Para empezar a mejorar la calidad de vida, es importante ser consciente de cuáles son las características de una vida saludable y qué recomendaciones se pueden considerar.
Para ello es indispensable adoptar ciertos hábitos de vida saludable y descartar otros que no son tan sanos, pero que son considerados como algo cotidiano o normal.
¿Qué se define como estilo de vida saludable?
Tener una vida sana y saludable comprende una serie de aspectos cotidianos, que hacen referencia al cuidado de la salud y al logro de una mejor calidad de vida.
El objetivo del estilo de vida saludable es que se logre contar con un bienestar total, tanto en el ámbito físico como en el mental y el afectivo.
En este sentido, no basta con tan solo alimentarse o hidratarse constantemente; también comprende el ejercicio físico, las adicciones, la higiene corporal, etc.
Las personas que han adoptado este estilo de vida logran obtener varios beneficios, que los ayuda a disfrutar de una vida plena y sana hasta el fin de sus días.
Hábitos de vida saludable
En la actualidad se valora la salud y la calidad de vida por encima de cualquier logro profesional o personal, por lo que las personas están cada vez más interesadas en adaptarse al bienestar que ofrece el estilo de vida saludable.
Veamos entonces los aspectos relacionados a la vida sana y saludable:
1. Adoptar una dieta balanceada
Una persona con malos hábitos alimenticios puede caer fácilmente en la desnutrición, ya sea por una carencia nutricional como por una mala elección de alimentos.
Lamentablemente, se ha convencido al mundo de que ciertos alimentos no son indispensables para el desarrollo del organismo, o que pueden ser sustituidos por otros.
Sin embargo, es importante recalcar que una dieta correcta puede ofrecer mejores resultados, en comparación con la alimentación descontrolada.
2. Realizar actividad física constante
Cuando se disminuye la actividad física y se sustituye por el sedentarismo, la salud se ve completamente comprometida.
Gracias a esto, es común que comiencen a desarrollarse ciertas enfermedades crónicas que no se relacionan a una vida saludable.
Por ello es indispensable adoptar cualquier tipo de actividad física que exija el movimiento de los músculos y, por consiguiente, un gasto energético.
3. Descansar adecuadamente
Cada vez es más común descansar poco para ser más productivos, evitando dormir las horas que el cerebro necesita para sus procesos normales.
Diversos estudios han determinado que la falta de sueño está relacionada a la falla cognitiva, que puede derivar en accidentes y errores.
Dependiendo de la edad, la necesidad de sueño es diferente y se reduce a medida que se envejece; pero lo importante es respetar las horas de sueño exigidas por el organismo.
4. Controlar las emociones
La ansiedad, el estrés y las emociones negativas descontroladas son capaces de crear un caos que afecta la salud mental.
Aunque pocas personas logran identificar lo que sienten y la intensidad de cada sentimiento, lo más importante es reconocer qué cosas pueden cambiar los ánimos abruptamente.
Lo ideal es lograr darles una respuesta calmada y pausada a las actividades exigentes, sobre todo si son continuas en el día a día.
5. Evitar las adicciones
Aunque muchas adicciones están bien vistas en el ámbito social, para una vida saludable son contraproducentes.
Las drogas, el tabaco o nicotina y el alcohol son sustancias que logran alterar al organismo, llegando hasta a desarrollar cambios cerebrales graves.
Aunque no se recomienda evitarlos completamente, a menos que existan problemas de salud, lo ideal es consumirlos de forma moderada.
6. Realizar consultas médicas periódicas
Es muy sencillo ignorar un problema de salud cuando ni siquiera se sabe que se sufre, por lo que dentro de los hábitos de vida saludable también entra el cuidado directo de la salud.
Las consultas deben estar relacionadas a la salud física y mental, así como al buen uso de los medicamentos.
7. Adoptar una actitud positiva
La psicología indica que el cuerpo y la mente están íntimamente relacionados; por lo que, cuando existe una disminución del ánimo, este se ve reflejado en las capacidades físicas.
Si se desarrolla una actitud positiva ante las adversidades, se lograrán afrontar las dificultades con fortaleza y resolverlas con determinación.
8. Mantener una buena higiene
La higiene nos afecta a nivel de salud y de imagen personal, por lo que se relaciona también con la salud mental.
Bañarse de forma constante, limpiarse los dientes adecuadamente y tener orden en el entorno también son características de una vida saludable.
Adaptarse a los hábitos de vida saludable no sucede de un día para otro, por ello es necesario trabajar en estos. La convicción de disfrutar una vida plena debe ser la motivación principal.
¿Qué recomendaciones considerar para una vida saludable?
Si se busca mejorar el estilo de vida, lo ideal es adaptarse a una serie de cambios que afectarán la cotidianidad; pero que serán una excelente forma de comenzar. Estos son:
- Optar por una dieta con una mayoría de alimentos de origen vegetal, como las frutas y las verduras.
- Escoger alimentos con altas proporciones de proteínas y una baja cantidad de grasa.
- Mejorar el consumo de fibra y limitar la cantidad de sal y de azúcares agregados.
- Cocinar en casa los productos y disminuir la denominada comida chatarra.
- Ser más conscientes con la hidratación.
- Practicar actividades físicas por espacio de 30 a 60 minutos diarios, que sean adecuadas y ayuden en el bienestar.
- Evitar el sedentarismo prolongado y practicar ejercicios de meditación.
- Dormir las horas que el organismo exija.
- Evitar el consumo excesivo de alcohol, tabaco y drogas.
- Mantener una higiene apropiada, tanto corporal como del entorno.
Seguir estas recomendaciones para una vida sana y saludable, así como agregar otras personalizadas, ayudan a mejorar a nivel corporal, mental y anímico.
Además, se sabe que previenen problemas de salud, aumentan el rendimiento, reducen la ansiedad, impulsan el desarrollo del organismo y ayudan en el descanso.
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