Controlar el estrés puede ser complicado, ya que todos vivimos situaciones que generan estrés en mayor o menor medida, por lo que vivir con estrés es realmente algo normal. Sin embargo hay excepciones, por ejemplo:
- Sentirnos estresados ante situaciones que realmente no representan un reto.
- Cuando la manifestación del estrés sigue presente aún mucho después de la situación que lo produjo.
- Cuando aparece ante situaciones que ni siquiera han ocurrido.
Estos tres ejemplos nos describen situaciones de un estrés no adecuado que puede generar malestar físico y emocional, y que muchas veces no logramos darnos cuenta.
Cada persona es diferente, por lo que la manera de reaccionar ante las vicisitudes varía de individuo a individuo.
En general se han identificado como fuentes de estrés aquellas circunstancias que implican un cambio o que causen miedo, tristeza, e incluso aburrimiento.
Existe una escala de situaciones vitales generadoras de estrés de Holmes – Rahe, en la cual se describe una gran lista de circunstancias que incluye desde mudanzas, problemas con el jefe, o con los suegros, hasta situaciones más penosas como el divorcio, enfermedades o fallecimiento de seres queridos.
Incluso experiencias como el embarazo, matrimonio, nacimiento o partida de los hijos, jubilación; son eventos que forman parte de nuestro ciclo vital y generan estrés.
Repasemos a continuación los síntomas o las maneras cómo el estrés se manifiesta y que nos puede servir de señal de alerta.
Señales Emocionales
Dentro de las manifestaciones emocionales del estrés encontramos:
a. Ansiedad
Sentimiento de angustia en ocasiones difuso y generalizado, una sensación de inquietud cuyo origen real muchas veces se desconoce.
b. Tristeza
Puede ir acompañado de llanto o solo como un sentimiento de melancolía.
c. Irritabilidad
Especialmente la persona bajo estrés tiende a mostrarse explosivo o disgustarse constantemente por pequeñas cosas.
d. Cansancio
Es un tipo de cansancio que pareciera no desaparecer aun cuando se duerme lo suficiente.
e. Percepción Negativa
Tendencia a ver en todas las situaciones lo negativo, o el obstáculo para lograr la resolución, tienden a criticar más y aportar menos.
f. Exceso de Preocupación
Preocuparse implica ocuparse antes de que algo ocurra, pero en este caso existe una alta probabilidad que se eso que se teme ni siquiera ocurra, es decir, solo genera desgaste mental.
g. Insomnio
La activación excesiva puede dificultar conciliar el sueño regularmente.
h. Dificultades para Terminar Tareas
Es posible que la concentración se vea afectada lo que interfiere en el desempeño eficaz de actividades.
i. Aumento o Disminución del Apetito
La tendencia a buscar compensar la activación a través de la comida o por el contrario, sentirse tan abrumado que se pierden el deseo por comer.
Señales Físicas
La adrenalina y el cortisol son las llamadas hormonas del estrés, al ser liberadas en nuestro organismo podremos notar los siguientes síntomas:
- Sudoración.
- Palpitaciones.
- Dolores de cabeza.
- Aumento de la frecuencia respiratoria.
- Tensión muscular.
- Sensación de «nudo» en el estómago.
Control del Estrés
Las circunstancias externas no podemos controlarlas la mayoría de las veces, pero sí podemos controlar la manera cómo reaccionamos ante esas situaciones.
Como se mencionó anteriormente, el estrés forma parte de nuestra vida cotidiana, puede tener diferentes causas y es nuestra tarea identificarlas.
Igualmente si hemos notado síntomas de alerta como los descritos, es importante reflexionar sobre nuestro bienestar, pues las secuelas a largo plazo del estrés pueden ser más comprometedoras para nuestra salud.
Aquí tienes algunas recomendaciones que puedes aplicar en tu vida diaria para controlar el estrés:
Controla el Estrés en tu Vida
1. Alivia la Tensión Física
Utiliza la relajación, automasajes, ejercicios de respiración; o actividades como la lectura, un pequeño paseo, música o un simple descanso.
2. Tomar Decisiones
Mantener una actitud ambivalente ante las situaciones genera mayor tensión, cuando entendemos que hay decisiones que solo nosotros podemos tomar nos empoderamos y liberamos.
3. Aceptación
Integrar quienes somos, con nuestros aciertos y errores, ser compasivos con nosotros mismos, castigarnos menos y aceptarnos más.
4. Renovar Nuestra Mente
Evitar pensamientos generalizadores, buscar una visión más positiva, extraer aprendizaje de cada circunstancia, evitar estancarse en el pasado.
5. Aprender a Disfrutar
Tomar cada día unos minutos para disfrutar de algo pequeño como una rica taza de café, un suave brisa, el atardecer; enfocándonos solo en ese momento.
6. Apoyarnos en Otros
Somos seres sociales, es necesario tener con quien hablar y compartir nuestras angustias o alegrías. Evita sobrecargarte y comparte con otros las tareas que puedas delegar.
7. Mantén Hábitos Saludables
Una adecuada alimentación rica en frutas y vegetales; dormir los suficiente, evitar estimulantes en exceso e incluir rutinas de ejercicio.
8. Alimenta tu Vida Espiritual
Se ha comprobado que este aspecto es importante para nuestro bienestar integral. Procura un tiempo de recogimiento y reflexión desconectándote del mundo.
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