El ritmo de vida, la rapidez y las exigencias del mundo actual conllevan a que la mayoría de nosotros haya experimentado alguna vez los síntomas de la ansiedad.
Sentir ansiedad es prácticamente algo natural en el ser humano, forma parte de un mecanismo de alerta para protegernos.
Nos permite reconocer cuando algo no anda bien o implica un riesgo para nuestra integridad tanto física como emocional.
Sin embargo algunas personas aun habiendo experimentado ansiedad pueden tener dificultad para reconocerla.
¿Qué es la Ansiedad?
En primer lugar es importante definir la ansiedad así como diferenciarla de otras situaciones que puedan presentarse.
La ansiedad es un estado que surge como respuesta al estrés y su origen puede ser tanto externo como interno.
Implica varios niveles de síntomas como el físico, psicológico y emocional, de allí que muchas veces pueda ser confundido con otras patologías.
El impacto que tiene en el cuerpo puede ocasionar que la persona considere una afectación en su estado de salud físico e ignore sus propios pensamientos o sentimientos.
Esto es un mecanismo de defensa común pues hay tantos mitos alrededor de la salud mental que muchas personas prefieren reprimir su malestar y negarlo.
Sentirse desanimado, decaído, triste cuando aparentemente no tienes razones para estarlo, es algo no muy bien recibido socialmente.
De esta forma la ansiedad se transforma en un síntoma físico que lleva al paciente a un consultorio médico sin tomar en cuenta otros aspectos de su estado.
Por otra parte los desencadenantes de la ansiedad pueden ir desde elementos como las actividades cotidianas, cumplir un horario, el tráfico, compromisos económicos; hasta accidentes, situaciones traumáticas, separaciones o pérdidas.
También puede tener un origen interno cuando se trata de pensamientos invasores negativos que no necesariamente se correlacionan con la realidad presente.
Síntomas de la Ansiedad
Los síntomas de ansiedad son variables dependiendo del nivel de intensidad que se presente, entre los más significativos podemos mencionar los siguientes:
1. Síntomas de la Ansiedad y su Reflejo Físico
El hecho de que las emociones sean continuamente reprimidas puede llevar a que esa energía de origen psíquico se manifieste en el cuerpo a través de diferentes malestares.
Las formas más comunes en las que la ansiedad se muestra en el cuerpo son a través de aumento en el ritmo cardíaco, lo que ocasiona palpitaciones, sudoración e inclusive mareos o desmayos.
Afecta además el sistema digestivo provocando dolores, incomodidad, náuseas o sensación de opresión en la boca del estómago.
Estos síntomas pueden llevar a la persona a creer que pueda estar sufriendo de enfermedades coronarias, más comúnmente referidos como infarto.
2. Sensación de Muerte uno de los Síntomas de la Ansiedad más Importante
En los casos cuando la ansiedad se desborda la persona puede tener la firme convicción de que padece algo grave y que puede morir en cualquier momento.
Esto incrementa a su vez el nivel de ansiedad llevándole a buscar ayuda médica de forma urgente.
Una vez se verifica que su sintomatología no es de origen biológico, el paciente muy probablemente será referido a servicios de salud mental.
3. Pensamientos Anticipatorios Negativos
La persona ansiosa vive en una constante incertidumbre, vive incesantemente creyendo que cualquier cosa que haga puede salir mal.
Aun cuando en la realidad no existan razones para pensar que algo negativo puede pasar, el ansioso vive en la expectativa del desastre.
Mantener esta actitud angustiante le va a llevar a conectarse con todos los acontecimientos negativos, y si los vive directamente serán magnificados.
4. Síntomas de la Ansiedad Asociados a los Nervios
Como se describe en el punto anterior, una excesiva atención hacia eventos negativos le lleva a mantener alimentando su propia angustia.
Tiende a realizar una interpretación inadecuada de las circunstancias por lo que su sensación de intranquilidad se mantiene invariable.
De allí surge la rumiación, es decir, pensar constantemente sobre un mismo asunto que causa preocupación.
5. Dificultades para Conciliar el Sueño
El exceso de agitación psicológico y emocional puede llevarle a presentar insomnio.
Muchas personas que padecen síntomas de ansiedad, acompañado de dificultades de sueño utilizan estas horas sin dormir para continuar inmersos en sus pensamientos de preocupación.
6. Fatiga
El día a día de una persona con exceso de ansiedad implica mucha activación, es un doble esfuerzo por mantenerse en estado de alerta.
Además, las continuas emociones negativas y los sobresaltos les hace estar en un continuo estado físico de rigidez.
Sin darse cuenta es posible que asuma posiciones o que aumente su tonicidad muscular por la tensión interna.
De esta forma la persona se mantendría en un continuo estado de cansancio y fatiga que parecieran no desaparecer aun después de horas de sueño.
7. Comer Excesivamente
Alguna personas buscan compensar su estado de intranquilidad comiendo, especialmente si se mantienen largas horas sin salir.
Muchas veces la persona reporta no sentir ni siquiera hambre, es solo la sensación de comer o mantener algo en la boca que puede brindar un alivio temporal.
8. Pensamientos de Muerte
Aun cuando no experimente las sensaciones físicas descritas en los primeros puntos, en algunas personas puede ser común meditar sobre la muerte.
Bien sea porque el origen de los síntomas estén relacionados con la pérdida física de alguien cercano, o simplemente una noticia recibida, puede activar este tipo de angustia.
9. Estado de Alerta
En las personas con ansiedad se suele adoptar una actitud de continua alerta conocida como hipervigilancia.
De esta forma la persona puede adoptar conductas de sobreprotección así como de suspicacia sobre el entorno.
Mantener este tipo de repertorio conductual puede resultar extenuante y eventualmente hace que la persona se aísle.
10. Dificultades de Atención y Concentración
En el área cognitiva se pueden notar en la persona con ansiedad dificultades para realizar tareas cotidianas.
Es posible igualmente que se presenten compromisos en la memoria, especialmente la memoria de trabajo.
No recordar dónde se dejaron las llaves, cuál ruta tomar al trabajo o nombres comunes, pueden ser algunos ejemplos.
Una ansiedad en exceso puede imposibilitar a quien la padece para realizar actividades que anteriormente podía ejecutar sin ningún problema.
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