Enfrentarse a cambios repentinos, a la incertidumbre y a circunstancias que escapan de nuestro control, pueden provocar la aparición del Trastorno de Ansiedad Generalizada.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada es un estado emocional que genera incomodidad y resulta evidentemente displacentero para quien la padece.
Aun así, es necesario en ciertos niveles para mantenernos activos y alertas logrando accionar ante las adversidades.
Sin embargo, bajo ciertas condiciones, este elemento natural de la psique puede convertirse en un trastorno de la salud mental.
¿Qué es el Trastorno de Ansiedad Generalizada?
Hablar de un diagnóstico de trastorno de ansiedad implica una presencia casi permanente de angustia durante al menos seis meses.
La persona que desarrolla esta enfermedad mental, no necesariamente puede estar atravesando una situación que explique la aparición de la ansiedad.
La respuesta ansiosa puede aparecer como una consecuencia anticipada a algo que sé espera y quizás nunca ocurra siquiera.
Es una preocupación constante que se alimenta del miedo, de las experiencias pasadas, de las experiencias de otros y hasta de los acontecimientos lejanos a la realidad circundante.
Causas del Trastorno de Ansiedad Generalizada
La etiología del trastorno de ansiedad es muy amplia y sus síntomas pueden aparecer tanto a causa de elementos externos como internos.
Algunos factores externos que favorecen la aparición de la ansiedad pueden ser situaciones adversas, condiciones del medio ambiente, noticias negativas, entre otros.
A nivel interno va a depender de la subjetividad de cada individuo como por ejemplo el estilo de pensamiento, las experiencias traumáticas o su madurez emocional.
Se ha evidenciado una relación estrecha a condiciones médicas como hipertiroidismo, insuficiencias cardíacas o incluso asma.
Así mismo otros trastornos psiquiátricos como las adicciones o el abuso de fármacos y cafeína también tienen relación con la aparición de la ansiedad.
Desde la visión psicoanalítica la ansiedad puede tener un origen inconsciente relacionado con experiencias traumáticas tempranas que se han reprimido.
En ocasiones puede presentarse como síntomas difusos que parecieran no tener relación con algún elemento en delimitado, lo que puede hacer más complejo su tratamiento.
Síntomas del Trastorno de Ansiedad Generalizada
La aparición de los síntomas se puede presentar de dos maneras, por una parte, una presencia progresiva que va aumentando en intensidad.
Por otra parte, hay quienes han presentado crisis de ansiedad de manera súbita sin haber tenido antecedentes de situaciones similares.
Cuando se ha instalado un trastorno de ansiedad en la persona, el foco de sus preocupaciones puede ser difuso, no tener conexión con algo específico.
Existe un constante temor y nerviosismo y una sensación de que algo malo puede ocurrir en cualquier momento.
Estas preocupaciones excesivas pueden a su vez desencadenar en otros trastornos como fobias o depresión.
La persona con trastornos de ansiedad suele inclinarse hacia el aislamiento lo que puede empeorar la intensidad de sus síntomas.
Al sentirse incapacitada para hacer frente a las vicisitudes cotidianas comienzan a generarse ideas de minusvalía que le llevan a la tristeza y frustración.
Estos síntomas a su vez pueden estar acompañados de otros signos físicos como por ejemplo:
- Dolores de cabeza
- Respiración acelerada
- Temblores
- Fatiga
- Excesivo cansancio o falta de energía
- Sudoración
- Trastornos digestivos
- Sensación de ahogo
- Tensión muscular
Síntomas de Ansiedad en los Niños
Al igual que en el caso de los adultos, los niños con este trastorno manifiestan una ansiedad que no se encuentra vinculada a algo específico, como por ejemplo la separación o una fobia.
Los síntomas son igualmente similares a los de los adultos, diferenciándose en el aspecto de la intranquilidad e hiperactividad que suele ser más intensa en los menores.
Este exceso de agitación puede en ocasiones confundirse con un trastorno de déficit de atención con hiperactividad.
A su vez el exceso de intranquilidad le dificulta al niño su proceso de concentración y culminación de actividades.
Por esta razón se puede evidenciar una disminución en el rendimiento escolar o en las actividades que usualmente realizaba sin dificultad.
Tratamiento del Trastorno de Ansiedad Generalizada
El tratamiento en los casos de trastornos de ansiedad generalizada incluye una combinación de varios especialistas y métodos.
Deberían al menos participar un psiquiatra y un psicólogo para la implementación y supervisión de la medicación indicada y el proceso psicoterapéutico.
En los casos donde existan otras patologías asociadas, como enfermedades médicas, se incorporan más especialistas al equipo tratante.
La medicación por lo general incluye ansiolíticos y antidepresivos, dependiendo la dosis a las características de cada paciente.
La psicoterapia le va a permitir al paciente por una parte adquirir herramientas para el manejo de la ansiedad en su vida cotidiana.
Por otra parte, la autoexploración profunda guiada por el profesional puede ayudarle a identificar elementos inconscientes relacionados a los síntomas ansiosos.
Recomendaciones para Manejar la Ansiedad
Aunado al tratamiento clínico el cual es indispensable en la atención de este trastorno, es importante aplicar algunas recomendaciones a nivel personal.
Una de las herramientas más utilizadas y efectivas en este sentido son las técnicas de relajación y respiración.
Estas herramientas le permiten a la persona ansiosa controlar mejor sus crisis de ansiedad, así como mantener en general un estado de calma más estable.
Su uso está especialmente recomendado para ser aplicado cuando la persona se dispone a dormir y así garantizar un descanso adecuado.
El tiempo de sueño es otro factor importante a considerar en el tratamiento pues este reduce los niveles de tensión en la persona.
Por otra parte, se han comprobado los efectos positivos de la implementación de hábitos saludables como la práctica regular de ejercicio y la alimentación balanceada.
Así mismo, el evitar exponerse a noticias negativas o a contenido que contiene información que pudiese resultar inquietante, es necesario para no alimentar aun más la ansiedad presente.
Incluir actividades de disfrute, compartir con familiares y amigos, mantener el contacto social significativo bajo una atmósfera de aceptación y no de señalamiento.
Finalmente, conversar sobre aquello que le pudiese estar inquietando, evitar reprimir estos pensamientos o ideas que luego pudiesen manifestarse a través de los síntomas de ansiedad.
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