La loratadina, cimetidina o cetirizina, son algunos ejemplos de medicamentos antihistamínicos que ejercen su función sobre la histamina. Acá, desarrollaremos acerca de estos fármacos.
¿Qué es la histamina?
Desde el punto de vista bioquímico, la histamina es una sustancia química, del grupo de las aminas, específicamente, de los imidazólicos.
Estas se encuentran en el cerebro, donde ejercen la mayoría de sus funciones y dictan órdenes para las células que se localizan en el estómago, sistema inmunitario y en algunas áreas de la sangre.
Por otra parte, el primer estudio o descubrimiento de la histamina data en 1907, cuando los científicos Windaus y después Vogt, tres años más tarde, encontraron su ubicación en el cerebro.
Posteriormente, en la década de 1920, se profundizó sus estudios y mecanismo de acción, gracias al aporte de los científicos Daley y Laidlow.
En cuanto a las funciones de la histamina, son muy diversas y comprenden la neurotransmisión, participan en la cascada inflamatoria y es un mediador de otros procesos bioquímicos.
¿Qué son los medicamentos antihistamínicos?
Al conocer sobre la histamina y sus funciones, es menester profundizar en los medicamentos antihistamínicos o que contrarrestan los efectos de esta enzima.
Para ello, es fundamental, saber el concepto de medicamentos antihistamínicos, la cual, se refiere al grupo de fármacos cuya función es bloquear a la histamina.
Por más sencillo que parezca, la histamina tiene dos receptores principales, los H1 y H2, donde el primero se ubica en las células basales y el último, en el estómago.
Esto significa, que los fármacos actúan de forma independiente y bloquean cada una de las funciones de la histamina; fijándose a los neurotransmisores y sus receptores.
Mecanismo de acción de los antihistamínicos
En primer lugar, los bloqueadores antagonistas de la H1, evitan que la histamina participe directamente en el músculo de los bronquios.
Por lo tanto, bloquean la dilatación de los vasos sanguíneos que se activan gracias a la histamina y los fármacos evitan que esta secuencia suceda.
Por otro lado, los antihistamínicos que bloquean a los receptores H2, se encargan de actuar sobre las células parietales y la mucosa gástrica, es decir, la capa que recubre internamente al estómago.
De igual forma, evita que se active el ácido clorhídrico, una sustancia química que actúa durante la digestión, y que a la larga, provoca úlceras e inflamación de esta capa.
Reacciones secundarias de los antihistamínicos
Como todo fármaco, los antihistamínicos cuentan con efectos o reacciones secundarias y es fundamental saber cuáles son.
Primeramente, las reacciones secundarias más frecuentes comprenden desde cólico abdominal, diarrea, vómitos hasta hipersensibilidad del medicamento o alergias en la piel y tos.
Posteriormente, siguen las reacciones secundarias poco frecuentes, donde la alergia se puede profundizar y habría alteraciones en los elementos de la sangre.
Entretanto, las reacciones infrecuentes, como su nombre lo indica, se presentan en un porcentaje irrisorio y pueden provocar confusión mental y alteración en el ritmo del corazón.
Cabe destacar, que algunos de estos fármacos, sobre todo, los de primera generación, atraviesan la barrera hematoencefálica, provocando a su vez, sedación o somnolencia.
Partiendo de estas generalidades de estos fármacos, pasaremos a explicar algunos ejemplos de medicamentos antihistamínicos.
Ejemplos de medicamentos antihistamínicos
1. Famotidina
Es un fármaco antihistamínico que actúa sobre la mucosa gástrica, protegiendo al estómago del efecto agresivo del ácido clorhídrico.
Por lo tanto, se emplea antes de las comidas, evitando la activación de este ácido, que conlleva de forma crónica a la aparición de úlceras en el estómago.
Asimismo, se indican en el tratamiento conservador o combinada de la gastritis péptica, siendo su germen causal, el Helycobacter pylori.
2. Dimenhidrinato
Por su parte, este fármaco ejerce diversas funciones como un antiemético, antivertiginoso y para tratar la náuseas.
Lo que significa, que se utiliza como uno de los tratamientos principales en los vómitos y los mareos originados en el área vestibular del oído.
A su vez, este fármaco es de los antagonistas de la histamina o receptores H1 de primera generación, lo que quiere decir, que provocan sedación o somnolencia.
3. Difenhidramina
La difenhidramina o benadrilina es un antihistamínico de primera generación, cuya función es inhibir los efectos de los receptos H1, es decir, es de acción antagonista.
Este medicamento se emplea en las rinitis agudas, crónicas o estacionales, asma bronquial, bronquitis viral y en el tratamiento de reacciones alérgicas.
Por su parte, tienen un efecto de sedación, que es aprovechable en pacientes con trastornos del sueño (insomnio).
4. Desloratadina
En cuanto a la desloratadina, es un medicamento perteneciente al grupo de la segunda generación y su efecto no traspasa la barrera hematoencefálica.
De esta manera, no provocan sedación y son prácticos a la hora de emplearse en pacientes con alergias, catarro común, tos seca y otros procesos agudos.
Entretanto, se combinan con otros medicamentos como los antileucotrienos, que son útiles para el tratamiento del asma bronquial.
5. Astemizol
Por último, este fármaco es de utilidad en los procesos inflamatorios cutáneos de origen inmunitario y alérgico.
A su vez, se aplica en pacientes con conjuntivitis alérgicas o virales, asma de origen extrínseco, fiebre del heno y rinitis alérgica.
Con respecto a su grupo farmacológico, son antihistamínicos de segunda generación, perteneciente a las piperidinas.
Otros ejemplos de antihistamínicos
- Cetirizina
- Loratadina
- Ranitidina
- Cimetidina
- Doxilamina.
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