La rubéola es una enfermedad altamente contagiosa transmitida por contacto directo entre una persona y otra, caracterizada por la presencia de lesiones puntiformes rojizas en todo el cuerpo.
Esta enfermedad ha disminuido considerablemente su incidencia en el mundo, debido a la vacuna creada para combatirla, sin embargo algunos países de Europa, han presentado algunos repuntes de esta enfermedad.
El grave inconveniente de este virus, es que puede causar serios trastornos en mujeres embarazadas especialmente cuando tienen una edad gestacional menor a 12 semanas.
La rubéola, provoca un cuadro viral similar a un proceso gripal pero que debido a su alto riesgo de propagación, debe ser manejada con cautela y bajo normas de aislamiento.
Causas de la Rubéola
La principal causa de esta patología es la infección por el virus de la rubéola, un virus ARN transmitido a través de secreciones humanas por contacto directo.
Una vez que este virus ingresa en el organismo, ataca a las células del sistema inmunológico y es capaz de ubicarse en los órganos respiratorios, glándulas, articulaciones y piel principalmente.
En consecuencia se genera una respuesta inflamatoria que procura eliminar el virus del organismo y dicha reacción puede ser de grado variable entre una persona y otra.
La población más afectada es la infantil y juvenil, especialmente porque en esas etapas no se toman medidas de distanciamiento y existe un contacto directo intenso entre persona y persona.
En su mayoría el proceso infeccioso es manejable y controlable, excepto en el embarazo cuando podría acarrear severas consecuencias en la vida del feto, pudiendo causar abortos espontáneos.
Características de la Rubéola
Este proceso infeccioso viral aunque tiene características bien definidas, podría comportarse en sus etapas iniciales, como una gripe hasta que aparecen las lesiones en piel típicas de la enfermedad.
Lamentablemente cuando aparecen los síntomas, probablemente la persona podría estar eliminando suficiente carga viral como para contagiar a los demás, sin tener aún síntomas ni sospecha de la enfermedad.
Es importante considerar actualmente esta enfermedad pues se han presentado pequeños focos de grupos o sociedades anti-vacunas en el mundo, convenciendo a muchas madres de no vacunar a sus pequeños.
Lamentablemente las consecuencias se dejarán ver a largo plazo, cuando cada vez se sumen más personas anti-vacunas, favoreciendo los contagios que pudieran terminar en epidemia.
La rubéola cuando ocurre en la adultez, provoca síntomas más acentuados con un riesgo de mortalidad moderado, sin embargo sigue siendo manejable a pesar del incremento en algunos países.
1. Fiebre
La fiebre ocurre como consecuencia de la respuesta inflamatoria generada por el sistema inmunológico que aumenta la temperatura para procurar eliminar el virus.
La fiebre suele ser intermitente, elevada y termina provocando un toque del estado general, al asociarse a otros síntomas como dolor de cabeza y pérdida del apetito.
2. Dolor de cabeza
El dolor de cabeza es también respuesta del proceso inflamatorio que desencadena la presencia del virus en el organismo, causando vasoconstricción generalizada y liberación de mediadores inflamatorios responsables del dolor.
Por otra parte muchas personas pierden el apetito y se añade la deshidratación, lo cual desencadena fenómenos correctivos para garantizar el adecuado funcionamiento del cuerpo.
3. Dolor en las articulaciones
El dolor en las articulaciones (artralgia) es más frecuente en el adulto y obedece al incremento de los mediadores inflamatorios que suele afectar pequeños vasos sanguíneos en las articulaciones.
4. Pérdida del apetito
La pérdida del apetito es muy común en niños principalmente, y también es producto de la respuesta inflamatoria generada para combatir la presencia del virus.
5. Vesículas rojas
La principal característica de la rubéola es la presencia de pequeñas vesículas rojas que se reparten en todo el cuerpo y que generalmente causan dolor, irritación y picazón.
Cuando estas vesículas aparecen en el paladar, se presenta un signo llamado signo de Forchheimer, lo cual es una causa conocida de malestar y reducción considerable del apetito.
6. Resequedad en la piel
La resequedad en la piel ocurre prácticamente en el periodo de remisión probablemente como parte del proceso inflamatorio que incluye también la descamación.
Cuando se presenta en etapas tempranas de la enfermedad, tiene que ver posiblemente con cremas y productos aplicados para combatir la presencia de las vesículas y el dolor causado.
7. Congestión nasal y de los oídos
La respuesta inflamatoria generalizada que causa la presencia del virus de la rubéola, afecta la mucosa del sistema respiratorio que genera aumento de su secreción mucosa.
La inflamación de la mucosa de la nariz, limita el drenaje del moco y eso podría conllevar además a procesos infecciosos en algún punto de la enfermedad.
También es común que las personas manifiesten congestión de los oídos pues el drenaje de las secreciones del mismo, también se ve severamente comprometido.
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