La confianza en los niños es muy importante, ya que un niño que confía en sí mismo va a tener mayores posibilidades de éxito en todo lo que emprenda.
La Confianza
La confianza tiene diferentes acepciones, en este caso nos referiremos a este término desde dos perspectivas, una relacionada con sí mismo y otra con el ambiente.
- Primeramente la confianza en sí mismo, entendida como una característica personal en la que existe la creencia de ser capaz de realizar algo o de ser algo.
- En segundo lugar la confianza hacia el ambiente, esto implica hacia los adultos que le rodean y en general, la confianza establecida en las interacciones sociales.
En este contexto se definiría como un valor que involucra otras conductas secundarias como cordialidad, amabilidad, honestidad y respeto.
La Confianza en los Niños
En los primeros meses se construyen las bases de esta característica a través del tipo de apego que se desarrolle con los adultos significativos.
La Conexión con los Padres o Cuidadores
En este sentido tiene vital importancia el nexo con la madre o el cuidador principal y la manera cómo le son satisfechas sus necesidades básicas tanto biológicas como de afecto.
El bebé necesita ser tocado, abrazado, sentido a la par que se le alimenta y se le cuida, también requiere ser contenido cuando las nuevas experiencias lo abruman.
Para que esto sea posible su cuidador también debe tener la capacidad de sentirse confiado en su proceder y de poder brindarle y transmitirle calma cuando sea necesario.
Habilidades Asociadas a la Confianza en los Niños
A medida que el niño comienza a crecer y a explorar el mundo, va a querer poner en práctica las habilidades para las cuales su cuerpo se siente listo.
En este punto los padres o cuidadores deben ser un facilitador del proceso, ayudándole a mantenerse a salvo pero sin transmitirle miedo hacia los peligros que pueda encontrar.
El ambiente de Confianza en los Niños
Se recomienda preparar el ambiente evitando lo más posible objetos o situaciones que puedan significar un riesgo para el bebé.
De esta manera los adultos pueden estar más tranquilos sin hacer constantes llamados de atención que pueden inhibir la conducta en desarrollo y obstaculizar la sensación de confianza en el niño.
El Reforzamiento Positivo
Al mismo tiempo es importante reforzar a través de palabras positivas cada logro alcanzado de acuerdo a su edad, inclusive desde muy temprana edad.
Esto le ayudará a tener confianza en sus propias habilidades, decisiones y estrategias para resolver una situación.
Corrección de Conductas Inadecuadas
De igual forma al momento de reprender una conducta inadecuada se debe ser muy cuidadoso de no emplear etiquetas, sino señalar lo que ha hecho mal.
Por ejemplo, si comenzara a lanzar los juguetes se le puede detener indicándole que no es correcto ya que puede dañarlos o lastimarse, entre otras razones.
De esta forma evitamos decir cosas como ‘eres un desordenado’ o ‘eres un desastre’ ya que esto la afectaría directamente disminuyendo su confianza.
La Confianza con el Mundo
Por otra parte definimos la confianza como valor que permite en los niños establecer relaciones de calidad con otras personas tanto de su misma edad como con los adultos que le rodean.
Para que esto sea posible es necesario fomentar ciertas condiciones en el hogar y en las pautas de crianza que le permitirán desarrollar este valor.
Condiciones que Fomentan la Confianza en los Niños
- En primer lugar se debe promover la honestidad y sinceridad, esto implica dar el ejemplo como adultos.
- Si queremos que exista un clima de confianza real es necesario evitar las mentiras y las falsas promesas.
- Indicarle al niño que se le dará algo de recompensa por cumplir alguna tarea o seguir cierto patrón de conducta, y luego no dárselo es una manera de quebrar la sensación de confianza hacia los padres.
- Se deben establecer límites y normas claros en el hogar, lo que favorece la convivencia y además le brinda al niño la certeza de qué se espera de él y cómo debe actuar.
- Aunque las normas deben ser firmes, no significa que se deba dejar a un lado la flexibilidad y la tolerancia, permitiéndose la discusión en el hogar de las situaciones que puedan presentarse.
- Cuando las normas son extremadamente rígidas es posible que el niño asuma una actitud de ansiedad y temor ante su incumplimiento generando un clima de hostilidad.
- Fomentar el diálogo e ir revisando las normas a medida que crecen mejora la confianza tanto interna como externa pues se siente tomado en cuenta.
- Y finalmente el respeto tanto hacia sí mismo como hacia los demás, tanto las personas como cualquier ser vivo, le permitirá ser empático y sensible con el mundo.
Cuando educamos a los niños en la confianza le permitimos desarrollar otras características, no solo tendrá mayor seguridad en sí mismo y quienes le rodean, sino además podrá ser más autónomo.
Esto mejorará su capacidad de resolución de problemas así como su capacidad de toma de decisiones y sentido de responsabilidad.
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