La prevención del cáncer de mama inicia desde cambios en los hábitos alimentarios hasta la realización del autoexamen de mama que debe ser practicado rutinariamente por hombres y mujeres.
El cáncer es el crecimiento descontrolado de células que han sufrido mutaciones y modificaciones en su estructura producto de alteraciones en el ciclo celular, determinadas por agentes externos y genéticos.
En el caso del cáncer de mama, las mutaciones se presentan en las células glandulares cuyo recambio es muy acelerado y en consecuencia, avanza rápidamente pudiendo extenderse a otros órganos.
¿Cómo prevenir el cáncer de mama?
El pronóstico del cáncer de mama dependerá del tipo de células involucradas y de su extensión a ganglios linfáticos y órganos a distancia, lo cual determinará las opciones de tratamiento.
Por eso es imprescindible la prevención del cáncer de mama con la intención de hacer un diagnóstico a tiempo y aplicar el tratamiento precoz necesario para elevar la sobrevida.
1. Alimentación balanceada
La alimentación balanceada es aquella que abarca todos los grupos de alimentos, es decir, proteínas, carbohidratos, lípidos, frutas y vegetales incluyendo al menos 8 vasos de agua al día.
Además es importante consumir la menor cantidad de alimentos procesados y emplear en la preparación de las comidas, hierbas e ingredientes naturales poco procesados.
Cuando comemos alimentos como las frituras y otros muy procesados que ameritan gran cantidad de conservantes, estamos obteniendo un alto contenido de sal y de radicales libres.
Los radicales libres han demostrado ser responsables de modificar el ciclo celular normal y cuando ingresan a nuestro cuerpo regularmente, incrementamos el riesgo de mutaciones celulares que originan el cáncer.
Por otra parte la alimentación balanceada nos aporta grandes cantidades de vitaminas y minerales que fortalecen el sistema inmunológico y la estructura celular reduciendo el riesgo de aparición de mutaciones.
2. Autoexamen de mama
El autoexamen de mama debe hacerse regularmente, y practicarse por hombres y mujeres para detectar cualquier masa o tumoración que pudiera ser el inicio de una lesión cancerígena.
Es recomendable realizarlo al menos una vez a la semana preferiblemente en la ducha, con agua y jabón para favorecer el deslizamiento adecuado de los dedos sobre las mamas.
Iniciar desde el pezón hacia afuera, recorriendo en 360 grados la totalidad de la mama, incluyendo ambas axilas e inspeccionando cambios de coloración y temperatura en la piel.
Normalmente se puede palpar el tejido graso como pequeñas protuberancias suaves y uniformes a lo largo de la mama sin dolor, con las mismas características en ambas glándulas.
Pero si por el contrario la textura es dura, irregular en toda la mama, o está localizada y es dolorosa lo recomendable es solicitar una valoración médica especializada.
3. Evitar el tabaquismo
El tabaquismo trae severas consecuencias sobre la salud tanto en hombres como en mujeres y eso obedece a que el humo ha demostrado alterar el ciclo celular normal.
Los radicales libres ingresan a través del humo; el cáncer de garganta, esófago, estómago, pulmones, mama, próstata, útero y ovarios es sumamente susceptible de desarrollarse con el hábito tabáquico.
Las células de nuestro cuerpo normalmente sufren un recambio normal, pero aquellas células glandulares como las de las mamas, se sustituyen prácticamente cada 3 o 4 días.
En consecuencia tienen mayor riesgo de mutaciones en su ciclo celular al exponerse a los radicales libres y favorecen así el cáncer de mama.
4. Realizar actividad física
Cuando realizamos actividad física rutinariamente, favorecemos que en nuestro organismo mejore la circulación y se active nuestro sistema inmunológico, reduciendo el riesgo de infecciones y la aparición de cáncer.
Hacer caminatas al menos 30 a 40 minutos al día o cualquier otra actividad física 4 o 5 días a la semana, aporta grandes beneficios a nuestra salud.
5. Controles ginecológicos
Toda mujer sexualmente activa debe acudir a controles ginecológicos al menos 1 vez al año, para evaluar la estructura de sus glándulas mamarias y realizar citologías de cuello uterino.
La finalidad de estos controles ginecológicos es la detección precoz de cualquier lesión que potencialmente pudiera malignizarse e iniciar el tratamiento tempranamente.
Un ginecólogo realizará un examen físico exhaustivo que permita inspeccionar y palpar las mamas, evidenciar la salida de leche cuando no es momento de lactancia materna y cualquier lesión anormal.
El especialista en esta área evaluará la necesidad de aplicar otros métodos diagnósticos como el ultrasonido mamario y la mamografía en mujeres mayores a 40 años o cuando sea necesario.
Es fundamental que las mujeres evalúen continuamente su cuerpo, pues a pesar de las campañas para prevenir esta enfermedad, la incidencia de cáncer de mama se incrementa cada vez más.
6. Lactancia materna
La lactancia materna ha demostrado reducir el riesgo de cáncer de mama probablemente por sus efectos antiinflamatorios sobre las células de la glándula mamaria y por favorecer su actividad.
Al haber actividad en las células de las glándulas mamarias de la mujer, se reduce el riesgo de las alteraciones en el ciclo celular responsables del cáncer de mama.
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