Las emociones negativas forman una parte significativa de nuestro mundo emocional, no significa que sean malas, al contrario, cumplen una importante función en cada uno de nosotros.
La complejidad del mundo emocional muchas veces puede traer confusiones o ideas equivocadas sobre lo qué se debe sentir y lo que no.
Lo cierto es que toda emoción en sí misma es válida, pero la manera de gestionarla o expresarla será lo que más tendrá impacto tanto en el pensamiento como en el comportamiento.
¿Qué son las emociones?
Las emociones pueden ser definidas como respuestas que incluyen cambios a nivel psicofisológico y surgen como consecuencia de las experiencias o la presencia de determinados estímulos.
Se consideran estímulos no sólo aquellos elementos externos que se puedan presentar sino también los internos, incluyendo si son reales o imaginarios.
Las emociones tienen además un tiempo de duración limitado, a diferencia de los sentimientos que tienen una característica más estable.
Por otra parte, los pensamientos y las emociones no son independientes, sino por el contrario, se influyen mutuamente, por lo que el tipo de ideas que se mantengan va a afectar el estado de ánimo.
De igual forma, las emociones pueden influir en el estilo de pensamiento, la toma de decisiones o el procesamiento de la información recibida desde el exterior.
Emociones negativas: ¿buenas o malas?
En la literatura psicológica se ha hecho una distinción entre emociones positivas y negativas, para diferenciar entre aquellas que producen sensaciones agradables y las que no.
Sin embargo, esto no quiere decir que las emociones negativas sean algo “malo”, que sentirlas sea incorrecto o inadecuado.
Al contrario, las llamadas emociones negativas también cumplen un papel importante dentro del desarrollo psicoemocional y forman parte natural de cada individuo.
Por el contrario, negar su existencia y reprimirlas puede generar dificultades, pues tarde o temprano se manifestarán de alguna manera, inclusive se ha comprobado su correlación con la aparición de enfermedades.
Ejemplos de emociones negativas
Como se ha descrito, las emociones negativas conllevan una experiencia afectiva que no resulta agradable y muchas veces con una alta intensidad.
Las emociones negativas más resaltantes son:
1. Rabia
Relacionada con la ira, el enojo, el enfado; se puede manifestar a través de una profunda molestia, pudiendo ir acompañada de conductas agresivas como gritos e incluso acciones físicas de daño.
2. Miedo
Sensación de temor ante un estímulo que resulte potencialmente amenazante, o al menos es percibido como tal.
3. Tristeza
Es un estado de ánimo disminuido caracterizado por una baja energía, tendencia al recogimiento y sensación de vacío.
¿Por qué son importantes las emociones negativas?
Cada emoción cumple una función muy significativa en nuestras vidas, son como una brújula que nos orienta, nos ayuda a conocernos y a reconocer el efecto de lo externo en nosotros.
De igual forma, aquellas emociones calificadas como negativas cumplen una función específica y tienen un valor adaptativo muy importante.
Las emociones relacionadas con la rabia permiten sentirse reafirmados y establecer límites, así como la expresión de nuestras necesidades o convicciones con fuerza y determinación.
Las emociones relacionadas con el miedo sirven para preservación ante algo que pueda significar un peligro, activándose una respuesta de huida.
Mientras que las emociones relacionadas con la tristeza nos ayudan a encaminarnos hacia la aceptación de la pérdida, permitiéndonos estados de reflexión profunda.
¿Cómo gestionar nuestras emociones?
Saber cómo manejar las propias emociones puede marcar una gran diferencia en cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con el entorno.
Para poder lograrlo el primer paso es aprender a reconocerlas, entender nuestro propio cuerpo y las señales que nos arroja cuando alguna de estas emociones está presente.
Bien sea por el estilo de crianza o por los valores sociales, existe una tendencia a negar o no querer demostrar este tipo de emociones porque se relacionan comúnmente con debilidad.
Esto puede generar una mayor confusión interior y más dificultades para aprender a conocerse a sí mismo de una manera honesta y genuina.
Algunas recomendaciones para la gestión de emociones son:
- Aprender a identificar el detonante de tus emociones
- Vigilar los propios pensamientos
- Aceptar las emociones negativas cuando aparezcan
- Expresar lo que se está sintiendo a través de palabras, bien se habladas o escritas
- Escuchar el cuerpo identificando cuando se está llegando al límite
- Mantener hábitos de autocuidado
Estrategias para manejar las emociones negativas
Además de las recomendaciones anteriores, existen algunas herramientas prácticas de las cuales puedes hacer uso ante una situación que produce un desbordamiento de las emociones.
En primer lugar, una de las estrategias más efectivas es apartarse de la situación y hacer respiraciones profundas que permitan retomar el control.
Otra técnica recomendada es la empatía, que permite reconocer las necesidades y deseos del otro, validando su emoción, favoreciendo un trato respetuoso y permitiendo tener otra visión de la situación.
¿Te pareció útil este Tema? ¡Valóralo!