El día mundial del corazón se celebra el 29 de septiembre desde el 2000, como acuerdo entre la organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud.
La idea de establecer un día mundial del corazón ocurre con la intención de crear consciencia en la población sobre la importancia de la salud cardiovascular, centrándose en el corazón.
A pesar de las múltiples campañas desarrolladas para motivar a la población a cuidar su salud cardiaca, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en el mundo.
Y aunque no parezca, cuidar nuestro corazón resulta sencillo si lo hacemos consciente y aportamos cada día de nuestra vida, un pequeño acto que favorezca la salud del corazón.
Los cuidados preventivos de las enfermedades cardiovasculares deben iniciar desde muy pequeños, cuando enseñamos a nuestros hijos a llevar una alimentación balanceada y practicar algún deporte.
Día mundial del corazón: ¿cómo cuidar nuestro corazón?
El corazón es uno de los órganos principales del cuerpo sin el que sería posible la vida, encargado de bombear sangre a cada una de las células de nuestro organismo.
A través de movimientos de contracción y relajación es posible expulsar y obtener sangre hacia y desde los grandes vasos sanguíneos que entregan oxígeno y recogen el dióxido de carbono.
El corazón puede enfermarse de muchas maneras pero la principal se relaciona con la presencia de placas de grasa en las arterias coronarias que termina comprometiendo su propio flujo sanguíneo.
A continuación te explicaremos sobre algunos consejos que puedes seguir para garantizar la salud del corazón:
1. Alimentación balanceada
Una alimentación balanceada consiste en incluir dentro de nuestro menú diario, todos los grupos de alimentos que incluyen proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas y minerales.
Además es fundamental consumir suficiente fibra para garantizar un adecuado tránsito gastrointestinal y patrón evacuatorio regular, para evitar la aparición del estreñimiento.
Es importante reducir el consumo de grasas presentes en tortas, pasteles y comidas rápidas puesto que tienen alto contenido de sal, colesterol y triglicéridos que no favorecen la salud cardiovascular.
Por otra parte es importante consumir alimentos como el pescado, frutos secos, granos, frutas y vegetales que nos aporten suficientes cantidades de ácidos grasos tipo omega 3.
Una dieta balanceada, garantiza mantenernos en forma y conservar los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre dentro de límites normales, reduciendo el riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares.
2. Practicar ejercicios
Practicar ejercicios incluye cualquier actividad física que permita poner en actividad y mover nuestro cuerpo con la intención de quemar calorías y perder peso.
Muchas personas realizan ejercicios porque además regulan su patrón de sueño vigilia, mejora el estado de ánimo e incluso favorece el tránsito gastrointestinal evitando la aparición de estreñimiento.
Además la actividad física permite mejorar los fenómenos circulatorios y disminuye el riesgo de aparición de las temidas placas de ateroma, producto de la acumulación de grasa en las arterias.
Caminar 20 o 30 minutos, realizar algún deporte o acudir a un gimnasio y recibir rutinas de ejercicios individualizadas, son algunas de las opciones que tenemos para aumentar nuestra actividad.
3. Dormir 8 horas al día
La hora del sueño es fundamental si queremos mantener la salud adecuada de nuestro corazón pues justamente mientras dormimos, muchos órganos y sistemas también reducen su actividad.
La liberación de ciertas sustancias químicas o mensajero químicos, ocurre en horas de la noche y determinan una serie de funciones como la frecuencia cardiaca y el estado de ánimo.
Por esa razón cuando reducimos nuestras horas de descanso, invertimos nuestro horario para dormir o tenemos patrones de sueño irregulares, ponemos en riesgo la estabilidad del corazón.
Es recomendable dormir 8 horas diarias, durante la noche, en total oscuridad y con poco ruido con la intención de evitar interrupciones y reducir el riesgo de enfermedades cardiacas.
4. Liberarse del estrés
El estrés es uno de los factores de riesgo más asociado a la aparición de enfermedades cardiacas como el infarto y el evento cerebro vascular.
Recordemos que el corazón para su funcionamiento requiere de una serie de mediadores químicos cuyo principal estímulo se relaciona con la aparición de las emociones tanto negativas como positivas.
Por esa razón es fundamental que hagamos un manejo adecuado de nuestras emociones comandadas por los pensamientos, especialmente en situaciones externas sobre las que no tenemos ningún tipo de control.
Practicas actividad física regularmente, la meditación, yoga, la terapia psicológica y administrar el tiempo libre, son opciones que contribuyen con la salud de nuestro corazón.
5. No fumar
El consumo de cigarrillo es uno de los hábitos que más se asocia con la aparición de enfermedades cardiovasculares especialmente porque incrementa el riesgo de aparición de placas de ateroma.
6. Evitar el consumo de licor
El consumo de licor, independientemente del tipo y de su gradación, también ha demostrado producir enfermedades cardiovasculares en vista de las alteraciones sobre la coagulación sanguínea.
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