Hoy hablaremos de cómo potenciar el autoestima en un niño, pero primero definiremos algunos espatos importantes.
Al hablar de autoestima nos referimos al valor que nos damos a nosotros mismos en todos los aspectos, es decir, quiénes somos, nuestra manera de ser, nuestra personalidad, nuestra apariencia.
Esta percepción no es algo estático, puede variar, disminuir o aumentar, según las circunstancias y otros elementos que pueden influirla.
La Autoestima en un Niño
La autoestima comienza a entenderse como tal a partir de los 5 o 6 años, cuando dejamos el estilo narcisista propio de infancia temprana.
Es en ese momento cuando comienzan a importar las opiniones que otros tengan sobre nosotros, especialmente nuestros padres o adultos significativos. También va a depender del tipo de experiencias que tengamos.
«Un niño con una autoestima saludable se muestra motivado, tiene una mejor actitud, en general su conducta es más positiva y las relaciones con los demás son armoniosas«
Mientras que un niño con baja autoestima se muestra más restringido en su comportamiento, tiene menos disposición al aprendizaje y es más sensible hacia la crítica.
También es posible que muestre conductas agresivas y desafiantes, lo que genera rechazo estableciéndose un ciclo de autoprofecía cumplida.
Esto quiere decir que sus ideas de desvalorización generan conductas inadecuadas que provocan rechazo cumpliéndose las ideas negativas iniciales sobre sí mismo.
Factores que Influyen sobre la Autoestima de un Niño
Los elementos más importantes que condicionan el tipo de valoración que un niño tiene sobre sí mismo pueden englobarse en tres grandes aspectos:
a. Factores Personales en la Autoestima de un Niño
Esto incluye su apariencia, sus propias habilidades o talentos, su estilo de personalidad, temperamento, entre otros.
b. Adultos Significativos en los Niños
En este caso se incluyen las opiniones o mensajes que ha recibido de los adultos más importantes a su alrededor bien sea sus padres, familiares, maestros, entre otros.
c. Factores Sociales en la Autoestima de un Niño
En este aspecto se incluyen elementos a nivel macro, es decir, la sociedad, la cultura, las creencias que se manejen, el sistema de valores, entre otros.
Autoestima Adecuada en un Niño
- Un niño con una autoestima adecuada en general va a denotar actitudes más positivas.
- Es posible que por alguna circunstancia pueda sentirse algo disminuido, sin embargo es capaz de recuperarse rápidamente a diferencia de un niño con baja autoestima.
- Los niños con adecuada autoestima tienen mayor disposición de intentar cosas nuevas, aprender y tener nuevas experiencias.
- Asumen con mayor responsabilidad las consecuencias de sus actos, mostrándose más honestos y sinceros.
- Tienden a demostrar mayor empatía y disposición para ayudar a otros.
- Se muestran confiados reconociendo sus propias capacidades y limitaciones.
- Reconocen sus errores y son capaces de extraer aprendizaje de estas experiencias.
Niños con Baja Autoestima
- Por el contrario, los niños con bajan autoestima tienen menos disposición para asumir tareas nuevas por temor al fracaso.
- Tienden a utilizar con mayor frecuencia las mentiras para no asumir sus equivocaciones.
- No logran identificar sus propias habilidades lo que no permite desarrollar su potencialidad.
- Se pueden mostrar agresivos o excesivamente tímidos con baja tolerancia a la frustración.
¿Cómo Aumentar la Autoestima en un Niño?
A continuación describiremos diez recomendaciones para ayudar a los niños a mejorar su autoestima:
1. Refuérzale Positivamente
Reconocer sus esfuerzos y logros a través de elogios verbales o algún otro tipo de gratificación, esto permite sentirse bien consigo mismo y motivado a seguir mejorando.
2. Acepta su Imperfección
Exigir resultados perfectos conlleva hacia la ansiedad, pues es sencillamente imposible, generándose frustración e inseguridad.
3. Respeta a tus Hijos
Cuida tus palabras y las maneras cómo te diriges hacia ellos, aplica las mismas normas de cortesía que usas con cualquier persona.
4. Toma Tiempo para Escucharles
Préstales atención a lo que deseen compartir de manera sincera y sin distracciones, aunque parezcan unos cuantos minutos te lo gradecerán y eso alimentará aún más su autoestima.
5. Permíteles Tomar Decisiones
No procures imponer siempre tu modo de hacer las cosas o tus ideas, déjales que ellos también decidan en algunas cosas, que puedan sentir que tienen el control sobre algo.
Esto fortalece su autonomía, enriquece además su sentido de responsabilidad y aumenta su seguridad.
6. Asígnale Responsabilidades
Establece el hábito de asignarle tareas o responsabilidades tanto en el hogar como con respecto a sí mismo.
Dependiendo de su edad puedes incorporarlo en distintas actividades, puedes comenzar por condicionarlo con beneficios para que comprenda las consecuencias de sus actos.
Por ejemplo no ver televisión hasta no culminar sus asignaciones escolares, pero es muy importante que esto sea constante o de lo contrario no tendrá el efecto deseado.
7. Permítele Resolver Problemas
Evita darle las respuestas a todo y guíale en el pensamiento deductivo con preguntas como qué puedes hacer en este caso o cómo crees que un adulto lo resolvería.
Esto le permitirá desarrollar su pensamiento analítico, aprender a pensar antes de actuar y a anticiparse a las posibles consecuencias.
También puedes utilizar situaciones hipotéticas por ejemplo mientras mira una película o leen una historia, puedes hacerle preguntas que le permita identificar alternativas para afrontar la situación planteada.
8. Estimula sus Potencialidades
Según sus intereses y habilidades, anímale a prepararse más en ese talento o capacidad que posee, o a aprender algo nuevo según sus inquietudes.
9. No le Corrijas Frente a Otros
Estas situaciones pueden resultar humillantes para el niño, especialmente cuando intentamos justificar sus conductas con etiquetas.
Llámale aparte y hazle la observación de manera calmada y haciéndole reflexionar sobre su proceder.
10. No lo Culpabilices
Muchas veces como padres ante la frustración de que nuestros hijos no actúan como quisiéramos optamos por decirle cosa que lo hagan sentir culpable.
Expresiones como ‘siempre me sacrifico por ti’, ‘hago todo por ti’, y frases por el estilo no tienen ningún efecto en el cambio de su conducta sino solo generar culpa.
Los efectos de este tipo de expresiones se traducirán en un adulto excesivamente complaciente que no logra satisfacer las expectativas de nadie en su mente. Reconoce ante tus hijos los errores cometidos y comprométanse juntos a ser mejores personas.
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