Hoy aprenderemos de los tipos de piel, pero primero revisemos la información siguiente.
La piel es el órgano más extenso de nuestro organismo, constituido por una serie de células que en conjunto se encargan de protegernos de las condiciones ambientales y al mismo tiempo proveer nuestro organismo de nutrientes.
Dentro de las células que conforman la piel se encuentran los queratinocitos, melanocitos, células nerviosas, y otros anexos como las glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas y los folículos pilosos.
La presencia de los melanocitos nos otorga el color de piel característico junto a otros aspectos fenotípicos individuales. Las glándulas anexas aportan un componente graso que es variable entre individuos y es justamente lo que origina los distintos tipos de piel.
1. Piel Normal
La piel normal es la piel característica de la infancia, en la que existe un equilibrio en la cantidad de grasa, está adecuadamente vascularizada, es suave, delgada, lisa, libre de impurezas, que no se irrita con facilidad y sus poros están cerrados. Es decir, es la piel soñada por los adultos.
Con el paso del tiempo se generan cambios en la producción de hormonas del niño y entonces aparecen los desequilibrios que pueden afectar en mayor o menor medida la piel, existiendo una tendencia a producirse un cutis graso con la aparición de comedones (Acné).
En condiciones fisiológicas las glándulas seborreicas producen una sustancia que le aporta lípidos a la piel, los cuales ejercen un papel de protección a los rayos del sol y a los cambios de temperatura, pero siempre debe existir una producción normal.
La piel normal no está exenta de padecer de ciertas enfermedades como la dermatitis o el acné, es por ello que es fundamental cuidarla, manteniendo una limpieza adecuada, hidratación a base de cremas todos los días y tomar abundante agua.
2. Piel Seca
La Piel Seca es el tipo de piel que tiene un déficit en la producción de sebo, lo cual rompe la barrera de protección que el sebo en condiciones normales aporta con sus lípidos y le hace ser una piel más sensible, y áspera. Existen varios tipos de piel seca:
a. Piel Seca
Tiene una textura áspera, es frágil y su coloración se torna apagada.
b. Piel muy Seca
Es la piel descamativa, que se irrita con facilidad, con áreas de diferente pigmentación que causa manchas y puede acompañarse de picazón. Con el paso de los años los ancianos van tornando su piel con estas características de resequedad.
c. Piel Extremadamente Seca
La piel tiene un aspecto francamente descamativo, hay picazón, ardor, se ve muy áspera y puede haber callosidades y grietas. Es más evidente en la piel que está sometida a gran movilidad como los codos, rodillas y talones.
Las personas con piel muy seca y extremadamente seca deben ser valoradas por un especialista en Dermatología pues normalmente ameritan ciertos tratamientos que ayuden a revertir el proceso y evitar complicaciones a largo plazo.
En cualquiera de los casos es fundamental optimizar las medidas de hidratación de la piel bien sea a través de cremas hidratantes y mejorando el hábito de consumo de agua diario.
3. Piel Grasa
Es la piel que tiene una producción aumentada de sebo por parte de las glándulas seborreicas, lo que aumenta la capa de protección de lípidos en la piel tornándola de un aspecto brillante que resulta poco agradable para algunas personas en especial en la cara.
Las personas con piel grasa son más propensas a tener comedones que son glándulas sebáceas que no pueden drenar su contenido, el cual se acumula y sobre infecta por alguna bacteria, causando el acné característico de la edad que tantos problemas estéticos provoca.
Generalmente existen factores hormonales asociados con la piel grasa, pero puede darse el caso de que se presente con el uso prolongado de ciertos productos cosméticos o por el consumo de medicamentos como los anticonceptivos y otros más, cuando generan desequilibrio hormonal.
Es por ello que las personas con piel grasa deben tener una higiene de la piel adecuada, emplear productos cosméticos acorde a su tipo de piel, mantener una adecuada hidratación y alimentación, y evitar la manipulación de las espinillas para evitar la sobreinfección y cicatrices.
4. Piel Mixta
Es el tipo de piel que tiene zonas con tendencia a ser grasas y otras zonas por el contrario son secas. Esta condición ocurre frecuentemente en el rostro en donde la llamada “Zona T” es piel de tipo grasa, mientras que las mejillas y resto del rostro son de aspecto normal.
En estos casos las personas deben llevar una limpieza igualmente adecuada, pero enfatizar un poco en la zona con exceso de grasa y emplear productos cosméticos según su tipo de piel que con facilidad se consiguen en el mercado y son de venta libre.
La idea es evitar acentuar las características de ambos tipos de piel, es decir, procurar que en la zona T no se incremente el riesgo de padecer de comedones y en la zona de piel normal, exista una tendencia a producirse áreas de resequedad.
Pasos a Seguir para la Higiene de la Piel
La higiene de la piel es un tema que parece poco importante, incluso algunas personas consideran ciertas medidas de limpieza como innecesarias, pero realmente de nuestra piel se derivan una serie de enfermedades que causan molestias en mayor o menor medida.
La propia cotidianidad de la vida puede hacer que obviemos ciertos aspectos de limpieza de la piel, y no es un acto que esté mal, solo que debemos estar más alertas al momento de nuestro aseo personal para evitar cualquier enfermedad dermatológica.
En niños se debe tener cuidado especial con su piel, pues a pesar de ser normal desde muy pequeños debemos enseñarles que deben cuidarla y su aseo personal debe ser constante y adecuado pues el sudor de su actividad diaria, puede convertirse en un gran enemigo para ellos.
Existen varias consideraciones que debemos tomar:
- Emplear jabones de pH neutro que no provoquen irritación pero que retiren las partículas extrañas de forma adecuada y si la piel es grasosa debemos realizar aseo diario al menos 2 veces al día.
- Si se trata de cutis graso, se debe retirar el maquillaje en el caso de las damas con abundante agua y jabón neutro, aplicar un tónico y luego una crema hidratante acorde al tipo de piel que no cause más exceso de sebo en el rostro.
- Ingerir abundante agua, al menos 8 vasos de agua al día y practicar ejercicio diario, pues se ha demostrado que estimula la vascularización de la piel y con ello mejora considerablemente su aspecto.
- No se ha demostrado que exista una relación entre la ingesta de grasa y la aparición de acné, sin embargo es recomendable llevar una dieta sana y balanceada que de lo contrario pudiera provocar desequilibrio hormonal.
- Cuando aparecen comedones no está recomendado manipularlos para evitar el enrojecimiento, la sobreinfección y la posterior aparición de cicatrices profunda. En dichos casos se deben realizar limpiezas de cutis por personal especializado.