Cuando hablamos del ciclo de violencia en las relaciones de pareja se apunta hacia un patrón que tiende a repetirse dejando serias consecuencias.
La pareja es concebida como un sistema que se sostiene sobre varios pilares relacionados en primer lugar a sentimientos de amor, intimidad y compromiso, entre otros.
Definición de Pareja
Dentro de la terapia familiar se describe a la pareja como un sistema que tiene como principal objetivo brindar satisfacción mutua.
La pareja se encuentra además en constante cambio, pues sufre un proceso evolutivo, tanto por elementos externos como internos en su dinámica.
Está edificada sobre el sentimiento del amor, el cual a su vez estaría compuesto por tres elementos:
- Intimidad: implica conexión y cercanía entre los miembros de la pareja, esto genera a su vez sentimientos de unión, aceptación, tolerancia y cuidado mutuo.
- Pasión: surge por la atracción física y desencadena el romance y la sexualidad dentro de la pareja.
- Decisión y Compromiso: el amor es una elección en donde los miembros de la pareja se determinan a mantener y cultivar ese sentimiento.
Tipos de Violencia
Generalmente se asocia la palabra violencia con agresiones físicas, sin embargo, existen otros comportamientos dentro de la pareja que también se catalogan como violencia.
Por una parte, se encuentra la violencia emocional y psicológica la cual incluye humillaciones, intimidación, degradación, insultos, restricciones a la libertad, entre otros.
Igualmente se ha identificado un tipo de violencia económica o patrimonial el chantaje económico, tomar el control absoluto sobre el dinero de la pareja o los ingresos del grupo familiar.
Finalmente, en cuanto a la violencia física se pueden encontrar múltiples manifestaciones como golpes, quemaduras, encierros, uso de armas, etc.
Mitos Sobre la Violencia en la Pareja
La violencia dentro de la pareja es un tema que para muchas personas implican ciertas condiciones o características que suelen generalizar a todas las situaciones.
Muchas de las ideas que se han construido en la sociedad sobre la violencia en la pareja son falsas, y las investigaciones en el área así lo han demostrado.
Revisemos a continuación Algunos de estos Mitos:
- La violencia solo se presenta en estratos bajos o de pobreza extrema: si bien las condiciones que generalmente se presentan en los grupos de estrato bajo, como el hacinamiento, favorece su aparición, no significa que sea exclusiva de éstos.
- La naturaleza de los hombres es agresiva: realmente no hay elementos que sustenten esta afirmación, por lo general los patrones de violencia han sido aprendidos.
- La violencia surge como consecuencia a una provocación: no hay justificación para el uso de la violencia dentro de la pareja, ninguna persona merece ser agredida.
- Las mujeres agredidas les gusta la violencia o sino ya hubiesen terminado la relación: existen múltiples barreras que pueden obstaculizar el romper con una relación violenta aun cuando se pueda intentar salir de allí.
- La violencia disminuye cuando la mujer sale embarazada: estudios realizados han confirmado que la violencia se mantiene aún durante el embarazo.
Ciclo de la Violencia
Leonore Walker, psicóloga estadounidense, fue quien planteó la teoría del ciclo de la violencia en la pareja.
Este modelo permitió comprender que las agresiones en el seno de la pareja no ocurrían al azar, sino que responden a un patrón sistematizado.
De esta manera se podrían idear estrategias de prevención e intervención antes de llegar a consecuencias fatales.
El ciclo de la violencia en las relaciones de la pareja está comprendido en tres grandes fases:
Fase 1: Incremento de la Tensión
Durante esta etapa la dinámica de la pareja comienza a sentirse en tensión emocional, surge la violencia verbal, psicológica y económica.
Está dividida a su vez por tres componentes:
- Incertidumbre: las amenazas de abandono o el temor a las consecuencias comienzan a generar este tipo de sentimientos en la víctima de agresiones. Asuntos del pasado que han causado incomodidad salen a relucir, la agresión va escalando sin poder lograr acuerdos.
- Detonante: los supuestos argumentos que justifican la violencia por parte del agresor son enfatizados, pueden ser desde conductas o cosas simples que son magnificadas.
- Actos de Tensión: este tipo de conductas son una alerta del acto agresivo próximo a ocurrir y dependen de la dinámica y características de la pareja.
Fase 2: Incidente de Actuación Violenta
La tensión acumulada en la fase anterior provoca un estallido produciéndose una descarga de violencia física.
Igualmente se pueden identificar las siguientes subcategorías:
- Violencia: es la agresión propiamente dicha que produce lesiones y dolor a nivel físico, siendo justificadas por el agresor como un castigo merecido.
- Defensa – Autoprotección: dependiendo de los rasgos de la víctima y el contexto, se desplegará una respuesta bien pudiese ser durante la agresión o posteriormente para protegerse.
Fase 3: Luna de Miel Falsa
Luego de la descarga, la tensión disminuye se presentan tres elementos en la dinámica de la pareja.
- Reconciliación: el agresor se muestra arrepentido por su acción y ofrece promesas de no repetir esa conducta, mostrándose además excesivamente complaciente con su pareja.
- Justificación: el agresor justifica su conducta con diferentes argumentos que pueden ser convincentes para su pareja, haciéndola incluso dudar sobre si es responsable también de lo ocurrido.
- Aceptación: la violencia comienza a instalarse como una estrategia común en la resolución de conflictos dentro de la pareja, volviéndose cotidiana.
Consecuencias de la Violencia en las Relaciones de Pareja
Algunas consecuencias que se han podido detectar en estos casos:
- Aislamiento social.
- Bajo rendimiento académico, en caso de cursar estudios de algún tipo.
- Problemas familiares.
- Síntomas de depresión y ansiedad.
- Sentimientos de desvalorización.
- Instauración de un patrón violento en sus interacciones sociales.
- Sentimientos de insatisfacción hacia la vida en general.
- Ideas confusas entre amor y dependencia.
- Lesiones físicas.
- Ideación suicida.
- Temores nocturnos, dificultades en el sueño.
- Embarazos no deseados.
- Muerte.
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