La rabia es una emoción básica del ser humano, y esta puede desencadenar episodios de agresividad en los niños. Aunque realmente no se puede catalogar como conductas agresivas en los niños hasta después del año de edad.
Es allí cuando se puede observar una intención de hacer daño a otros a través de mordiscos, patadas, pellizcos, entre otras demostraciones.
Sin embargo, en ocasiones estas conductas pueden incrementarse en frecuencia e intensidad, generando gran preocupación en los padres y cuidadores.
Hasta aquí son conductas típicas que pueden abordarse con paciencia y disposición de parte de los adultos que lo rodeen.
Causas de la Agresividad en los Niños
Como la mayoría de las situaciones relacionadas con la conducta, podemos identificar tanto un origen biológico como un origen emocional, y la combinación de ambos.
Revisemos a continuación algunas de las causas más comunes que producen respuestas agresivas en los niños.
a. Ambiente Familiar
La familia es el contexto que mayor impacto tiene en el desarrollo del niño y el principal modelo de aprendizaje.
Una de las más variables más importantes a considerar en los casos de agresividad infantil es el tipo de disciplina impuesto en el hogar.
El uso constante de castigos físicos acompañado de normas ambivalentes en el hogar tiende a provocar conductas de agresión que el niño repetirá hacia otros.
Igualmente tiene un efecto negativo en los hijos aquellos padres que sobre exigen y desaprueban constantemente alimentando los sentimientos de frustración.
Por otra parte, un ambiente familiar cargado de tensión, constantes discusiones entre los miembros del hogar generando una atmósfera hostil, repercutirá en el niño aumentando su agresividad.
Evidentemente lo mismo sucederá si en casa existen demostraciones explícitas de violencia intrafamiliar, agresiones físicas, verbales o psicológicas entre los padres, o cualquier otra manifestación.
b. La Comunidad
Los valores que se transmiten en el vecindario o incluso en la escuela, tienen igualmente un efecto en minimizar o aumentar las conductas agresivas.
Si dentro de la comunidad el uso de la violencia es una estrategia para afrontar problemas, el niño replicará el mismo método en sus circunstancias personales.
c. Baja Tolerancia a la Frustración
Aquel niño que no puede soportar cuando las cosas no salen como las desea tiende a mostrar actitudes agresivas.
Ocurre por ejemplo cuando no quiere perder en un juego, o carece de habilidades para resolver un conflicto.
Suele presentarse en niños que están acostumbrados a ser constantemente complacidos, lo que les hace difícil aceptar un “no” por respuesta.
d. Causas Biológicas
Podemos diferenciar entre aquellas circunstanciales, por ejemplo, un niño que no se ha alimentado correctamente o que no ha descansado lo suficiente.
Son casos que producen irritabilidad y por lo tanto facilita la respuesta agresiva ante alguna situación detonante.
Hay otros elementos que requieren mayor evaluación, como desórdenes hormonales, posibles lesiones cerebrales, u otra causa de origen orgánico.
¿Cómo Disminuir la Conducta Agresiva en los Niños?
No es posible eliminar completamente las emociones relacionadas con la agresividad, como la rabia, frustración, entre otras.
Podemos aun así ayudar a nuestros hijos a canalizarlas de mejor manera y evitar las respuestas agresivas.
Cuando un niño es continuamente agresivo las consecuencias a nivel social pueden ser muy negativas trayendo serias consecuencias a largo plazo.
Un niño agresivo tiende a ser rechazado, aislado, disminuyendo así su autoestima y construyendo un autoconcepto negativo.
A continuación, algunas recomendaciones para ayudar a tu hijo a disminuir o eliminar las conductas agresivas:
1. Evite los Castigos Físicos
Enseñar a no pegar a otros, pegando; o a no morder, mordiéndolo, no tiene el efecto que originalmente se estaría buscando, por el contrario, va a incrementar esa conducta en el niño.
Es posible que por temor al castigo físico aparezcan otras conductas negativas como mentir, aislarse, etc.; empeorando la situación.
2. Sea el Mejor Modelo
El ejemplo tiene mayor impacto en la conducta de los niños que todos los regaños juntos.
Si usted desea que su hijo adquiera herramientas para manejar situaciones conflictivas, modele en su hogar estas estrategias.
3. Enseñe a su Hijo Autocontrol
Ante una situación conflictiva que lo pueda llevar a mostrarse agresivo puede aislarse, respirar, contar.
Igualmente enséñele a pensar antes de actuar: ¿qué consecuencias traerá si hago esto? ¿de qué otra manera puedo resolverlo?
4. Aprendizaje de las Experiencias
Permítale y fomente la reflexión sobre los sucesos pasados en los cuáles ha tenido una respuesta agresiva, qué ocurrió después y cómo se pudo haber evitado.
5. Valide sus Sentimientos
Dígale que está bien sentirse enojado, pero no está bien pegar.
Muéstrele otras alternativas para expresar su rabia, como hablando o dibujando. Y recuerde hacer énfasis en que lo que está mal es esa conducta no el niño.
6. Busque ayuda Profesional
Si siente que no logra hacer avances con el niño y la conducta se mantiene o incrementa es importante buscar ayuda lo antes posible.
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