Los beneficios de las vacunas son tanto individuales como colectivos, ya que, las mismas constituyen una serie de medicamentos que tienen como objetivo generar inmunidad contra enfermedades infecciosas.
¿De qué están hechas las vacunas?
Estos medicamentos están constituidos por microorganismos, derivados de moléculas similares a la enfermedad para la cual se diseñan, logrando estimular una respuesta inmunológica evitando que se presenten ciertos procesos infecciosos.
Las vacunas se han creado desde hace décadas, con la finalidad de reducir las epidemias que muchas enfermedades causaron en los humanos y causando altos porcentajes de muertes en el mundo.
De allí que, forman parte del esquema de vacunación obligatorio en muchas naciones, constituyendo un derecho de los niños y un deber de sus padres, para evitar infecciones típicas de la edad pediátrica y su propagación en una comunidad.
Es fundamental conocer los beneficios de las vacunas para entender el grado de responsabilidad que como padres tenemos en evitar no solamente una enfermedad infecciosa en nuestros hijos, sino su repercusión sobre los demás.
Beneficios de las vacunas
Aunque se han generado una serie de controversias en el mundo sobre los efectos secundarios de una vacuna que por muchos han sido descritos como devastadores, son mayores los beneficios que generan.
La falta de vacunación, lamentablemente ha creado una ola de reincidencia de una serie de enfermedades como el sarampión, que ya había sido erradicada en muchos países y que ha generado severas consecuencias en niños lactantes.
1. Reduce el riesgo de adquirir enfermedades infecciosas
El principal objetivo que tiene una vacuna, es reducir el riesgo de adquirir una enfermedad infecciosa como lo es el sarampión, la viruela, hepatitis, toxoplasmosis, meningitis, influenza, tétanos, VPH y muchas otras más.
Cuando se genera inmunidad en el organismo independientemente del tipo de vacuna administrada, se reduce en un alto porcentaje, el riesgo de adquirir la infección y eso se ha logrado a través de años de estudios y experimentación.
Por lo tanto, la gran mayoría de las vacunas creadas como esquema de vacunación obligatorio por la Organización Mundial de la Salud evitan casi en su totalidad, la aparición de enfermedades infecciosas propias de la edad pediátrica.
Por esa razón las enfermedades antes mencionadas no se presentan en niños vacunados y con ello se garantiza una adecuada calidad de vida para los más pequeños.
2. Reducen el riesgo de las secuelas causadas por las infecciones
Aunque el objetivo principal de las vacunas es evitar una infección, existen algunas como las creadas para el coronavirus, que pueden reducir las complicaciones de las enfermedades y disminuir la intensidad de las secuelas causadas.
En el caso del VPH, aunque las vacunas fabricadas son específicas para algunos subtipos de este. Existen otra serie de subtipos virales que no son atacados por esta vacuna.
Sin embargo, el alto riesgo que implica esta infección, se reduce considerablemente con su administración.
3. Evita la aparición de epidemias
El principal objetivo de las vacunas consiste en evitar la aparición de epidemias, que son la propagación de un proceso infeccioso a grandes números de personas que comparten un ambiente en común.
Existen muchas enfermedades virales como la gripe que lastimosamente son causadas por virus muy resistentes a distintas temperaturas y condiciones ambientales, lo que les hace mantenerse por largos periodos de tiempo en espacios comunes.
En consecuencia, pueden infectar a un gran número de personas llegando a un punto en el que es bastante difícil de controlar y manejar las severas consecuencias que afecta a las personas causándoles la muerte.
Por esa razón, es importante que cada quién tome conciencia en relación al tema y entienda que cada uno de nosotros forma parte de un todo.
La falta de aplicación de una vacuna determinada, podría desencadenar una epidemia.
4. Fortalece el sistema inmunológico
El principal efecto de las vacunas es preparar al sistema inmunológico para que pueda hacer memoria de una enfermedad infecto-contagiosa y evitar reaccionar cada vez que se exponga a la misma.
Eso significa que, en una vacuna podrían estar incluidos los microorganismos bajo distintas formas.
De esa manera se estimula el sistema inmunológico con la vacuna, para que lo memorice y no reaccione cada vez que se exponga a dichos microorganismos.
Por ende, el sistema inmunológico está fortalecido y no inicia la cascada inflamatoria característica, frente a cuadros infecciosos responsables de causar la muerte.
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