el paciente es capaz de percibir un sentimiento de despersonalización.
Es una experiencia que le da la impresión de vivir algo irreal sin poder tener control sobre esto.
Síntomas del Trastorno de Identidad Disociativo
Además de los cambios repentinos en su forma de actuar, los pacientes con trastorno de identidad disociativo presentan otros síntomas que describiremos a continuación:
a.Amnesia
Se presenta amnesia de tipo disociativo, esta se refiere a olvidos de información personal, esto se pone de manifiesta de varias formas.
En primer lugar se pueden presentar olvidos de acontecimientos traumáticos del pasado o períodos de su vida como la niñez, adolescencia, entre otros.
Paralelamente se pueden presentar olvidos de situaciones recientes y cotidianas, como por ejemplo no recordar cómo llegó al lugar donde se encuentra.
Además de esto, es posible que no recuerden eventos o acciones a pesar de que existan evidencias de ello.
b. Alucinaciones
Se pueden presentar alucinaciones de tipo auditivas, visuales, olfativas, táctiles y gustativas.
La presencia de alucinaciones genera confusión en el diagnóstico por lo que muchas veces son catalogados como psicóticos.
Sin embargo a diferencia de la esquizofrenia y otras psicosis, el paciente es capaz de relacionar dichas experiencias sensoriales con alguna de las identidades que lo invaden.
c. Ansiedad y Depresión
La incertidumbre sobre cuándo será la siguiente experiencia aunado a la interferencia significativa en la vida cotidiana del paciente genera un gran nivel de ansiedad y desencadena depresión.
d. Abuso de Sustancias
un gran número de pacientes con este trastorno desarrollan adicciones a sustancias como una manera de sobrellevar los síntomas presentes.
e. Autolesiones y Automutilaciones
La inestabilidad emocional, ansiedad, depresión, entre otros elementos, puede potenciar las conductas de autolesión infringiendo pequeñas heridas en su cuerpo.
Conductas suicidas: igualmente un alto porcentaje de pacientes han desplegado conductas suicidas por lo que constituye un trastorno de alto riesgo.
Tratamiento del Trastorno de Identidad Disociativo
El tratamiento para los trastornos de identidad disociativos es realmente complejo, requieren de un equipo especializado en el abordaje eficaz de este cuadro.
La propuesta terapéutica con mejores resultados ha sido el tratamiento por estadios, éste implica realizar diferentes tipos de intervenciones en cada etapa, aunado de la medicación pertinente.
- La primera fase se denomina seguridad, durante éste se realizan las primeras intervenciones, inicia la psicoterapia y se recoge la mayor cantidad de información posible con respecto a su historia.
- La segunda etapa es llamada rememoración y duelo en la cual se comienza a abordar el trauma que ha desencadenado el trastorno.
- La última etapa sería la de reconexión, en esta se busca integrar las múltiples personalidades e identificar la conexión entre éstas.