Hoy venimos a hablar de los tres tipos de ansiedad, desde la perspectiva del médico neurólogo Sigmund Freud, quien tuvo una particularidad al referirse a este término como un conflicto mental por el que pasan todos los seres humanos.
Según Freud, la ansiedad nace a partir de las obsesiones que escondemos o que quizás ni siquiera nos hemos dado cuenta que tenemos y que traen como resultado un profundo miedo que no tiene justificación alguna.
Hay muchas aristas y enfoques con los que han venido trabajando expertos en el tema y psicólogos reconocidos, pero en este post nos enfocaremos en los tres tipos de ansiedad de los que habló Freud.
Tipos de Ansiedad
1. Ansiedad Real
Tal como su nombre lo indica es aquella que se hace presente cuando existe un evento real y según el psicoanalista es con la que más nos vamos a identificar.
La misma es aquella que sentimos al estar frente a hechos que son reales y tangibles, es decir, que los podemos apreciar a simple vista.
Para hacértelo digerible, vamos con ejemplos concretos: cuando estamos frente a un robo, ante un terremoto, cuando estamos a punto de ser víctimas de un hecho violento, un terremoto, tsunami, entre muchos eventos que significan una amenaza real contra nuestra integridad física y mental.
¿Cuál es su Función?
Al igual que los otros dos tipos de los que hablaremos más adelante, la ansiedad real tiene una función específica.
Esta tiene que ver con la capacidad de reacción de las personas ante los hechos que pueden ponerla en peligro, de modo que hace que salga de su “yo interno” una actitud protectora.
Por eso se dice que es una de las más comunes, pues al sentir este tipo de ansiedad la gente busca reaccionar, de lo contrario estuvieran como si no les importara nada o no temieran por sus vidas, es decir, el accionar no sería parte de su capacidad de respuesta ante cualquier situación de peligro.
2. Ansiedad Neurótica
Está presente en casi todos los seres humanos desde temprana edad y es la que define parte de nuestros miedos futuros.
La misma hace que las personas tengan una reacción ante algún evento que a su juicio es real pero que solo existe en su mente, haciendo que las mismas respondan mediante mecanismos de defensa como los nervios, pérdida del control, actitud grosera y agresiva, entre otros.
Freud explica que esto sucede por las represiones que tenemos cuando somos niños, bien sea porque nos castiguen al hacer alguna tremendura o por hacer algo que a juicio de nuestros padres no es correcto y de ahí se van generando los temores que ocasionan la ansiedad neurótica.
¿Dónde se Origina?
Por otra parte, el psicoanalista asegura que esta ansiedad viene directamente de nuestro “Ello”, ahí están esos pensamientos y conductas frustradas o reprimidas de las que hablamos en el párrafo anterior.
De modo que, al una persona padecer de este tipo de ansiedad y tratar de calar en la sociedad va a tener un conflicto interno lo que le restaría posibilidades para disfrutar de una felicidad plena a lo largo de su vida, es como sentirse atrapados in que el “yo” real pueda mostrarse tal como es.
3. Ansiedad Moral
La ultima que planteó Sigmund, aquella que hace referencia a la actitud moral de las personas y que nace como resultado del “Super yo”.
La ansiedad moral es aquella que nos da culpabilidad cuando hacemos algo que según nuestra perspectiva no fue lo más correcto o lo que no estaba contemplado en los parámetros de nuestra moral.
Dentro de nuestra mente existe una sociedad a la cual debemos adaptarnos y con la que debemos cumplir (según este tipo de ansiedad). Por lo tanto, al no hacer lo que supuestamente deberíamos o lo que nos enseñaron, es decir lo que a nuestro juicio son “las reglas” caemos en este tipo de ansiedad.
¿Qué Pasa si no Seguimos esas Reglas?
La ansiedad moral nace a partir de nuestra necesidad por cumplir con las normas de la sociedad sobre lo que está bien y lo que no.
Al no cumplir con ese conjunto de normas vamos a experimentar un terrible miedo a fracasar o a ser señalados, juzgados y echados a un lado por el mundo exterior.
Un Ejemplo Claro
Cuando estamos ante una sociedad totalmente conservadora y nuestra actitud no cala en ella, puede ser por la forma de ser, de vestir, de expresarnos, de hablar con los demás, entre otros.
En tal sentido, si no el ciudadano no tiene la preparación para enfrentar el “qué dirán” podría comenzar a ser víctima de este tipo de ansiedad hasta sentirse reprimido y frustrado.
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