Las causas de la obesidad son múltiples y aunque se relacionan directamente con una alimentación inadecuada, existen también una serie de factores que favorecen el desarrollo de esta condición física.
¿Qué es la obesidad?
La obesidad es una entidad patológica en la que existe un exceso de peso de acuerdo al establecido según la talla de una persona.
Cuando se calcula el Índice de Masa Corporal Total, se consideran la talla y el peso para establecer un peso normal, sobrepeso y distintos grados de obesidad.
A pesar de las innumerables campañas para concientizar a la población general a mantener una alimentación balanceada y un estilo de vida saludable, aún existe un alto porcentaje de obesidad.
El sobrepeso y la obesidad son condiciones físicas que generan figuras corporales que más allá de la estética, reflejan alteraciones fisiológicas que pueden comprometer la vida de las personas.
Causas de la obesidad
La obesidad es una condición física que engloba una serie de alteraciones físicas en las personas, cuyo resultado es un exceso de peso acorde al que su cuerpo podría soportar.
En términos generales, una persona se hace obesa una vez que excede el consumo de calorías necesarias para el cumplimiento de sus funciones vitales.
De manera que si consumimos más de lo que nuestro cuerpo necesita, esos componentes presentes en la dieta, tendrán que acumularse en el organismo e incrementar el peso.
Si a eso le sumamos el sedentarismo y la coexistencia de factores genéticos y hormonales, el resultado será la obesidad, que llegado un punto, es sumamente compleja de manejar.
Las causas de la obesidad las resumimos de la siguiente manera:
1. Alteraciones genéticas
Muchas personas se refieren a la obesidad como hereditaria, de manera que si una mujer es gordita, probablemente su hijo también lo sea.
La realidad es que existen una serie de alteraciones genéticas que si bien no son muy frecuentes, están presentes en un grupo reducido de población obesa infantil, juvenil y adulta.
Estos genes en condiciones normales deben codificar funciones del metabolismo, transmiten señales de hambre y saciedad y controlan el crecimiento y desarrollo del tejido graso.
Cualquier alteración en las funciones de estos genes, alterará la eliminación de calorías excesivas, mantendrá un permanente estado de hambre con baja saciedad y favorecerá el aumento del tejido graso.
2. Desequilibrios hormonales
Los desequilibrios hormonales muchas veces también tienen un componente genético, de manera que son transmitidos de generación en generación y tienen un alto impacto en la aparición de la obesidad.
Las alteraciones en el metabolismo de la insulina, están relacionadas con la aparición de la obesidad pues además de controlar la glucosa en sangre, también actúan sobre el tejido adiposo.
Ciertas condiciones como el estrés, factores hereditarios, consumo de altas cantidades de grasa, azúcar y harinas refinadas, han demostrado alterar el metabolismo de la insulina.
En consecuencia ocurre un aumento de producción de esta hormona lo que favorece un metabolismo acelerado de la glicemia y aumento del tejido graso incluyendo el del hígado.
También ocurren defectos en la producción de hormonas sexuales masculinas y femeninas por lo que existe mayor vello corporal en las damas, trastornos menstruales e incluso esterilidad en los hombres.
3. Sedentarismo
El sedentarismo es una condición que actualmente se ha vuelto muy común probablemente por la globalización.
La comodidad que ofrecen las redes sociales y los servicios a domicilio de productos de consumo masivo, han hecho que muchas personas no acudan por sus propios medios a adquirirlos.
En consecuencia la actividad física que practican es bastante reducida y sumado a la alimentación poco balanceada que puedan estar llevando, el resultado se refleja en obesidad.
Es recomendable realizar al menos 30 minutos de caminata al día para reducir el exceso de calorías que podríamos estar consumiendo y mantener en actividad constante nuestro organismo.
La circulación sanguínea, el cerebro, corazón, sistema osteomuscular, las articulaciones y el tracto gastrointestinal, se ven altamente beneficiados de realizar algún tipo de actividad física al menos 3 veces semanalmente.
4. Alimentación no balanceada
La alimentación no balanceada es un factor determinante para la obesidad que conjugado con factores genéticos y personales, resultan en sobrepeso que progresa a esta compleja condición.
El consumo de grandes cantidades de comidas, mantener una tendencia a consumir grasas y carbohidratos refinados, son las principales causas de obesidad.
Nuestra alimentación cotidiana debe incluir proteínas, carbohidratos, lípidos, frutas, vegetales, legumbres y abundante agua para aportarle a nuestro cuerpo, los nutrientes necesarios que le permitan cumplir sus funciones vitales.
Todos estos grupos alimentarios deben ser ingeridos en equilibrio y en cantidades suficientes pero no excesivas si queremos mantener un peso corporal acorde a nuestra estatura.
5. Hábitos tabáquicos
Los hábitos tabáquicos han tenido una relación con la obesidad debido a que muchas personas que consumen cigarrillo o tabaco, mantienen niveles elevados de ansiedad y apetito.
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