Hoy la idea es que el tengas las herramientas necesarias para mejorar la actitud que compartes con el mundo diariamente.
La personalidad de los seres humanos está compuesta por dos componentes principales, los cuales son el temperamento y la actitud, de los cuales; el temperamento es invariable ya que proviene de la genética, mientras que la actitud puede variar según sea nuestro proceso de aprendizaje.
¿Qué es la Actitud?
La actitud se trata de uno de los componentes principales de la personalidad de los seres humanos, es la parte del comportamiento que podemos manejar según sea el caso. Va a depender principalmente de los estilos de crianza que haya recibo durante la infancia.
¿Mejorar la Actitud es Controlar los Impulsos?
Actuar de forma sensata ante las distintas adversidades que se puedan presentar en la vida cotidiana denota una buena actitud, dicho esto, podemos establecer que la actitud se trata del manejo adecuado de los impulsos según el aprendizaje social que hayamos recibido en nuestra vida.
Por ejemplo, cuando nos encontramos en una situación que es frustrante para nosotros sentimos el impulso de actuar de manera explosiva, esa sensación responde a nuestro temperamento, el cual es invariable, sin embargo, sabemos que no sería lo más idóneo actuar explosivamente y nos contenemos de hacerlo.
El hecho de no actuar por el primer impulso ante una situación incómoda o frustrante indica que tenemos una buena actitud ante las adversidades, lo cual no siempre es sencillo, pero si lo deseamos y lo practicamos a diario podemos conseguirlo.
Según la teoría psicoanalítica, en todo ser humano existen deseos primitivos de carácter inconsciente, que demandan ser satisfechos, estos se conocen como pulsiones. En contraparte, existen los diques de pulsión, estos se encargan de evitar que el sujeto actué de forma primitiva y se adapte a las normas.
Tomando como referencia esta teoría podemos entender a las pulsiones como el temperamento, y a los diques de pulsión como la actitud. Los primeros son características naturales que motivan a una conducta primitiva, mientras que los segundos son el aprendizaje social que nos mantiene civilizados.
10 Consejos para Mejorar la Actitud
En el siguiente listado de consejos vamos a encontrar 10 herramientas psicológicas bastante prácticas, pero efectivas, para mejorar la actitud.
1. Mejorar la Actitud Implica Actúar con un Propósito
Tener propósitos de vida influye significativamente en la calidad de vida de las personas, y ayuda a que la actitud se mantenga positiva ante las adversidades que puedan presentarse. Los sujetos que tienen propósitos de vida son más tolerantes a la frustración y aprenden a adaptarse ante las circunstancias.
2. Plantéate Desafíos para Mejorar la Actitud
Los desafíos personales nos colocan en una situación de la cual debemos salir bien librados por nuestros propios medios, es una manera de probarnos a nosotros mismos que estamos capacitados para algo. A medida que vamos superando nuestros desafíos personales vamos creciendo personalmente.
3. Planifica tus Propósitos
La planificación es uno de los mejores recursos para mantener una actitud positiva ante la vida, a medida que nos vamos planificando en nuestras metas veremos cómo los niveles de frustración disminuyen significativamente. Coloca plazos, crea listas de prioridades, determina que cosas son más beneficiosas para ti, etc.
4. Ten Expectativas Realizables
Este punto consiste en ser cuidadosos al momento de generarnos expectativas, debemos fijarnos bien que luego no vayamos a poder cumplirlas. Si somos capaces de tener expectativas realizables, donde tengamos mayores probabilidades de obtener buenos resultados nuestra actitud ante la vida mejorara.
5. Encuentra Pasatiempos
Los pasatiempos funcionan como un antídoto para el estrés, es recomendable tener actividades que disfrutemos hacer y buscar tiempo para ellas entre semana. Si hacemos esto con éxito vamos a notar como nuestra calidad de vida mejora, debido a que el cerebro libera dopamina cuando realizamos estas actividades.
Algunos pasatiempos especialmente pensados para mejorar la calidad de vida pueden ser el yoga, la meditación, el ajedrez, la pintura, la repostería, la jardinería, la danza, el canto, y en general cualquier actividad donde desarrolles los procesos cognitivos y pongas en práctica tu creatividad.
6. Ejercítate
El hecho de hacer ejercicio es especialmente beneficioso para mantener la buena actitud, cuando nos ejercitamos de forma regular olvidamos por un momento aquello que nos genera frustración, nuestro cebero segrega hormonas que nos ayudan a estar felices, y además socializamos con otras personas.
7. Consigue una Mascota
Las mascotas contribuyen significativamente a disminuir nuestra sensación de estrés cotidiano, ocuparnos de ellas representa una responsabilidad alejada de los asuntos del trabajo o de las relaciones interpersonales. Tener una mascota nos brinda un espacio de confort para disfrutar en compañía de nuestro amigo animal.
8. Ten Buenos Hábitos de Sueño
Lo ideal es conseguir dormir entre 6 y 8 horas durante la noche, para que nuestro cerebro obtenga un descanso apropiado como consecuencia de un sueño reparador. Si mantenemos este hábito tendremos mejores recursos mentales para afrontar las vicisitudes de la cotidianidad, y en consecuencias una mejor actitud.
9. Ten Buenos Hábitos Alimenticios
La alimentación es un aspecto importante para mantener una actitud saludable. Existe un refrán que dice “somos lo que comemos”, no está alejado de la realidad. Los alimentos que ingerimos determinan la salud de nuestro organismo, incluyendo el cerebro; por tanto, a mejor alimentación mejores procesos mentales.
10. Evita Personas Conflictivas
Las relaciones interpersonales están ligadas a la actitud que mantenemos a diario, de la misma manera en la que somos capaces de influir en los demás, los demás influyen en nosotros, a pesar de que no nos demos cuenta de inmediato. Lo ideal es tener un círculo social conformado por personas asertivas.
En los casos donde convivimos mayormente con sujetos conflictivos, nuestros niveles de frustración y estrés suelen ser más elevados. Esto tiene sentido, tomando en cuenta que no solo estamos lidiando con nuestros propios conflictos, sino también con los de las otras personas.
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