El alimento es la manera como el bebé comienza a relacionarse con la madre, a través de su pecho o del biberón, se establece uno de los vínculos más importantes de nuestra vida.
Cuando una madre toma su bebé y lo alimenta, no solo llena el vacío de su estómago, es el espacio para hablarle, arrullarlo, mimarle, y cualquier otra muestra de afecto que surja.
Es así como el alimento comienza a tener un significado inconsciente relacionado con el afecto, con el dar y recibir.
La comida es también una forma de dar cariño, cuántas veces no hemos agasajado a alguien querido haciendo uno de los actos de entrega más personales: cocinándoles.
Es por eso que cuando se relaciona la comida y la ansiedad no se debe pasar por alto estas implicaciones, explorando qué puede haber detrás de este síntoma.
Tampoco se debe descartar otras causas, como los factores biológicos, endocrinos, cambios en el estilo de vida, entre otros.
Identificar el Origen
Como seres biopsicosociales que somos, es difícil reducir las causas a una sola fuente, es posible que se conjugan varios elementos para disparar la ansiedad por comer.
El primer elemento a evaluar son los factores biológicos, consultar con un médico y hacer algunos análisis de sangre de rutina puede ser un primer paso.
Verificar el funcionamiento de glándulas tiroideas y el funcionamiento endocrino en general, ya que tienen relaciones con los sistemas que regulan la sensación de hambre y saciedad.
Observa tus hábitos alimenticios, si cumples un horario para comer o simplemente improvisar, así como también el tipo de alimentos que estás consumiendo regularmente.
Igualmente el tipo de actividades físicas que estás realizando, si te estás sobre exigiendo o por el contrario si el sedentarismo marca tus días.
Hambre Emocional
Cuando el acto de comer se convierte en una compulsión es posible que detrás de esa necesidad haya una emoción que no se ha sabido manejar de manera adecuada.
La dificultad en la gestión de emociones, optando por reprimirla o guardarla puede provocar que se manifieste a través de esta conducta.
Por eso es recomendable evitar este patrón y buscar la manera de identificar y expresar de forma saludable tus sentimientos.
¿Cómo Controlar la Ansiedad por Comer?
Toma nota a las siguientes recomendaciones:
- Toma unos minutos cada día para meditar sobre tu conducta, tus reacciones, el origen de ellas, y las alternativas que pudiste elegir para gestionarlas mejor.
- Escribir un diario emocional te puede servir para identificar las situaciones que disparan tus estados emocionales y si eso se relaciona con las ganas excesivas de comer.
- Para disminuir la ansiedad en general puedes utilizar herramientas de relajación y técnicas de respiración, procura ponerlas en práctica antes de dormir para que se conviertan en un hábito.
- Hacer ejercicio, dormir lo suficiente, tomar agua y cuidar los hábitos alimenticios son medidas básicas que permiten igualmente disminuir la ansiedad y optimizar nuestro organismo.
- Cuando sientas esas terribles ganas de comer de manera súbita, no caigas en la tentación de manera de poder ir rompiendo ese ciclo.
- Puedes optar por distraer tu mente, tomar un poco de agua, salir a caminar si es posible o en caso de que se haga muy insoportable consumir una fruta.
- Evita igualmente exponerse a estímulos que contribuyan a aumentar la sensación de hambre o las ganas de comer. Algunos ejemplos son fotos en las redes sociales o programas de televisión donde se expongan alimentos que puedan detonar la compulsión.
- Mantente determinado y comparte con alguien tu situación para recibir apoyo adicional.
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