La actitud mental positiva puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas y de allí la importancia de saber cómo alcanzarla.
Hay quienes, a pesar de tener grandes talentos y habilidades, no logran un desempeño exitoso y muchas veces es debido precisamente al tipo de actitud que proyectan.
Nuestros pensamientos tienen un gran efecto en la manera cómo nos conducimos, las decisiones que tomamos, cómo nos relacionamos con el mundo y cómo afrontamos los retos que se presenten.
¿Qué es la actitud positiva?
La actitud tiene que ver con una disposición para hacer algo o ante algo, como por ejemplo cuando se nos presentan diversas situaciones en la vida cotidiana de forma inesperada.
De alguna manera está estrechamente relacionada con el estado de ánimo, es decir, se influyen mutuamente, lo que significa que podemos tener control sobre nuestra propia actitud y cambiarla.
Al hablar de actitud positiva, se hace referencia a una tendencia enfocada en emociones agradables y una apertura hacia la realización de algo en particular, e inclusive en el “cómo” se realiza.
A su vez, esto está vinculado con los pensamientos pues dependiendo de lo que prevalezca en ellos se promoverá un tipo en específico, bien sea una actitud positiva o negativa.
Importancia de la actitud mental positiva
Nuestra actitud influye en la visión que tenemos sobre la vida y esto va más allá incluso de los propios recursos con los cuales se pueda contar.
Hay quienes, aun teniendo aparentemente todo cubierto, proyectan una actitud negativa que no les permite disfrutar y vivir en plenitud, afectando sus emociones profundamente.
Hay otros quienes, a pesar de atravesar tormentas muy fuertes, asumen una actitud positiva que les permite sobrellevar de mejor manera la situación que se pueda estar presentando.
Es por esta razón que la actitud tiene una gran importancia para el bienestar y la salud mental, impactando en nuestro desempeño y en el logro del éxito en cualquier área de nuestra vida.
Cómo tener una mente positiva
Tal es la importancia de nuestros pensamientos que se verá reflejada en nuestra actitud y por lo tanto en nuestra conducta, decisiones y en la manera de relacionarnos con otras personas.
Es posible hacer ciertos ajustes que favorezcan la prevalencia de un estado en general positivo que nos permita hacer frente de la mejor manera posible a los retos que se nos presenten.
Sin embargo, antes que nada, debe existir la determinación de querer hacer los cambios necesarios que permitan hacer manifiesto esa transformación tanto interior como exterior.
1. Alimenta tu autoestima
Es necesario partir por el principio, es decir, nuestro ser, quienes somos y la valoración que nos damos, ya que si no nos sentimos merecedores de cosas buenas probablemente no las vamos a provocar.
El amor propio es un motor fundamental en los procesos de cambio y transformación, reconoce tus logros, fortalezas, habilidades y todo aquello que suma en tu vida y te hace único y especial.
2. Rodéate de gente positiva
Una actitud positiva es contagiosa, y una negativa también lo es, así que mejor no arriesgarse y mantenerse cerca de la gente correcta, aquellos que te animen y te inspiren a ser mejor cada día.
Procura mantenerte rodeado de aquellos que suman y no restan, y en caso que se te haga inevitable, entonces que conviértete en aquella chispa de positividad que cambiará el ambiente donde estás.
3. Identifica tus fortalezas
Algo que contribuye muchísimo a nuestra autoestima y estado de ánimo es cuando somos capaces de reconocer cuáles son nuestras fortalezas, aquello en lo que nos podemos destacar.
Todos tenemos fortalezas, alguna habilidad o algo que nos hace especiales y que podemos hacer sin mucho esfuerzo, reflexiona sobre esto y haz una lista para que siempre lo tengas presente.
4. Establece metas a corto plazo
Tener metas a corto plazo que podamos ver cumplidas nos ayuda a motivarnos a continuar haciendo más cosas y asumiendo nuevos retos.
Paso a paso es posible lograr aquello que parecía imposible, pero debes empezar por alguna parte, aun cuando parezca un comienzo pequeño.
5. Proyéctate al futuro
Las pequeñas metas establecidas pueden formar parte de un gran plan a futuro, tener proyectos a largo plazo y visionarlos a futuro nos ayuda a tener enfoque y no renunciar con facilidad.
Los planes nos ayudan a organizarnos y a mantener la motivación cuando se presentan obstáculos o situaciones que parecieran decirnos que no se pueden lograr.
6. Activa la resiliencia
La resiliencia es la capacidad de sobreponernos ante situaciones adversas y es una de las herramientas más importantes para poder sobrevivir en nuestro mundo actual tan agitado.
Esta habilidad nos ayuda a no desfallecer, a ver las crisis como oportunidades, a ver el vaso medio lleno y poder idear estrategias para salir adelante en medio de las circunstancias difíciles.
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