El alcohol es una de las sustancias psicoactivas más consumidas del mundo; el problema ocurre cuando éste genera adicción. Revisemos qué es el alcoholismo, y los aspectos más relevantes del tema.
Al igual que el tabaco, el alcohol es una de las sustancias legales más populares a nivel mundial. Muchos de los que se encuentren leyendo este artículo podrán confesar que lo han consumido, al menos una vez en sus vidas.
Y es que ciertamente, su consumo de forma moderada, no genera mayores inconvenientes; de hecho, suele mejorar el estado de ánimo, y disminuir en gran medida los niveles de ansiedad.
Ahora, ¿qué pasa cuando su consumo se convierte en una adicción? Abordemos este tema en las siguientes líneas.
¿Qué es el alcoholismo? ¿Enfermedad o adicción?
De entrada, responderemos qué es el alcoholismo, afirmando que se trata de una adicción o dependencia al alcohol, capaz de generar severos daños en el organismo, especialmente en el cerebro y en la conducta.
El alcoholismo crónico se convierte en una enfermedad progresiva, y en muchos casos hasta mortal. El individuo que la padece, es incapaz de controlarse a la hora de consumir bebidas alcohólicas, y ello le ocasiona serios inconvenientes físicos, mentales, sociales, familiares, y laborales.
¿Existen distintos tipos de alcoholismo?
Sí. De hecho, el investigador en este tema, E. Morton Jellinek, clasificó los tipos de alcoholismo del siguiente modo.
a. Alfa
Se incluye aquí, al tipo de bebedor que presenta problemas psíquicos; que al contrario de muchos que muestran tener una dependencia física, éste la tiene a nivel psicológico. Es decir, utiliza la sustancia para aliviar algún dolor emocional o psíquico.
b. Beta
En el alcoholismo beta se incluye al bebedor excesivo regular; aquel que tampoco muestra una dependencia fisiológica, pero su consumo lo determinan diversos factores socioculturales.
c. Epsilon
Los alcohólicos tipo épsilon son bebedores esporádicos, que interrumpen largos períodos de abstinencia para tener una ingesta masiva de dicha sustancia.
d. Alcohólismo tipo Gamma
Los individuos que padecen este tipo de alcoholismo padecen una verdadera adicción y/o dependencia tanto fisiológica como psicológica; manifestando un deseo desmesurado por la bebida, e igualmente, una conducta descontrolada al respecto.
No obstante, pueden mantenerse largos períodos de tiempo en abstinencia.
e. Qué es el alcoholismo tipo Delta
El alcoholismo tipo Delta es el que presentan los bebedores totalmente alcoholizados; aquellos que son incapaces de permanecer largos períodos de tiempo en abstinencia.
¿Cuáles son los síntomas más evidentes de este padecimiento?
Una vez hemos comentado qué es el alcoholismo y cuál es su clasificación, será necesario hablarte sobre sus síntomas para que sepas cómo identificarlo. A continuación, los principales síntomas del alcoholismo:
- Incapacidad de abstenerse de beber alcohol
- Falsas promesas sobre controlarse o abstenerse
- Esconder botellas, o mentir sobre la cantidad de alcohol ingerida.
- Lagunas mentales
- Amplia tolerancia al alcohol (cada vez necesita beber cantidades más grandes de licor)
- Incapacidad de divertirse sin el consumo de alcohol
- Cambios de personalidad al ingerir licor
- Sentimientos de culpa (generalmente al día siguiente)
- Otros
¿Cuáles son sus principales causas?
No han determinado con exactitud las causas del alcoholismo, sin embargo, hay factores de riesgo que influyen en el desarrollo de esta enfermedad.
Biológicamente, los estudios científicos han comprobado que existe una cierta disposición genética en personas con familiares directos que la hayan padecido.
Así mismo, existen factores psicosociales que también colaboran en su desarrollo; tales como, entornos de consumo excesivo de alcohol, situaciones de conflicto, ansiedad, depresión, estrés, o malas relaciones personales
Las consecuencias del alcoholismo
El alcoholismo tiene graves consecuencias en el individuo, a nivel personal, laboral, familiar, y sobre todo, en lo que respecta a su salud. Algunas de estas son:
Traumas y daños a hijos, malas relaciones familiares y amistosas, conflictos con compañeros de trabajo, despidos laborales, aislamiento, sentimientos de frustración e impotencia, depresión, úlceras y gastritis crónicas, aumento o pérdida de peso, hipertensión, pancreatitis, cáncer, otros.
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